Resultados de las elecciones en Francia de 7 de julio de 2024 | Bardella asume su “parte de responsabilidad” en la derrota de la extrema derecha
Macron mantiene de momento a su primer ministro “para asegurar la estabilidad” | El líder socialista rechaza a Mélenchon como candidato del Frente Popular a primer ministro
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El delfín de Marine Le Pen y candidato a primer ministro por Reagrupamiento Nacional, Jordan Bardella, ha admitido este lunes su “parte de responsabilidad” en los resultados para la extrema derecha en las elecciones legislativas de Francia del domingo. Partían como favoritos, pero quedaron en tercer lugar. Con todo, Bardella reivindica que han subido de apoyos desde 2022 (pasan de 89 a 143 escaños) y que cada vez están más cerca del poder. Previamente, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha decidido mantener “por el momento” a Gabriel Attal como primer ministro “para asegurar la estabilidad del país” a la espera de que se acuerde un candidato entre las fuerzas políticas. El Nuevo Frente Popular, la coalición de partidos de izquierdas (La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, el Partido Socialista, los Verdes y los Comunistas) fue el vencedor, con 182 escaños, por delante de Ensemble, el partido de Macron, con 168, y el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen. El primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, ha rechazado que Mélenchon sea el candidato del NFP a primer ministro, pero las fuerzas que lo integran tendrán que consensuar un candidato, que además deberá ratificar Macron. La Francia Insumisa de Mélenchon es el partido más votado de la coalición, con 78 diputados, frente a los 68 de los socialistas, en segundo lugar.
Buenos días. Arrancamos la narración en directo de este domingo 7 de julio, en el que Francia decide si aúpa al poder a la extrema derecha nacionalista en la segunda vuelta de las elecciones.
El partido de Marine Le Pen, Reagrupamiento Nacional (RN), se constituyó en la primera vuelta —celebradas el 30 de junio— como la fuerza más votada con el 33% de los votos, seguida por la coalición Nuevo Frente Popular con un 28%. El macronismo, dominante desde hacía siete años en la Asamblea Nacional, quedó relegado a la tercera posición, con un 20,8% de los sufragios. Tras la derrota electoral, la izquierda y el centroderecha han establecido un cordón sanitario para aislar al partido de Le Pen.
El último sondeo del instituto Ipsos arroja un empate técnico entre los tres bloques: la izquierda obtendría entre 145 y 175 escaños; el centroderecha, de 175 a 215, y los ultranacionalistas, entre 175 y 205. Los demócratas franceses se plantean una coalición para facilitar la gobernanza del país, pues ninguna formación tiene garantizada la mayoría absoluta de 289 asientos, según las prospecciones.
Han sido décadas de ascenso imparable de la extrema derecha en Francia, y ahora llega la hora de la verdad. Los franceses deciden en las elecciones legislativas de este domingo si dan el poder al Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen. Después de años en los que cada elección se planteaba como una consulta sobre el presidente Emmanuel Macron, el referéndum ahora es otro: Le Pen, ¿sí o no?
La respuesta a esta pregunta la determinará el número de diputados que el RN obtenga en la Asamblea Nacional. Será afirmativa si son suficientes para designar primer ministro a Jordan Bardella, el delfín de Le Pen, y formar un Gobierno. Para ello necesitarán una mayoría absoluta que parece complicarse después de que el centro y la izquierda formasen esta semana un cordón sanitario ante la segunda vuelta.
El arrollador avance del Reagrupamiento Nacional (RN) en Francia, que este domingo puede poner a la extrema derecha euroescéptica a las puertas del poder en uno de los motores de Europa, provoca sudores fríos en París, pero también en muchas otras capitales europeas. Porque la idea Europa, o al menos esa Europa de paz y defensa de la democracia que surgió de las cenizas de la II Guerra Mundial, se juega, en buena parte, en la compleja partida electoral francesa.
Para entender quién es Jordan Bardella y cómo es posible que, con solo 28 años, sin estudios ni apenas experiencia política, se haya convertido en la gran esperanza de la extrema derecha, hay que ver lo que no es. Pese a su cercanía con el clan Le Pen, no es un Le Pen. Ese apellido está ligado al Frente Nacional, ahora Reagrupamiento Nacional (RN), un partido que, pese a los esfuerzos de la actual líder, Marine Le Pen, por limpiarlo, sigue asociado al pasado más oscuro de un movimiento creado por antiguos colaboracionistas y filonazis.
