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Netanyahu, tras el ataque en los Altos del Golán: “Nuestra respuesta llegará y será dura”

El primer ministro ha visitado en medio de abucheos de uno 300 vecinos el lugar en el que el impacto de un misil, del que Israel acusa a Hezbolá, mató el sábado a 12 menores

Guerra entre Israel y Gaza
Una vecina de Majdal Shams sujeta un cartel que reza "Los criminales de guerra no son bienvenidos aquí", este lunes en la localidad de los Altos del Golán.Luis de Vega
Luis de Vega

A primera hora de la mañana del lunes, un gran despliegue de seguridad anunciaba una visita de postín a Majdal Shams. Esta localidad en los Altos del Golán sirios ocupados por Israel desde 1967 fue el sábado el escenario de la muerte de 12 menores tras el impacto de un misil del que las autoridades israelíes acusan a Hezbolá y para el que preparan una respuesta. “Nuestra respuesta llegará, y será dura”, ha anunciado el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al visitar la localidad. Inhibidores de frecuencia, perros rastreando el entorno del lugar del ataque, agentes israelíes vestidos de civil y uniformados… Poco después de las 13 horas, la caravana de Netanyahu accedía al complejo deportivo. “Criminal de guerra. No te queremos aquí”, gritaba una mujer.

La tensión ha ido después en aumento. Las instalaciones deportivas se han blindado. Así, la presencia del mandatario se ha hecho invisible para la prensa y para los vecinos que protestaban. Se oían en hebreo y en árabe más gritos. “¡Cobarde!”, “¡Mentiroso!” o “Criminal de guerra”, expresión que algunos de los presentes llevaban escrita en carteles que mostraban elevándolos.

Muchos se iban agolpando frente a las vallas de metal custodiadas por policías israelíes que les impedían acercarse al campo de fútbol donde cayó el proyectil. La seguridad incluso había montado pasillos con verjas forradas de tela blanca y varias carpas para proteger a Netayanhu de los ojos de la población local. Los decibelios de sus gritos y su enfado aumentaba según avanzaban los minutos. Tras casi una hora de visita y de depositar una corona de flores en el punto del impacto, momento difundido por el servicio de prensa de su oficina, el primer ministro se ha marchado. La salida de la caravana ha sido despedida al grito de “¡Fuera, fuera!”, mientras los presentes hacían sonar en el aire sus palmas.

Ha sido entonces cuando la ira popular se ha desatado y el grupo de indignados ha ido en aumento. Unas 300 personas, casi todas luciendo luto negro, han avanzado hacia el campo de fútbol a la carrera tras retirar las vallas, en un claro gesto por recuperar esa especie de santuario en el que han convertido el lugar donde murieron los niños y que consideran mancillado por la visita del primer ministro de Israel. Elisar, de 26 años, sostenía en sus manos un papel en el que se leía: “Los criminales de guerra no son bienvenidos aquí”. Entre lágrimas, explicaba que no quieren a Netanyahu porque “está matando a miles de niños en Gaza. Aquí no queremos su nacionalidad ni su política opresora”. Solo en torno al 20% de sus 11.000 vecinos de Majdal Shams disponen de la nacionalidad israelí. Pese a las más de cinco décadas transcurridas desde la ocupación israelí de este territorio internacionalmente reconocido como parte de Siria, muchos habitantes de este lugar se siguen considerando sirios.

De fondo, los gritos, discusiones y nervios desatados entre los vecinos por la tensión generada. Una delegación de algunas personalidades israelíes ha sido obligada por los manifestantes a irse cuando apenas había llegado al lugar del ataque. Algunos pedían a voces a los uniformados israelíes, militares y policías, que abandonaran el lugar. Entendían que su presencia, una vez se hubo marchado el jefe del Gobierno israelí, no era más que una provocación. Entre lágrimas, una mujer recogía del suelo uno de los patinetes que quedan en el escenario de la tragedia.

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Allí, Netanyahu ha declarado, según palabras difundidas por su oficina, que ha realizado la visita para expresar su “profunda solidaridad y conmoción por la atrocidad que tuvo lugar aquí. Esta es una tragedia terrible”. El primer ministro ha responsabilizado a Hezbolá y a Irán, que sostiene a la milicia libanesa. “Estos niños son nuestros hijos” ha añadido, al tiempo que ha recordado: “Nuestra respuesta llegará, y será dura”.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, observa las fotos de los niños muertos en el ataque contra Majdal Shams, este lunes en esa localidad de los Altos del Golán sirios ocupados por Israel.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, observa las fotos de los niños muertos en el ataque contra Majdal Shams, este lunes en esa localidad de los Altos del Golán sirios ocupados por Israel. Oficina del Primer Ministro (Oficina del Primer Ministro/)

“La comunidad drusa ha pagado un precio muy alto en la guerra” y “saludo a los heroicos soldados que han dado su vida en nombre de todos nosotros. Yo les digo: Somos hermanos. Tenemos un pacto de vida, pero lamento que también sea un pacto de duelo y dolor”, ha añadido Netanyahu que, entre otros, ha estado acompañado por el jefe de los servicios secretos internos (Shin Bet), Ronen Bar. El comunicado añade que el primer ministro transmitió sus más sinceras condolencias a todas las familias, aunque algunas no han aceptado participar en la visita, como han confirmado a EL PAÍS.

Otro entierro más

Majdal Shams, de población drusa, ha despedido este lunes al último de los 12 menores asesinados. Guevara Ibrahim permanecía hasta ahora como desaparecido y, en las últimas horas, se han identificado sus restos. Han acompañado el cortejo fúnebre un nutrido grupo de niños conocidos de Ibrahim. Los más desconsolados, sus amigos y compañeros de equipo Qusai, que portaba en sus manos un balón, y Ward, que elevaba delante del féretro una foto del fallecido luciendo una camiseta del Real Madrid. Ibrahim Ibrahim, el padre de Guevara, trataba de calmarlos a las puertas del cementerio momentos antes del último adiós.

La localidad, de unos 11.000 habitantes, sigue conmocionada y de duelo tras lo que los vecinos consideran la peor tragedia desde la guerra del Yom Kippur, en 1973, seis años después de que Israel ocupara los Altos del Golán. Todos los vecinos de Majdal Shams visten estos días de luto y las calles lucen crespones y banderas negras.

Mientras, Israel está pendiente de poner en marcha la respuesta a ese ataque que lleva anunciado desde el mismo sábado. El Gabinete de seguridad, reunido el domingo, ha dado vía libre al primer ministro, Benjamín Netanyahu, y al ministro de Defensa, Yoav Gallant, para ello. Por el momento, los intercambios de ataques desde uno y otro lado de la frontera se mantienen al ritmo rutinario de los últimos meses.

En territorio libanés, al menos dos personas han muerto en las últimas horas por un ataque israelí con dron sobre un vehículo en una carretera del sur. Mientras, varias compañías cancelan vuelos con destino al aeropuerto de Beirut, capital libanesa, que alberga el único aeródromo del país, en medio del creciente temor a que la respuesta israelí abra la puerta a una guerra a gran escala.

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Sobre la firma

Luis de Vega
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear año y medio por Madrid y sus alrededores. Antes trabajó durante 22 años en el diario Abc, de los que ocho fue corresponsal en el norte de África. Ha sido dos veces finalista del Premio Cirilo Rodríguez.
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