El escándalo por un indulto en un caso de pederastia fuerza la dimisión de la presidenta de Hungría
Katalin Novák perdonó a un condenado por encubrir al director de un centro de menores que abusó sexualmente de niños. La exministra de Justicia que iba a encabezar las listas a la Eurocámara también deja sus cargos
El escándalo por un indulto a un condenado en un caso de pederastia ha forzado a la presidenta de Hungría, Katalin Novák, a dimitir este sábado. La dirigente, cercana al líder ultraconservador Viktor Orbán, perdonó al subdirector de un centro de menores procesado por encubrir a su jefe, que había abusado sexualmente de niños. La exministra de Justicia, Judit Varga, que iba a encabezar las listas de Fidesz, la formación de Orbán, en las elecciones europeas de junio, deja también su cargo como diputada y se cae de la candidatura, porque ella también dio el visto bueno a la medida de gracia de la presidenta.
La oposición en Hungría ha redoblado esta semana la presión para exigir la dimisión de Novák tras destaparse el indulto, que se produjo en abril de 2023, coincidiendo con la visita del Papa a Hungría. Este viernes, miles de personas salieron a la calle en Budapest y protestaron frente a la oficina de la presidenta, en el palacio Sandor. El Gobierno de Orbán midió la temperatura en la sociedad mediante encuestas, según desveló la prensa local, y ante el rechazo que el caso ha provocado entre sus propios votantes, el primer ministro decidió pasar al modo de contención de daños.
Orbán, en el poder desde 2010, anunció el jueves que su Gobierno propondría una reforma constitucional para limitar la prerrogativa presidencial del indulto en todos los casos relacionados con la pederastia. Otros miembros de su Gabinete salieron a mostrar su rechazo al perdón concedido por Novák. Era solo cuestión de tiempo que la presidenta, que ha vuelto a Hungría este sábado acortando una visita a Qatar, presentara su dimisión.
“He cometido un error... Hoy es el último día que me dirijo a ustedes como presidenta”, ha anunciado Novák en un mensaje retransmitido por la televisión estatal el sábado por la tarde, cuando estaba prevista una nueva manifestación. “Tomé la decisión de conceder un indulto el pasado mes de abril creyendo que el condenado no había abusado de la vulnerabilidad de los niños a los que había supervisado. Cometí un error, ya que el indulto y la falta de motivación eran adecuados para desencadenar dudas sobre la tolerancia cero que se aplica a la pederastia”, declaró. Varga ha anunciado su decisión de dejar el escaño como diputada de Fidesz y de no presentarse a las elecciones europeas en un mensaje en Facebook.
La presidencia es un cargo con escasos poderes y con apenas valor simbólico en Hungría. Novák, de 46 años, fue elegida por la supermayoría parlamentaria de Fidesz en 2022. Durante su tiempo en el puesto ha proyectado la cara más amable de las instituciones húngaras, ejerciendo como poli bueno en asuntos internacionales como la guerra en Ucrania. Mientras Orbán, cercano al presidente ruso Vladímir Putin, aún no ha visitado Kiev, Novák sí ha estado en el país vecino y se ha reunido con Volodímir Zelenski durante la guerra con Rusia.
Tras entrar en 2010 en el Ministerio de Exteriores, Novák fue secretaria de Estado de Juventud y Familia entre 2014 y 2020. Luego fue ministra de esa misma cartera hasta diciembre de 2021, cuando dimitió poco después de que Orbán sorprendiera a la opinión pública al presentarla como su candidata para la presidencia. Fiel seguidora del primer ministro y su visión ultraconservadora y nacionalista, ha sido una de las artífices de las políticas de Fidesz en defensa de la familia tradicional cristiana. Un ejemplo de ese tipo de iniciativa es la polémica ley homófoba inspirada en una norma rusa que prohíbe los contenidos LGTBI en horario infantil o en libros dirigidos a menores, y que está en el centro de una de las trifulcas de Budapest con Bruselas.
Varga, junto con Novák, era la excepción femenina en un Gobierno atestado de hombres. La exministra de Justica fue una de las encargadas de negociar con Bruselas los cambios legislativos necesarios para desbloquear los fondos europeos congelados a Hungría por la deriva del Estado de derecho. En medio de las conversaciones, Orbán decidió apartarla del cargo y encomendarle encabezar la lista de las elecciones europeas. El dirigente ultraconservador, más aislado que nunca en la Unión Europea, tiene sus esperanzas puestas en esos comicios, en los que espera un vuelco que permita a la ultraderecha emerger como una fuerza potente en las instituciones europeas.
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