Amine, vestido de chándal y cuyo incipiente bigote no disimula su aniñado rostro, cuenta que las elecciones de este domingo se han convertido en el “único tema de conversación” entre sus amigos de la ciudad de Bobigny, situada en el departamento de Seine-Saint-Denis, cerca de París. Reconoce que “hablar de política no es algo habitual”, tanto en casa con sus padres, a quienes “no les interesa”, como con sus compañeros del liceo Louise Michel. Pero la posibilidad de que en unos días haya un Gobierno de extrema derecha, algo que vive con auténtico pavor, como si fuera una pesadilla, ha transformado su actitud y la de su entorno. “Tengo miedo por lo que nos puedan hacer y por el racismo que va a despertar”, confiesa. Por eso, lo primero que este chico de origen argelino y de religión musulmana hizo cuando hace dos meses cumplió 18 años fue pedir su carta de elector. “Todos vamos a votar, sobre todo los jóvenes”.
Los franceses votan este domingo en la segunda vuelta de las legislativas para acabar de configurar la Asamblea Nacional. El partido de extrema derecha de Marine Le Pen, Reagrupamiento Nacional (RN), que fue la fuerza más votada en la primera ronda, vuelve a ser favorito para obtener el máximo de asientos. Pero, ¿cómo de probable es su mayoría?
Analizamos tres escenarios, usando los resultados de la primera vuelta y las últimas encuestas.
La participación a las 12.00 se sitúa en el 26,6%
La incertidumbre total sobre qué gobierno surgirá de las elecciones legislativas de este domingo, incluida la posibilidad de la llegada de la extrema derecha al poder, está haciendo que los ciudadanos se vuelquen en a las urnas. La participación, a las 12.00, era de 26,63%, según el Ministerio del Interior. La cifra es superior al 25,9% de la primera vuelta del domingo pasado a la misma hora y, sobre todo, mucho más alta que en las legislativas de 2022, cuando apenas llegaba al 18,99% al mediodía.
Las cifras confirman la alta participación que se espera de estos comicios legislativos adelantados, que ya en la primera vuelta, el domingo pasado, llevó al 66,71% de los franceses con derecho a voto a las urnas. Fue la cifra más alta en 27 años, desde las legislativas de 1997 (67,9% de participación). En los comicios parlamentarios de hace dos años, solo el 47,51% votó en la primera vuelta.
Estas primeras cifras —volverá a haber una medición a las 17.00— confirman la alta participación pronosticada por los sondeos de los últimos días. Según el instituto Ipsos, los franceses que declararon su intención de votar este domingo se sitúa entre 66 y 70%, más que en la primera vuelta incluso.
Según destaca Le Monde, este domingo solo están llamados a las urnas 43,3 millones de franceses, ya que casi seis millones de ciudadanos viven en circunscripciones donde un candidato ganó en la primera vuelta, por lo que no tienen que votar una segunda vez. De los 577 escaños en liza, 76 ya están asignados desde el 30 de junio: 39 diputados de la extrema derecha de Reagrupamiento Nacional (RN) y sus aliados, 32 de la alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP), dos de la hasta ahora mayoría macronista, dos de la derecha diversa y uno de los conservadores Los Republicanos (LR). Quedan 409 duelos y 89 triangulares, ahí donde ninguno de los candidatos clasificados se ha retirado para frenar al RN, como sí se ha hecho en más de 200 circunscripciones.
El partido de extrema derecha de Marine Le Pen, Reagrupamiento Nacional (RN), que fue la fuerza más votada en la primera ronda, vuelve a ser favorito para obtener el máximo de asientos.
Omar Hassaine, este domingo en el norte de París.
