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Rusia bombardea Ucrania con decenas de misiles y drones tras acusar a Kiev del atentado en Moscú

Un cohete ruso dirigido a la provincia de Lviv entra en el espacio aéreo de Polonia, país miembro de la OTAN

Un militar y un policía inspeccionaban este domingo los restos de un misil ruso interceptado durante el ataque a Kiev.Foto: VALENTYN OGIRENKO (REUTERS) | Vídeo: EPV
Cristian Segura (Enviado especial)

Rusia ha desplegado su arsenal de largo alcance contra Ucrania en dos nuevos bombardeos la madrugada y la mañana de este domingo. En el primer ataque se han disparado 29 misiles y 28 drones bomba contra ocho provincias; en el segundo, cuatro horas más tarde, las provincias occidentales de Lviv e Ivano Frankivsk han vuelto a recibir la llegada de misiles del invasor. Los dos bombardeos sobre ciudades lejos del frente se producen un día después de que el líder ruso, Vladímir Putin, acusara sin pruebas a Ucrania de participar en el atentado yihadista del viernes en Moscú, asumido por el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés).

Se trata de la tercera gran ofensiva aérea rusa contra territorio ucranio lejos del frente en esta semana. La peor jornada se produjo el viernes, cuando 151 misiles y drones bomba Shahed destruyeron infraestructuras energéticas y causaron media docena de muertos en nueve provincias. El primer ataque fue el jueves contra Kiev. La capital ha vuelto a ser objetivo la madrugada de este domingo con 12 misiles de crucero disparados por bombarderos TU-95MS desde la provincia rusa de Sarátov, a 1.000 kilómetros de Kiev. Las estaciones de metro de Kiev se han llenado con miles de ciudadanos, más que en ocasiones anteriores, por el temor a que Rusia utilizara la acusación contra Ucrania en el atentado de Moscú para realizar un bombardeo masivo. El domingo no hubo víctimas mortales.

Quien se ha llevado la peor parte en el ataque de esta madrugada es la provincia de Lviv, fronteriza con Polonia, que ha sido atacada con 19 misiles de crucero y siete drones. Cuentas militares rusas aseguran que el principal objetivo era la base aérea militar del municipio de Strii. Las autoridades regionales de Lviv solo han confirmado que dos misiles han impactado esta madrugada en una “infraestructura estratégica” y que, a primera hora de la mañana, de nuevo este mismo objetivo ha recibido el ataque de cohetes hipersónicos rusos Kinzhal. Miles de vecinos de la ciudad de Krivvii Rih, en el este del país, han sufrido cortes de luz y de calefacción por los impactos de drones bomba.

Las Fuerzas Aéreas Ucranias han informado de que sus defensas antiaéreas han interceptado 18 de 29 misiles y 25 de 28 drones. El porcentaje de derribo de misiles rusos por parte las baterías antiaéreas está siendo del 60%, lejos del 80% de media en 2023. Ucrania insiste en el déficit de munición antiaérea que sus tropas están sufriendo por la caída de la ayuda militar de sus aliados internacionales, sobre todo de Estados Unidos.

Alarma en territorio OTAN

Uno de los misiles destinados esta madrugada a Lviv ha violado el espacio aéreo polaco, según han informado las Fuerzas Aéreas de Polonia. El proyectil ha entrado en un país de la OTAN durante 39 segundos. Cazas F-16 polacos y otros aviones de la Alianza Atlántica han sido activados para evitar que el misil impactara en Polonia. Las Fuerzas Armadas polacas ya reportaron el pasado diciembre otro caso similar, aunque en esa ocasión, el proyectil ruso sobrevoló varios minutos el espacio aéreo de Polonia.

Este incidente y los bombardeos próximos a la frontera polaca coinciden con dos ataques de Ucrania este fin de semana en Crimea con misiles Storm Shadow / Scalp. Estos cohetes, producidos por el Reino Unido y Francia, son el único armamento de largo alcance que miembros de la OTAN han facilitado a Kiev. Las Fuerzas Aéreas Ucranias los están utilizando contra barcos de guerra, infraestructuras militares y energéticas rusas en la península anexionada ilegalmente por Putin en 2014.

