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Portugal se adentra en un ciclo de incertidumbre que amenaza con otro adelanto electoral

El líder del partido ultra Chega está dispuesto a renunciar a medidas controvertidas como la castración de violadores para entrar en el Gobierno, una opción que descarta Montenegro, el aspirante de centroderecha a primer ministro

Luís Montenegro y André Ventura
Captura de pantalla del debate electoral de Luís Montenegro y André Ventura en el canal CNN portugal, el 12 de febrero de 2024.CNN Portugal
Tereixa Constenla

Antes de tener un nuevo Gobierno, algunos portugueses ya se preguntan cuánto durará. Algunas agencias de calificación anticipan que poco y prevén elecciones en otoño dada la extrema fragilidad que tendrá un Ejecutivo de la Alianza Democrática (AD), que recibió 1,7 millones de votos y empató con el Partido Socialista (PS) el pasado domingo, sin pactar con la ultraderecha de Chega, apoyado por 1,1 millones de electores. Luís Montenegro, el candidato del centroderecha que encabeza AD, reiteró la noche electoral que no incluirá en su Gobierno a la extrema derecha y algunos representantes de su formación, el Partido Social Demócrata (PSD), ya dan por hecho el escenario de un Gobierno en minoría obligado a negociar en el Parlamento todas las materias importantes.

Paulo Rangel, vicepresidente del PSD, ha declarado que formarán “convergencias necesarias” en la Cámara para gobernar, sin excluir algunas fuerzas de la izquierda como el PS y Livre. “Puede ser fácil derribar un Ejecutivo en la retórica de la noche electoral, pero no me parece que sea tan fácil hacerlo luego”, declaró Rangel a la CNN Portugal. Con estos elementos, no parece, pues, que Montenegro vaya a cambiar de opinión para facilitarse la gobernación.

André Ventura, antiguo compañero del PSD y fundador de Chega, avisó la noche del lunes de que sin negociación con su partido no habrá estabilidad política, dado que la otra vía, el entendimiento entre PSD y PS, fue totalmente descartada por el líder socialista, Pedro Nuno Santos. No habrá en Portugal bloque central entre los dos grandes partidos, aunque los socialistas permitirán la formación del Gobierno minoritario de la Alianza Democrática. “El PS será oposición y no dejará el liderazgo de la oposición a Chega”, advirtió el socialista la noche electoral.

En una entrevista a TVI y CNN Portugal, Ventura insistió en reclamar la entrada de Chega en el Gobierno y se mostró dispuesto a renunciar a alguna de sus medidas más controvertidas, como la instauración de la cadena perpetua o la castración química para violadores. Avisó también a Luís Montenegro de que tumbará su proyecto de presupuestos para 2025 si no lo negocia con Chega. Esa prueba de fuego será en otoño, cuando AD lleve a la Asamblea de la República las cuentas del Estado para el año siguiente. “Estamos disponibles para converger, pero no para ser humillados”, dijo Ventura, que auguró margen de crecimiento para su formación. “Lo normal es que en las próximas elecciones Chega dispute la primera posición”, avisó.

La clave, los presupuestos

La votación de los presupuestos es determinante. La última vez que fueron tumbados en la Cámara ocurrió en 2021, cuando el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista Portugués rechazaron el proyecto del socialista António Costa, y llevaron al presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, a disolver la legislatura y convocar elecciones anticipadas en enero de 2022. Sería una incoherencia con su propia doctrina que el jefe del Estado permitiese gobernar a AD con unos presupuestos de duodécimos (el gasto mensual solo puede ser la duodécima parte del realizado el año anterior), que es el mecanismo que contempla la legislación para gestionar la Administración sin nuevas cuentas.

Ventura trazó una serie de reivindicaciones irrenunciables que serían fáciles de asumir por el PSD, como la mejora de las pensiones, un complemento retributivo para varios cuerpos policiales o el reconocimiento del tiempo de trabajo a los profesores. En su primera entrevista tras su espectacular resultado electoral, se presentó como adalid de la responsabilidad y la sensatez, además de asegurar que Rebelo de Sousa le dijo antes de la campaña que no se opondría a la formación de un Gobierno con presencia de Chega.

La figura del presidente de la República ha quedado tocada en esta crisis. Algunos analistas y políticos le han culpado del escenario endiablado creado en el país tras el adelanto electoral. Tras la dimisión del primer ministro, António Costa, en noviembre pasado, el presidente podría haber elegido continuar la legislatura con otro primer ministro socialista. La mitad de su Consejo de Estado defendió esta vía. Rebelo de Sousa escogió la disolución del Parlamento y la convocatoria electoral para “clarificar” la situación política. Ahora la situación política está menos clara que nunca. Tanto es así que el presidente de la República no encargará la formación de Gobierno a ningún líder hasta que no se concluya el recuento del voto de los emigrantes, que eligen cuatro escaños y que podría alterar la actual relación de fuerzas entre AD y PS, que tienen 79 y 77 representantes, respectivamente. Aunque la voluntad del socialista Pedro Nuno Santos, por más que se invierta la relación de fuerzas, es atrincherarse en la oposición y tratar de rehacer su proyecto para volver a conectar con los votantes.

El jefe del Estado comienza este martes la ronda de consultas con los partidos elegidos el domingo. Empieza por la única diputada electa de Personas-Animales-Naturaleza (PAN), Inés Sousa Real, que está dispuesta a dialogar con el centroderecha, pero que carece de fuerza para condicionar ningún escenario.

Rebelo de Sousa ha decidido dilatar las consultas para que coincidan con el recuento del voto del exterior y ha establecido una entrevista diaria. Las tres grandes citas decisivas con los líderes de AD, PS y Chega ocurrirán la próxima semana. Se prevé que, ocurra lo que ocurra con los sufragios de los emigrantes, que se conocerán el miércoles 20, encargue la formación del Gobierno a Luís Montenegro, que se declaró vencedor de las elecciones y dispuesto a gobernar.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.
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