Votantes | Omar Hassaine, 47 años: “Temo que se desate el discurso racista”
Omar Hassaine, de 47 años, ha llegado temprano a votar. Generalmente, no lo hace, pero hoy cree que la situación es distinta. En su circunscripción situada en el norte de París pudo elegir entre un candidato macronista y otro del Nuevo Frente Popular (NFP), la alianza de izquierdas que se formó para frenar al Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen, de extrema derecha. El presidente Emmanuel Macron “representa una política de derechización en el ámbito económico y social. Ha hecho aumentar la extrema derecha” en el país, opina. Para este farmacéutico, la decisión del mandatario de adelantar las elecciones legislativas tras el revés que sufrió en las europeas del 9 de junio fue una “locura”. “No sé si fue calculado. En realidad, no le importa el resultado”, sostiene.
A Hassaine no le da tanto miedo que el RN llegue al poder porque cree que no podrán aplicar sus promesas de campaña. Lo que sí teme, sin embargo, es que se “libere” el discurso racista. “Los electores de extrema derecha no soportan que haya políticas sociales para los extranjeros”, señala. Además de la responsabilidad de Macron, estima que la prensa que está en manos de “multimillonarios” ha ayudado también a que el RN obtenga tantos votos. “En París no se siente tanto, pero es en otros lados del país donde hay cambios”, indica. Frente al colegio electoral donde ha votado, dice esperar que el NFP se mantenga pese a las divisiones existentes. Antes de despedirse, cita a España como ejemplo, donde, según él, “se ha demostrado que se pueden hacer políticas sociales”.
La mayor participación en una segunda vuelta en 43 años
Jamás una segunda vuelta de legislativas en Francia había movilizado a tantos electores desde hace 43 años. El dato de participación registrado a las 12.00 es el más alto desde 1981 (28,3%), cuando la izquierda llegó al poder.
Gabriel Attal, este domingo depositando su voto. / ALAIN JOCARD / via REUTERS
Así han votado los candidatos durante la jornada electoral
Algunos dirigentes políticos franceses han emitido ya su voto en la segunda vuelta de las elecciones legislativas adelantas que se celebran este domingo, en las que por ahora hay una participación destacada:
Gabriel Attal. El primer ministro fue el más tempranero, ya que ha depositado su voto justo a las 10.00 (8.00 GMT) en Vanves (departamento de Altos del Sena), donde aspira a renovar su escaño por la décima circunscripción.
François Hollande. El expresidente socialista lo hizo a las 11.22 en Tulle, en el departamento de Corrèze (centro), donde es candidato tras haber vuelto a la política activa para estas elecciones.
Éric Ciotti. Antes que Hollande ha votado el presidente del partido conservador. Los Republicanos (LR), aunque enfrentados a la cúpula de la formación por su alianza personal con la ultraderecha de Marine Le Pen, votaron en la ciudad de Niza (sureste), donde quedaron en primer lugar en la primera vuelta para su reelección al escaño que ocupan desde 2008.
Élisabeth Borne. La anterior primera ministra ha depositado su voto en Vire (Normandía, noroeste) poco después de las 11.00, donde es candidata a renovar su asiento.
Emmanuel Macron. El presidente ha votado, como es habitual, acompañado de su esposa, Brigitte, en la pequeña ciudad costera de Le Touquet (norte), donde ambos están censados.
Marine Le Pen. La líder ultraderechista cuyo partido RN es favorito para ganar estos comicios, también lo hará en su feudo electoral de Henin-Beaumont (norte). (Efe)
El presidente Emmanuel Macron llega al colegio electoral de Toquet, en el norte de Francia. / MOHAMMED BADRA / POOL / EFE
Macron deposita su voto acompañado de su mujer
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha votado alrededor de las 12.30, acompañado de su esposa, Brigitte, en la pequeña ciudad costera de Le Touquet (en el norte), donde ambos están censados. Como es habitual en Francia, no hizo declaraciones a la prensa tras emitir su sufragio.
Marine Le Pen y Jordan Boardella, en junio. / Thomas Padilla / AP
Análisis exprés | La extrema derecha espera el mejor resultado de su historia, pero la mayoría absoluta parece alejarse
El Reagrupamiento Nacional, partido de extrema derecha liderado por Marine Le Pen, empezó la campaña hace tres semanas con el viento a favor y una mezcla de euforia y vértigo. Euforia porque el RN acaba de triunfar en las elecciones europeas con más del doble de votos que la candidatura del presidente Emmanuel Macron. Y porque el partido, marginado durante décadas en el rincón de los apestados ideológicos, ocupaba por fin un lugar central en Francia. Vértigo porque los sondeos y la dinámica electoral indicaban que la mayoría absoluta estaba al alcance de la mano, y sabían lo que supone encontrarse inesperadamente con el Gobierno de una potencia europea como Francia.
