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La policía cree que el tiroteo de Kansas City en la fiesta de los Chiefs fue provocado por una pelea

Dos adolescentes continúan bajo custodia y son los principales sospechosos del suceso que dejó al menos una persona muerta y 22 heridos

Un aficionado recibe asistencia médica después del tiroteo en el desfile de los Chiefs en Kansas City, Misuri.
Un aficionado recibe asistencia médica después del tiroteo en el desfile de los Chiefs en Kansas City, Misuri.David Rainey/USA TODAY Sports (via REUTERS)
Luis Pablo Beauregard

Una pelea entre varios aficionados provocó el tiroteo que ha manchado el tercer título de los Kansas City Chiefs de la NFL. Stacey Graves, la jefa del Departamento de Policía de la ciudad, asegura que esta es la principal línea de investigación sobre los hechos que provocaron la muerte a Lisa Lopez-Galvan, una mujer de 45 años, e hirieron a otras 22 personas. Graves ha informado este jueves que el rango de edad de los heridos está entre los 8 y 47 años de edad. Estos se recuperan en los hospitales de la urbe de Misuri. La mitad de las víctimas tienen menos de 16 años.

Los presuntos responsables del suceso también son menores de edad. Graves afirmó que se encuentran interrogando a dos adolescentes sobre el papel que tuvieron en la celebración del equipo que doblegó a los 49ers de San Francisco en Las Vegas. Un tercer detenido tras los hechos ha sido liberado porque las autoridades consideran que no había tenido participación en los hechos. Un video mostró que algunos aficionados alcanzaron y derribaron a uno de los pistoleros que intentaba huir aprovechando la confusión. El evento convocó a casi un millón de personas en las inmediaciones de la estación de trenes de Union Station.

La edad de los sospechosos ha ralentizado la velocidad de la investigación. “Los dos adolescentes continúan bajo custodia mientras esperamos a que los fiscales especializados revisen los hallazgos y determinen los cargos que corresponden”, ha informado Graves. Las fiscalías tienen un plazo de 24 horas para presentar cargos contra un sospechoso. De lo contrario, este puede ser liberado. La jefa de la policía ha explicado esta mañana que esta norma no califica para los menores de edad.

Dos de los heridos permanecen en situación crítica y continúan ingresados en cuidados intensivos. Los médicos se han mostrado optimistas sobre la evolución de los pacientes, que fueron operados minutos después de haber sido trasladados. La vida de los menores heridos también está fuera de peligro, afirmó la noche del miércoles una portavoz del hospital Children’s Mercy. Seis niños fueron dados de alta y otros tres continúan siendo atendidos en ese centro, aunque se espera su recuperación plena en las próximas horas.

Armas omnipresentes

“Hemos recuperado varias armas de fuego. La investigación sigue muy activa”, ha informado la jefa de policía Graves.

El tiroteo en Kansas Cituy ha recordado que las armas están presentes en todos lados. Incluso en los momentos de celebración, como debía ser este. Es algo de lo que dijo el alcalde de la ciudad, Quinton Lucas, en la primera conferencia de prensa tras la tragedia.

“Es lo que pasa con las armas de fuego. Teníamos más de 800 policías presentes. Teníamos gente arriba de los edificios e incluso así existe un riesgo para la población”, aseguró el político demócrata en una rueda de prensa en la que aún no había digerido lo ocurrido.

Festejos de títulos deportivos, desfiles del 4 de julio, iglesias, tiendas y negocios, escuelas y hogares. La violencia armada de Estados Unidos es capaz de colarse a todos los lugares, por más íntimos que sean. “No hay lugar seguro cuando nuestra regulación de armas está rota”, ha asegurado Giffords, un lobby que trabaja por una legislación más estricta en un país donde cuatro de cada diez adultos viven en una casa donde hay un arma. El 32% de los estadounidenses admite tener una.

Giffords afirma que Misuri se encuentra entre los Estados con las legislaciones de armas más laxas. Solo Wyoming y Arkansas tienen leyes peores que las de esta región que, por cierto, no ha sido gobernada nunca por una mujer.

En 2007, los políticos del Estado sepultaron una norma que estuvo vigente por décadas que requería a todo comprador someterse a pruebas de antecedentes y a solicitar un permiso de la policía local antes de adquirir un arma de fuego. Esta modificación llevó a que los homicidios con armas pasaran de 25% a 47%, generando entre 50 y 70 muertes cada año. También se elevó el número de suicidios.

Nueve años más tarde, el Congreso, en manos de los republicanos, adoptaron nuevas medidas para hacer más fácil la compra de armas. El Estado se sumó entonces a otros bastiones conservadores que dejaron de exigir permisos para portar armas en público. Diversos estudios concluyen que hacer más fácil poder llevar un arma impacta en la seguridad pública. Los crímenes violentos crecen entre un 13 y 15% mientras que los homicidios suben un 11% en promedio.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.
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