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Una nueva muerte a manos de la policía en Los Ángeles reabre el debate sobre la brutalidad policial

Jesse Dominguez, un sintecho de 33 años que soñaba con ser actor, falleció el domingo tras un encuentro con un agente en una carretera de Watts

Luis Pablo Beauregard
Murder of Jesse Dominguez in Los Angeles California
Un cuadro del vídeo en el que un agente de la policía de Los Ángeles (California) dispara a Dominguez, el 19 de noviembre.Dwight F. Lewis

Jesse Dominguez, un aspirante a actor de 33 años, ha engrosado la lista de las víctimas de la brutalidad policial en Estados Unidos. Al menos es lo que cree la familia de este hombre, quien sufría de episodios bipolares y de adicciones. Sus padres opinan que este explosivo cóctel de drogas y salud mental fue el culpable de que una interacción con un agente de la Policía Estatal de California se saldara con la muerte de Dominguez la noche del domingo.

La policía recibió el domingo llamadas que alertaban que un hombre estaba caminando sobre la carretera 105, una vía que atraviesa Los Ángeles de este a oeste y por donde a diario pasan decenas de miles de automóviles. Los agentes llegaron sobre las 3.30 a la zona, en la ciudad de Watts. Encontraron a Dominguez vagando sobre el asfalto en la carretera que va hacia al Pacífico. Unos agentes se enfocaron en desviar el tránsito, mientras que otro se acercó al hombre directamente.

Aquel encuentro de apenas pocos minutos fue fatídico. La cámara del móvil de una persona que pasaba por ahí captó a Dominguez tumbado boca arriba sobre el concreto. Encima tiene el policía que acudió a él. Los dos hombres forcejean hasta que el uniformado se pone de pie, desenfunda su arma y dispara a quemarropa contra el hombre, quien le apunta con la mano izquierda. El policía sigue disparando mientras camina hacia atrás hasta que el cuerpo de Dominguez deja de moverse. Se certificó su muerte en el hospital.

El policía disparó varias veces a quemarropa, como puede observarse en el video difundido en redes sociales.
El policía disparó varias veces a quemarropa, como puede observarse en el video difundido en redes sociales.Dwight F. Lewis

Las duras imágenes se hicieron virales. La noche del lunes, la Patrulla de Caminos de California (CHP por sus siglas en inglés), aseguró en un comunicado que Dominguez sacó durante el forcejeo con una pistola Taser, una arma de defensa que lanza una descarga eléctrica. “Activó el arma y la usó contra el oficial. Después de que el peatón utilizó su arma contra el policía y temiendo por su seguridad, el oficial descargó su arma de servicio contra el peatón”, explica el texto publicado la noche del lunes.

Los políticos locales que representan la zona donde ocurrió el tiroteo también han dado a conocer su postura tras la publicación del video. “Es perturbador”, aseguraron en un comunicado conjunto el senador local Steven Bradford, el congresista Mike Gipson y el concejal Tim McOsker. “Esto parece un innecesario uso de la fuerza. La comunidad merece respuestas. Si los roles se hubieran invertido, la gente habría pedido inmediatamente cargos de homicidio”, afirmaron.

El Departamento de Justicia de California está investigando los hechos. Esta institución local es la que comúnmente hace las pesquisas después de tiroteos de la policía. Son ellos los que tendrían que determinar si la persona estaba desarmada o si el policía, cuyo nombre no se ha dado a conocer, exageró en su reacción. Por el momento, la Justicia local no ha especificado si investiga esta muerte como un homicidio.

“Esto es sin duda brutalidad policial”, ha señalado Akasha Dominguez, la madrastra del fallecido a Los Angeles Times. El diario angelino ha encontrado a la familia de la víctima. “En muchas circunstancias, la policía ha contado con mi apoyo, pero en otras ocasiones han usado una fuerza excesiva. Nunca me había tocado estar del otro lado. Ahora veo las cosas desde otro punto de vista”, señaló Dominguez a la prensa.

Los familiares de Jesse han confirmado que este llevaba una pistola Taser para protegerse. De acuerdo a su padre, quien dio a su hijo su mismo nombre, la más reciente víctima de la policía había caído en una profunda depresión después de no encontrar trabajo como actor. Su sueño era triunfar en Hollywood como estrella de la pantalla o ser un cantante. Pero nunca pudo encontrar un solo trabajo en la industria. En cambio, tuvo varios empleos como mesero. Ninguno de estos le permitió estabilizarse y encontrar una casa. Su familia, en cambio, intentó convencerlo de que buscara trabajo en otros sectores o que estudiara. “Es lo único que quería hacer y no quisimos destruir sus sueños”, dijo Jesse Dominguez padre.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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