La euforia se ha calmado a medida que ha avanzado la campaña. El vértigo también. La primera vuelta, el 30 de junio, confirmó la extraordinaria fuerza electoral de este partido. Pero reactivó en su contra el llamado Frente Republicano, modalidad autóctona del cordón sanitario. A esto se añade un cúmulo de errores, como los mensajes de Le Pen que señalaban a los franceses con doble pasaporte. Y las revelaciones sobre decenas de candidatos estrambóticos en el mejor de los casos y proclives a las declaraciones xenófobas. Renacían así los viejos fantasmas, los de un partido con un viejo historial ultra que Marine Le Pen lleva años intentando pulir. Al cierre de la campaña, todos los institutos de sondeos coincidían: el RN obtendrá el mejor resultado de su historia, pero quedará lejos de la mayoría absoluta.
Jean Noyer, este domingo en el norte de París.
Votantes | Jean Noyer, 82 años: “Macron gestionó mal las reformas de las pensiones”
Jean Noyer, un jubilado de 82 años, cuenta que siempre ha votado. Esta vez lo ha hecho por el candidato macronista en su circunscripción del norte de París. “No me genera ninguna sorpresa lo que tendremos esta noche, tres fuerzas más o menos iguales”, dice a la salida del colegio electoral, refiriéndose a la coalición centrista de Emmanuel Macron (Ensemble), a la extrema derecha del Reagrupamiento Nacional (RN) y a la alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP).
“Lo que hay que evitar es el RN”, sostiene este hombre originario del suroeste de Francia. “Yo soy de una época… conocí Vichy” —el régimen colaboracionista durante la Segunda Guerra Mundial—, añade. Opina que el presidente Macron hizo lo correcto en adelantar las elecciones legislativas, ya que, según él, iban a tener lugar tarde o temprano debido al hecho de que su coalición carece de mayoría en la Asamblea Nacional, lo que lo obliga a pactar cada ley que quiere sacar adelante.
Noyer es consciente de que la ciudadanía ha perdido la confianza hacia su mandatario. “Gestionó mal la reforma de las pensiones, que no fue bien explicada”, admite. También acusa al dirigente por haber difuminado las fronteras partidistas. “Una ley de izquierda, una ley de derecha, la gente ya no entiende. Necesitan cosas claras”, opina.
Más de 87.000 franceses tienen derecho a voto desde España en las elecciones legislativas
Más de 87.000 ciudadanos franceses se han registrado para participar desde España en las elecciones legislativas de este domingo y en las que los residentes en el extranjero pueden votar tanto de forma presencial como a través de Internet, según fuentes de la Embajada francesa.
La votación física en Madrid se habilitará en el Liceo Francés, al igual que en Barcelona, aunque Cataluña pone a disposición de los ciudadanos otros dos centros en Girona y Figueres. También habrá urnas en Valencia, Sevilla, Bilbao, Zaragoza, Málaga, Granada, Alicante, Vigo, Palma, Santa Cruz de Tenerife y Telde. (EP)
De izquierda a derecha, Melenchón, Attal y Bardella. / Abdul Saboor / REUTERS
Análisis exprés | Los protagonistas de la campaña: Bardella, Attal y Mélenchon
Tres figuras muy diferentes y políticamente en las antípodas se han convertido en los protagonistas de la campaña electoral más corta de la historia de Francia. Por un lado, está Jordan Bardella, el jovencísimo (28 años) candidato del Reagrupamiento Nacional (RN) a convertirse en primer ministro. Lograría así que la extrema derecha se haga con el poder por primera vez en Francia por la vía de las urnas.
Quien quisiera impedirlo a toda costa es Gabriel Attal, el primer ministro saliente, hasta ahora el más joven de la historia (35 años). Aunque sabe que sus posibilidades de quedarse en el puesto son mínimas por el batacazo que se vaticina a la alianza centrista del presidente Emmanuel Macron. Attal ha realizado una intensa campaña intentando impedir que el RN se lleve la mayoría absoluta, a pesar de que ello implique votar este domingo a la izquierda, el bloque en segundo lugar en intención de voto, según los sondeos.
