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La izquierda y los macronistas se aferran al ‘cordón sanitario’ en Francia para evitar la mayoría absoluta de Le Pen

Más de dos tercios de las circunscripciones donde existían tres candidatos en liza registran una retirada del que tenía menos opciones para concentrar el voto contra el Reagrupamiento Nacional

Gabriel Attal Francia
El primer ministro de Francia, Gabriel Attal (en el medio, con traje gris), durante una visita a un mercado en París, este martes.CHRISTOPHE PETIT TESSON (EFE)
Marc Bassets

Un frente republicano, versión francesa del cordón sanitario contra la extrema derecha, se ha reconstruido este martes para impedir que el Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen obtenga en las legislativas de este domingo una mayoría absoluta de escaños y pueda formar Gobierno. No es tan fuerte, pese a todo, como lo fue en el pasado, ni es seguro que logre su propósito. Le Pen, que ha suavizado su programa y su imagen con los años, ya no se percibe como la amenaza que fue en otros tiempos.

Pero en las elecciones en las que la extrema derecha está más cerca del poder, una buena parte del arco político —no todo, pero sí el centro y la izquierda— ha reaccionado. Un total de 218 candidatos a diputado, de una lista de 311, han renunciado a presentarse en la segunda vuelta cuando en sus distritos afrontaban una elección triangular, con tres aspirantes. El objetivo es concentrar los votos en el mejor situado para batir al del RN.

El número final de renuncias, que se ha conocido a las 18.00 de este martes, representa más de dos tercios de las circunscripciones que contaban con una segunda vuelta con más de dos aspirantes clasificados. Es un indicador de la capacidad de los partidos para apoyar a rivales por un bien que consideran mayor: derrotar a la extrema derecha. Y puede complicar a Le Pen sus objetivos.

Hay 131 candidatos de la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular que se han retirado para concentrar el voto en uno centrista o de la derecha moderada, según el recuento de Le Monde. Y 82 de la mayoría parlamentaria saliente, adscrita al presidente Emmanuel Macron, que desisten en favor de un candidato de izquierdas. Son menos que en la izquierda, pero la cifra es considerable y responde al llamamiento del cuestionado Macron a “una larga unión claramente demócrata y republicana” contra la extrema derecha.

En el campo macronista, 16 candidatos han preferido seguir en campaña al considerar que tan nocivo era para Francia su rival de izquierdas como el de extrema derecha. En la izquierda, son 7 los que siguen. Pero los que suman a la unión contra la extrema derecha no son solo de sensibilidad centrista o de izquierdas. En el campo de Macron, hay 9 candidatos de Horizontes, partido de la derecha moderada e integrado en la coalición presidencial. Y dos de Los Republicanos (LR), el partido de la derecha tradicional, aunque al menos en uno no dio consignas de voto.

Una gran parte de los candidatos que abandonan no dan consignas de voto. La incógnita es el efecto de este frente republicano el 7 de febrero. Quedarán menos de un centenar circunscripciones con una final triangular en las que ninguno ha querido retirarse.

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En la primera vuelta de las legislativas, el pasado domingo, el RN de Le Pen venció con un 33,1%, seguido del Nuevo Frente Popular con un 28% y la candidatura macronista Ensemble con un 20%. El resultado coloca a la extrema derecha, que quedó en primera posición en 296 circunscripciones, como favorita para ser la fuerza con más diputados en la nueva Asamblea Nacional. Pero no le garantiza llegar a la mayoría absoluta de 289 escaños.

El frente republicano, si funciona y los votantes concentran el voto contra los candidatos del RN, puede frustrar esta mayoría absoluta, necesaria, según Le Pen, para aplicar su programa. En declaraciones a la cadena France Inter, la líder del RN reclamó la mayoría: “No podemos aceptar ir al Gobierno si no podemos actuar”. Pero admitió que, por sí solo, su partido podía no llegar a los 289 escaños, y entonces buscaría aliados: “A partir del momento en que tengamos 270 diputados, necesitaremos 19 más, e iremos a ver a los demás, y les preguntaremos si están dispuestos a participar en una nueva mayoría para una nueva política”.

El frente republicano empezó a usarse a finales de los años ochenta en pleno auge del Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen y sirvió para mantener a este partido y a su sucesor, el RN, alejado del poder. Ayudó al conservador Jacques Chirac a derrotar a Le Pen padre en las presidenciales de 2002, al recoger el voto de la izquierda; y en 2017 y 2022, a que el centrista Emmanuel Macron venciera a Le Pen hija.

Con el tiempo se ha debilitado, como demuestran las presidenciales en las que un candidato moderado se enfrentó a uno de extrema derecha. En 2002, Chirac ganó a Le Pen con un 82% de votos. En 2017, Macron se impuso a su hija con un 66%. Cinco años más tarde, la ventaja se redujo y ganó con un 58,5%. Todo indica que cada vez menos franceses están dispuestos a votar por un candidato que no es el suyo con el fin de frenar a la extrema derecha.

La decisión sobre si desistir o no de esas candidaturas con menos opciones ha provocado intensos debates entre los partidos del bloque presidencial. Algunos, como el primer ministro, Gabriel Attal, exhortaron: “Ni un voto debe ir al Reagrupamiento Nacional”. Pero otros macronistas consideraban que había que sopesar “caso a caso”, en cada distrito, si retirar o mantener las candidaturas. Otros, como Édouard Philippe, ex primer ministro de Macron y aspirante a sucederle, declararon: “Ni un voto para los candidatos del RN ni para los de La Francia Insumisa”. La Francia Insumisa (LFI) es el partido de izquierda radical liderado por Jean-Luc Mélenchon.

Philippe, al frente del partido de derecha moderada Horizontes, autorizaba a sus candidatos, con estas palabras, a retirarse cuando en la triangular hubiese, además del RN, otro candidato socialista, ecologista o comunista. Pero no de LFI, acusada por los moderados de hacer el juego al antisemitismo y fomentar el caos en el Parlamento y en la calle. El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, dijo: “El RN es un peligro para la República. LFI es un peligro para la nación”. Esta es también la posición de Los Republicanos, el partido de la derecha tradicional, hoy escindido en dos: su presidente, Éric Ciotti, ya ha dado el paso durante la campaña de aliarse al RN de Le Pen.

Según algunas proyecciones, el número elevado de renuncias y la concentración de votos contra la extrema derecha podría evitar la mayoría absoluta del RN. Sería un éxito para el frente republicano, una prueba de su mala salud de hierro. Pero no está claro que los votantes sigan las consigas de los partidos por los que votaron en la primera vuelta. Es decir, que el frente republicano acordado entre partidos se extienda al electorado.

“Ya no creo en el frente republicano”, ha declarado Louis Aliot, dirigente del RN y alcalde de Perpiñán. “Fui elegido en Perpiñán solo contra todos, izquierda y derecha. Los electores ya no responden a las consignas”.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).
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