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Otra región prorrusa de Moldavia pide ayuda a Moscú tras la iniciativa de Transnistria

La pequeña entidad territorial de Gagaúzia, con autonomía desde 1994, asegura que el Gobierno central “viola los derechos” de los ciudadanos

La gente sale de una mesa electoral durante unas elecciones de la aldea de Etulia, en la Unidad Territorial Autónoma de Gagaúzia (Moldavia), en mayo de 2023.
La gente sale de una mesa electoral durante unas elecciones de la aldea de Etulia, en la Unidad Territorial Autónoma de Gagaúzia (Moldavia), en mayo de 2023.DUMITRU DORU (EFE)

La intimidación arrecia contra el Gobierno de Moldavia, en un año en el que los ciudadanos de esta ex república soviética están llamados en otoño a reelegir como presidenta a la proeuropea Maia Sandu o volver a su pasado más reciente con un candidato sumiso a las recurrencias del Kremlin. Justo dos días después de que la región secesionista de Transnistria reclamara protección a Rusia ante “la creciente presión” del Ejecutivo moldavo por imponer tasas aduaneras, otro territorio autónomo dentro de las fronteras de este país de la Europa del Este se sumó a la petición de los separatistas prorrusos. Eugenia Gutul, gobernadora de Gagaúzia —una pequeña entidad territorial de unos 140.000 habitantes que recibió el estatus de autonomía en 1994 para evitar otro conflicto armado como sucedió dos años antes con el enclave rebelde—, también denunció este viernes en Moscú “presiones” por parte de Chisinau, capital de Moldavia, y pidió ayuda durante un encuentro con la presidenta del Consejo de la Federación Rusa (Cámara alta), Valentina Matvienko.

“Las autoridades centrales violan los derechos de los gagaúzos, ya se superaron todos los límites; hemos tenido relaciones amistosas con Rusia durante años, queremos conservarlas también en el futuro y tener el apoyo de la Federación Rusa”, declaró Gutul, que fue investida el pasado 19 de julio como jefa de esta región autónoma turcófona, cuya población habla, sin embargo, mayoritariamente el ruso. “Junto con Rusia, podremos obtener más que con otro país”, insistió la gobernadora. Por su parte, Matvienko mencionó que Moscú sigue “con gran tristeza” los acontecimientos en Moldavia. “Si el Gobierno de Gagaúzia está dispuesto a colaborar, vamos a acordar todo el apoyo necesario para fortalecer y ampliar nuestros lazos; nadie nos puede prohibir esto”, indicó la mandataria rusa.

Además de la llamada de auxilio al Kremlin por parte de Transnistria, una petición ignorada por completo el jueves por el presidente Vladímir Putin durante su discurso anual ante el Parlamento, el opositor prorruso Ilan Sor, impulsor de manifestaciones antigubernamentales y condenado a 15 años de prisión por fraude y blanqueo de capitales, también efectuó a principios de febrero un viaje a la capital rusa desde Israel, donde reside en la actualidad. La Interpol solicitó a Rusia que arrestara y extraditara al político huido, pero Moscú se negó a tramitar la solicitud. También este mes, el líder del Partido Socialista de Moldavia, el expresidente Igor Dodon, viajó a la Federación Rusa, aunque no reveló con quién se reunió.

Las demandas territoriales y los desplazamientos de oponentes han puesto en guardia al Gobierno moldavo, quien cree que todos los actores implicados están tramando una campaña de información para desestabilizar el país y lograr rédito político de cara a la campaña presidencial. Precisamente, los ataques en las redes sociales contra la presidenta pro occidental se han multiplicado en los últimos meses, como denuncian varios think tank. Tras conocerse la reclamación de Transnistria, un enclave que alberga unos 2.000 soldados rusos, la presidente moldava rebajó la tensión al declarar que los ciudadanos están seguros gracias a que Ucrania actúa como “escudo” ante Rusia, aunque advirtió de que Moscú intenta extender el temor entre la población. “El Kremlin nos quiere asustados, sin carácter, dirigidos por gente corrupta, con la que llevarse bien, para promover sus intereses. No podemos permitir que hagan esto, debemos mantener la paz, que depende de nuestra unidad y nuestra capacidad de no ser engañados”, aseveró Sandu.

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