Ahí entra el veterano Jean-Luc Mélenchon, líder indiscutible (hasta ahora) y controvertido de Francia Insumisa (LFI). La fuerza del partido de izquierda radical en las urnas le convierte en un elemento clave de la alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP). Pero el rechazo profundo que provoca en los votantes más moderados ha sido un revulsivo para muchos que el bloque de izquierdas ha intentado limitar llamando, literalmente, a callarse a un Mélenchon que no oculta sus ganas de ser primer ministro (ya lo intentó en 2022, tras fracasar en las presidenciales). Solo lo han conseguido a medias.
Análisis exprés | El frente republicano: éxitos y fracasos del cordón sanitario francés
Inspirado en las estrategias para impedir el ascenso del populismo y el nacionalismo de ultraderecha a lo largo del siglo XX, el frente republicano es la unión de varios partidos políticos contra el Frente Nacional (FN), rebautizado Reagrupamiento Nacional (RN) en 2018. Tuvo su momento de esplendor entre finales de los noventa y el inicio de los dos mil, cuando la izquierda y la derecha moderada se retiraron en varias circunscripciones para impedir que la ultraderecha aprovechara su división para imponerse electoralmente. En resumen, el candidato peor calificado en la primera vuelta se retiraba de la segunda para favorecer una concentración de votos en torno al aspirante que se enfrentaba al FN. Una táctica que algunos criticaron: dejaba a los ultras fuera de la sede parlamentaria, pero también alimentaba su proyecto al permitir que el partido se presentara como víctima de una conspiración electoral de sus competidores.
La maniobra se fracturó a partir de 2011, cuando la derecha neogaullista de Nicolas Sarkozy prefirió otra doctrina: el llamado "ni-ni" (ni Partido Socialista, ni FN). En esta campaña exprés para las legislativas, el frente republicano se ha aplicado de forma variable. Si la izquierda se ha retirado por sistema de los distritos electorales donde el RN de Marine Le Pen podía ganar un diputado (131 en total) y ha beneficiado al candidato mejor situado, el centroderecha no siempre le ha correspondido. La razón esgrimida: las posiciones polémicas de algunos diputados de La Francia Insumisa, la izquierda radical de Jean-Luc Mélenchon, considerada por algunas voces del campo conservador como una propuesta tan extremista como el RN de Marine Le Pen. En total, el partido de Macron se ha retirado de 82 circunscripciones (una quincena de candidatos prefirieron no hacerlo), mientras que la derecha de Los Republicanos, antiguo partido de Sarkozy, ha resucitado el "ni-ni" y solo lo ha hecho en cuatro casos.
La votante francesa Catherine Giboin, de 67 años.
Votantes | Catherine Giboin, 67 años: “El hecho de que el RN pueda ganar me angustia”
Catherine Giboin, de 67 años, ha votado siempre. Aunque cree que el partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional (RN) no va a alcanzar la mayoría absoluta, le preocupa “la banalización” de sus ideas. Cita como ejemplo los discursos antigénero, antiinmigrantes y homófobos. “El hecho de que el RN pueda ganar me angustia”, sostiene esta jubilada, que trabajó durante años en el sector asociativo. Dos candidatos se oponen en su circunscripción, situada en pleno centro de París, no muy lejos de la Ópera. Un candidato macronista, que en la primera vuelta de las legislativas obtuvo el 44,6% de los votos, y otro del Nuevo Frente Popular (NFP) que obtuvo el 32,09% de los sufragios. A ella no le convence ninguno de los dos, pero piensa que es importante votar para frenar la extrema derecha. Sin embargo, no considera que su voto pueda impedir la propagación de sus ideas.