Vecinos de Kiev refugiados en el metro durante el último ataque ruso, el 24 de marzo.
Vecinos de Kiev refugiados en el metro durante el último ataque ruso, el 24 de marzo. Thomas Peter (REUTERS)

Defender Crimea es para el Kremlin una cuestión de orgullo nacional, y ya ha amenazado en varias ocasiones a la Alianza Atlántica por el hecho de que esté ayudando a Ucrania a golpear en la península del mar Negro. El Gobierno alemán se ha negado a suministrar a Kiev sus misiles de largo alcance Taurus por temor a una escalada de tensión con Rusia.

Sin miedo a Putin

Ucrania está demostrando en las últimas 48 horas que no piensa amilanarse pese al discurso de Putin en el que acusó a Kiev de cooperar en el atentado que el viernes segó en una sala de conciertos cerca de Moscú la vida de 137 personas. El Estado Islámico ha reconocido la autoría de la masacre, pero el Kremlin ha insistido en que los terroristas estaban coordinados con las autoridades ucranias. Putin prometió un castigo ejemplar contra todos los involucrados.

El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, cargó contra Putin en un mensaje emitido en la noche del sábado. Zelenski, como ya hizo el viernes su Ministerio de Defensa, acusa al líder ruso de estar detrás del atentado, como también lo estuvo en el pasado en ataques terroristas chechenos, según la versión ucrania y la de la oposición rusa: “Putin y otros sinvergüenzas sencillamente intentan culpar de todo a otros. Siempre utilizan los mismos métodos. En el pasado ha habido destrucción de edificios, tiroteos y explosiones, y siempre culpan a otros”. “Si los rusos están listos para morir en silencio en lugares como el auditorio Crocus”, dijo Zelenski en referencia a la sala de conciertos donde se produjo la matanza, “y no pedir explicaciones a sus servicios de seguridad y de inteligencia, Putin lo utilizará de nuevo para su beneficio”.

Zelenski reiteró que seguirán defendiéndose y pidió a la comunidad internacional que no retroceda en su oposición a Putin. Los bombardeos en Crimea, y el nuevo ataque con drones en la noche del viernes —pocas horas después del atentado en Moscú— contra una refinería de petróleo rusa demuestran que Ucrania no piensa pisar el freno. El diario Financial Times informó el viernes de que el Gobierno de Estados Unidos había pedido a la presidencia ucrania que detuviera su campaña contra la industria petrolera rusa, por temor a una escalada de precios en el mercado global de los combustibles.

La secretaria de Defensa adjunta estadounidense, Celeste Wallander, no quiso desmentirlo durante su intervención el mismo viernes en el Foro de Seguridad de Kiev. Oleskii Danilov, secretario del Consejo de Seguridad Nacional ucranio, tomó la palabra para advertir a sus aliados de que nadie decidirá lo que tiene que hacer Ucrania: “Es nuestra guerra y no pediremos permiso a nadie para atacar en territorio ruso”. “En el pasado se dejó a Ucrania sola, nos quitaron la bomba atómica, se equivocaron, pero defenderemos nuestro país”, añadió Danilov.

Por otra parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha hablado este domingo por teléfono con Zelenski. El líder ucranio ha agradecido el apoyo español a su país, según informa La Moncloa. Sánchez, por su parte, ha reiterado su apoyo al país agredido, “que se mantendrá mientras sea necesario”, subrayan estas fuentes. También ha trasladado que su Gobierno aumentará el apoyo militar en 2024 “con nuevas capacidades”. Los dos líderes han conversado sobre la posibilidad de que Ucrania convoque una cumbre de paz en los próximos meses.

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Sobre la firma

Cristian Segura (Enviado especial)
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.
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