Las universidades de EE UU se blindan para las graduaciones mientras continúan las protestas por Gaza
Los desalojos policiales no frenan las manifestaciones en los campus
Si hay un momento especialmente solemne en el calendario de las universidades de EE UU es mayo, el mes de las ceremonias de graduación, esas inmortalizadas en las películas en donde un invitado más o menos célebre pronuncia un discurso de enhorabuena y los estudiantes lanzan sus birretes al aire, entre los aplausos de sus familias. Son actos sacrosantos, para los que los alumnos se preparan casi tanto o más que para sus propios exámenes y que durante la pandemia tuvieron que celebrarse de manera virtual. Este año, a la sombra de las protestas propalestinas en los campus, algunas instituciones han optado por cancelar o aplazar esos eventos. Otras, la mayoría, por reforzar la seguridad para evitar disturbios.
Hasta el momento, más de 2.000 estudiantes han quedado arrestados en cerca de 40 campus en 25 Estados del país desde que la Policía de Nueva York efectuó los primeros desalojos en la Universidad de Columbia.
El desmantelamiento policial de los principales campamentos en solidaridad con Gaza no ha frenado las protestas de los estudiantes en los campus. Al contrario, nuevas facultades y centros se incorporan cada día a la movilización, pese a las advertencias de los rectorados y la amenaza de intervención de las fuerzas de seguridad, al tiempo que el movimiento amenaza con propagarse también por Europa. Agentes del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) han arrestado en la mañana de este viernes a 56 personas durante el desalojo de dos campamentos propalestinos en la Universidad de Nueva York (N.Y.U, 13) y en la New School (43), después de que las autoridades universitarias solicitaran su ayuda para dispersar “los campamentos ilegales”. Al tratarse de recintos privados, la policía no puede actuar motu proprio.
Los desalojos se saldaron con “enfrentamientos mínimos” entre agentes y estudiantes, según las autoridades universitarias. La New School ha adoptado también este viernes las clases en remoto. Un día antes, un conato de concentración en la universidad Fordham, también en Manhattan, fue sofocado igualmente por la policía.
Los responsables de New School solicitaron la intervención después de que los manifestantes invadieran el vestíbulo del edificio central y una residencia de estudiantes, e instalaran un campamento que impedía a los alumnos entrar en sus dormitorios. “Hemos sido muy tolerantes con el derecho de los estudiantes a la libertad de expresión, siempre que no interfirieran en la misión educativa”, ha declarado este viernes Donna Shalala, rectora interina. La decisión se debe, ha subrayado, “a la conducta de los estudiantes, no a su discurso”.
El difícil equilibrio entre garantizar el derecho constitucional a la libertad de expresión de todos los miembros de la comunidad universitaria y a la vez preservar el normal desarrollo de las actividades académicas ha tensado la convivencia en este centro, reconocido como vanguardia académica, pero también ideológica, en ciencias sociales.
Parecida tensión han vivido las autoridades del campus de Los Ángeles de la Universidad de California (UCLA). Tolerantes con la protesta al principio, afirman haberse visto forzadas a solicitar la intervención policial cuando la protesta pacífica amenazó con descarrilar por la irrupción violenta de un grupo de contramanifestantes proisraelíes, que derribaron barreras y atacaron a los estudiantes propalestinos concentrados.
Su universidad rival, la Universidad del Sur de California, ha anunciado la cancelación de su ceremonia principal de graduación el 10 de mayo, después de haber renunciado a que su alumna del año, Asma Tabassum, de religión musulmana, pronunciara un discurso en ese acto. En su lugar, el centro educativo ha prometido “nuevas actividades y celebraciones” para conmemorar el fin de las carreras de sus estudiantes de último año.
En Columbia, la universidad convertida en símbolo de las protestas, la rectora Nemat Minouche Shafik ha prometido que la ceremonia de graduación se celebrará según lo previsto, el próximo día 15. Pero tras los desalojos, la Policía continuará en el campus al menos dos días después del evento, hasta el 17.
En uno de los Estados de mayor proporción de población árabe en el país, la Universidad de Míchigan, donde los alumnos han establecido un campamento en el campus, celebrará rodeada de medidas especiales de seguridad su ceremonia para homenajear a los estudiantes recién licenciados el próximo día 10. “Los festejos de graduación han sido durante décadas un lugar de libre expresión y protesta pacífica, y probablemente lo continuará siendo”, ha indicado la institución en un comunicado. Como parte de las medidas, se establecerá un lugar específico para las protestas fuera del recinto de la ceremonia, se establecerán puntos de inspección par la entrada al acto y se prohibirá la entrada de banderas o carteles. Un equipo de voluntarios vigilará el desarrollo del evento, y la Policía estatal asistirá a la propia del campus.
Los campus se blindan para las inminentes ceremonias de graduación en un clima de calma volátil, mientras desde los rectorados y los departamentos de policía se formula en voz cada vez más alta la hipótesis de que muchos de los manifestantes son elementos ajenos a la universidad. “Agitadores foráneos”, los ha definido el alcalde de Nueva York, el demócrata Eric Adams. Entre los casi 300 arrestados en la noche del martes en el desalojo de los campus de Columbia y la pública CUNY, casi la mitad no tenían vínculos con la universidad, dijeron el jueves fuentes del Departamento de Policía de Nueva York. Mientras, se ha esclarecido otro incidente en el desalojo del edificio ocupado de Columbia: el disparo accidental del arma de un policía que intervino en la evacuación. Nadie resultó herido, y el proyectil acabó incrustado en la pared del primer piso del inmueble.
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