No se esperaba para nada el anuncio del presidente Emmanuel Macron de disolución de la Asamblea Nacional, tras el revés que sufrió en las europeas del 9 de junio. Tampoco tiene una opinión formada sobre el caso. Pero insiste en que siempre existen riesgos de retroceso en el ámbito social. “Vemos lo que pasa en Italia, en Hungría…”, reflexiona, añadiendo que siempre ha luchado por el derecho de las mujeres. Giboin cree que se subestima lo que podría pasar si gana el RN y subraya la “fractura muy grande” que hay entre las ciudades y el resto, donde el RN ha llegado en primera posición. “¿Cómo llegamos a eso? ¿Vivimos en el mismo país? ¿Qué hicimos mal aquí en París?”, se pregunta tras haber votado. “Tengo familia en el Var [un departamento del sureste del país], donde el RN ganó en todos lados”, dice. Sobre el NFP, opina que no está mal para “mitigar los riesgos”, pero no está del todo convencida de que vaya a funcionar. “No aguantó antes. ¿Cómo lo harán ahora?” reflexiona, haciendo referencia a La Nueva Unión Popular Ecologista y Social (NUPES), la alianza de izquierdas creada en las legislativas de 2022 para hacer frente a Macron.
Clothilde Caie, este domingo en París tras depositar su papeleta.
Votantes | Clothilde Caie, 21 años: “Si escucháramos más, quizás podríamos encontrar soluciones”
Clothilde Caie, una estudiante de 21 años, duda primero si contestar a las preguntas. Pero cambia de opinión enseguida para resaltar que el ambiente le parece “muy preocupante” y “pesado”. “Tengo dificultades para entender lo que pueda pasar concretamente”, asegura esta joven. Hace una pausa y reflexiona brevemente, mientras algunas lágrimas se van formando en sus ojos. Cree que las políticas de la extrema derecha afectarán duramente a las minorías y a los inmigrantes, y eso le provoca cierta rabia e impotencia.
Tras depositar su voto y el de su hermana, de 24 años, señala que hay una incomprensión muy fuerte entre la gente que vota a la extrema derecha y el resto, los que votan para la coalición del presidente Emmanuel Macron o para la alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP). Insiste mucho en eso. “Nosotros estigmatizamos mucho el voto RN [siglas en francés del partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional] cuando podríamos dialogar”, sostiene. “Pienso que es fácil juzgar a los electores del RN cuando no estamos en su situación. Si escucháramos más, quizás podríamos encontrar soluciones”, añade Caie, que acaba de terminar unos estudios de teatro.
La joven cree que parte de la situación actual se explica por el hecho de que hay mucho “enfado que no ha tenido respuesta política”. Recuerda las revueltas de los chalecos amarillos de 2018 —que empezó contra el alza en el precio de los combustibles— y las masivas manifestaciones del año pasado en contra de las reformas de las pensiones, el proyecto estrella del presidente Emmanuel Macron que aumentó la edad de jubilación.
El mandatario, sin mayoría suficiente en la Asamblea Nacional [la cámara baja del Parlamento] impuso la impopular reforma por decreto, a través del artículo 49.3 de la Constitución, que permite eludir el voto parlamentario. “El 49.3 fue la prueba de que se nos obliga a asumir medidas que no queremos”, dice Caie. Otro asunto que le genera preocupación es lo difícil que es acceder a “información fiable”. “Es difícil informarse bien, de manera clara, con hechos concretos y neutros”, opina. “Es difícil desarrollar el espíritu crítico” en ese contexto, advierte desde el centro de París.
Emmanuel Macron deposita su voto este domingo. / MOHAMMED BADRA / POOL / via REUTERS
Análisis exprés | Los macronistas, perjudicados por las decisiones de su jefe Macron, aspiran a salvar los muebles
Salvar los muebles: este es el objetivo de las candidaturas de Ensemble (Juntos) en estas elecciones legislativas. Los tres partidos que integran la mayoría presidencial saliente (el macronista Renacimiento, el centrista MoDem y el centroderechista Horizontes) fueron los principales damnificados de la decisión de su jefe, Emmanuel Macron, de disolver la Asamblea donde formaban el primer grupo con 250 diputados. En las europeas sacaron menos de la mitad de votos que el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen. Fue esta debacle lo que llevó a Macron a adelantar las elecciones legislativas. La repetición del mismo resultado que en las europeas podría haber barrido del mapa a los macronistas.
La derrota en la primera vuelta del pasado domingo fue inapelable: Ensemble quedó tercero con un 20% de votos. Pero los macronistas colocaron a decenas de candidatos en la segunda vuelta que hoy podrían seguir elegidos. Y hay sondeos que les sitúan con más de 100 diputados. De un lado, es un muy mal resultado comparado con lo que tenían, la mayoría y el Gobierno. Del otro, se impone una realidad: el centro sigue existiendo, aunque disminuido, y el escenario que dibujan los sondeos es de una cámara tripartita, con tres bloques más o menos equilibrados que tendrán que construir coaliciones si alguien quiere gobernar.
Dominique y François Houlle, este domingo en París.
Votantes | Dominique y François Houlle, 58 y 63 años: “Queremos más orden y seguridad”
Dominique y François Houlle, de 58 y 63 años respectivamente, quieren “más orden y seguridad”. Ella, ama de casa, asegura que hay muchos “robos, incivilidades y agresividad entre la gente”. Él, que trabaja como conductor para empresas, asiente y añade problemas como el “vandalismo” o la pérdida de calidad de vida en el campo. No lo dicen porque lo ven en los medios, sino porque lo han vivido, insisten. La pareja ha votado en blanco en el este de París, en el adinerado barrio de Passy. Dos candidatos se disputan esta circunscripción. Por un lado, está el aspirante macronista, que obtuvo un 47,71% de los votos en la primera vuelta hace una semana. Por el otro, un candidato apoyado por el RN y por Eric Ciotti, el líder de Los Republicanos (LR, derecha), que fue expulsado de su partido por querer pactar con la extrema derecha. La justicia suspendió su expulsión a mediados de junio.
Ninguno convenció a la pareja. “Estamos hastiados más que descontentos”, explica Dominique. “Desde hace décadas, nada cambia. Es por eso que siempre hubo mucha abstención”, añade. El problema, continúa François, es que el presidente Emmanuel Macron “fue elegido con la promesa de cambio, de nuevas caras. Y lo que hizo fue reciclar” a los políticos, crítica. “Si Macron hubiera hecho una política de seguridad y de justicia más seria, creo que no estaría en esta situación ahora”, opina.
Ambos creen que el voto al partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional (RN, por sus siglas en francés) es un voto de protesta, más que de ideas. “Sobre todo en el campo, donde la gente se siente abandonada”, asegura François. “La gente está harta. Lo que quieren es estar tranquilos y que haya más serenidad. Y lo que hay ahora es todo lo contrario”, sostiene.
Jean-Luc Melenchon, el 3 de junio tras votar en la primera vuelta de las elecciones. / Thomas Padilla / AP
La izquierda exhibe su fuerza en campaña, y sus divisiones
La izquierda aspira a ser la segunda fuerza parlamentaria y algunos sondeos sugieren incluso la posibilidad de que sea la primera, aunque no pueda formar gobierno sola. Sería un éxito impensable hace un mes cuando Emmanuel Macron convocó por sorpresa elecciones legislativas anticipadas. Confiaba Macron en que la heterogénea izquierda francesa concurriese por separado y abriese así al centro macronista la vía para la victoria. Error de cálculo. En cuatro días, los radicales de La Francia Insumisa, los socialistas, los comunistas y los ecologistas negociaron candidaturas únicas y un programa electoral. Es el Nuevo Frente Popular, que evoca el antifascismo de los años treinta. Entre sus candidatos, hay anticapitalistas contrarios a la OTAN afines al líder insumiso Jean-Luc Mélenchon, y socialdemócratas centristas con el expresidente François Hollande.
Resultado en la primera vuelta, el pasado domingo: segunda fuerza con un 28% de votos. La unión dio un impulso considerable a una izquierda que, desde la llegada de Macron al poder en 2017, no había encontrado su línea. Pero la campaña estuvo marcada por divisiones internas, críticas en la propia izquierda a Mélenchon por su personalismo y sus palabras sobre la guerra en Gaza, y un mensaje desde el macronismo que equiparaba a “los extremos” de ambos lados, a Le Pen y a Mélenchon. La campaña termina en medio de especulaciones sobre la posible participación del sector moderado de la izquierda en una gran coalición con el centro y la derecha moderada si ningún bloque tiene mayoría.
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