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Un nuevo caso de brutalidad policial en Estados Unidos eleva la tensión tras el asesinato de Tyre Nichols

Anthony Lowe Jr., un hombre sin piernas que estaba armado con un cuchillo, murió el pasado jueves por los disparos de la policía de Huntington Park, al sureste del condado de Los Ángeles

Dos policías frente a Anthony Lowe Jr., parado junto a su silla de ruedas, en la avenida Slauson de la ciudad de Huntington Park, en el condado de Los Ángeles (California), el pasado 26 de enero.Foto: RR SS
Luis Pablo Beauregard

La tensión se dispara en California tras el último caso conocido de presuntos abusos policiales. La familia de Anthony Lowe Jr., un hombre negro de 36 años con ambas piernas amputadas, ha clamado justicia por lo que consideran un nuevo asesinato racista. Exige que la policía de la ciudad de Huntington Park, al sur del condado de Los Ángeles (California), haga públicas las imágenes de las cámaras de los agentes que respondieron a una llamada de emergencia que culminó con la muerte de Lowe, quien se movía en una silla de ruedas. En su defensa, las autoridades alegan que el sospechoso blandía un cuchillo, pero los familiares no ceden y califican el episodio de un homicidio que alimenta la epidemia de brutalidad policial que sufre Estados Unidos.

El suceso tuvo lugar el jueves pasado. En un principio pasó casi inadvertido. La atención de los medios estaba concentrada entonces en la muerte de otro varón afroamericano, Tyre Nichols, de 29 años, a manos de cinco policías de Memphis (Tennessee), que le propinaron una paliza mortal el pasado 7 de enero. La publicación de los vídeos de este episodio, tomados por cuatro cámaras distintas, muestra el enseñamiento de los cinco agentes, afroamericanos como la víctima, y ha reavivado el debate, sin resolver en EE UU, sobre la brutalidad policial. En este contexto, la familia de Lowe pide ahora al departamento de policía de Huntington Park que haga públicos los vídeos de las cámaras corporales de los agentes involucrados para esclarecer los hechos.

La policía afirma que el jueves pasado, sobre las 15.30, respondió a una llamada de emergencia por un acuchillamiento en la avenida Slauson, en Huntington Park, 10 kilómetros al sureste del centro de Los Ángeles. Cuando los agentes llegaron, interrogaron a un testigo, quien afirmó que el sospechoso era “un adulto negro en una silla de ruedas”. Lowe fue localizado por los policías unos metros más adelante, en la misma avenida. “Cuando los oficiales intentaron detener al sospechoso, el sujeto sacó un cuchillo de carnicero de 30 centímetros y los amenazó con arrojarlo adonde estaban los oficiales”, indica una comunicación oficial de la oficina del sheriff del condado de Los Ángeles, que ha cooperado con la investigación.

Lowe, quien, según la versión oficial, se negó al arresto, recibió un par de descargas eléctricas con una pistola Taser. Una maniobra para reducirle que no resultó efectiva. “El sujeto intentó arrojar el cuchillo a los oficiales otra vez, pero en ese momento uno de los oficiales disparó”, continúa el parte de las autoridades. La bala impactó en la parte superior del torso de Lowe. El cuchillo de carnicero se recuperó en el mismo lugar del tiroteo.

Pero un vídeo divulgado en redes sociales y grabado desde un coche por un hombre que pasaba por la zona muestra a Lowe corriendo sobre los muñones, en lo que parece una huida desesperada de un par de policías que lo apuntan con un arma. El sospechoso corre con algo brillante, que podría ser un cuchillo, en la mano izquierda. El fragmento, de 23 segundos, fue subido a Twitter el sábado 28 de enero y no alcanza a captar los disparos de las armas de los agentes.

“Está abajo de su silla de ruedas, tiene amputadas ambas piernas hasta la rodilla y está huyendo de los oficiales”, dijo el lunes Cliff Smith, un activista que forma parte de una organización que exige aumentar los controles y la regulación a la policía. Smith acompañó a la familia de Lowe en una conferencia de prensa a las afueras del departamento de policía de Huntington Park para exigir justicia y afirmar que están ante un ejemplo más de brutalidad policial. En California, los agentes solo pueden utilizar su arma de fuego cuando esta se hace necesaria para defender la vida humana.

“Protéjanos. No nos maten”

“Ustedes sabían que su vida no estaba en peligro. Está corriendo sobre sus extremidades. ¿Cómo se puede tener tanta sangre fría?”, preguntó a la policía una de las primas de la víctima. Otro familiar reclamó: “Si ustedes están aquí para proteger y servir, hagan eso, protéjannos. No nos maten”. La madre de Lowe, Dorothy, anunció ante los medios de comunicación que solo quiere conocer la verdad. “Nada más que la verdad y la justicia. Mi hijo ha sido asesinado”, sentenció la mujer.

Tanto la familia como los activistas en favor de la regulación policial han solicitado que los policías involucrados en la muerte de Lowe sean procesados por asesinato. Las autoridades han guardado silencio ante esta exigencia, pero un portavoz policial ha asegurado que los agentes seguirán apartados del servicio mientras son sometidos a exámenes psicológicos. Cuando se reincorporen a sus puestos, al menos durante un tiempo, no patrullarán las calles y se dedicarán principalmente a labores administrativas.

La del jueves no fue la primera vez que Anthony Lowe Jr. tuvo un encuentro violento con agentes de la policía. Su hermana mayor explicó el lunes a los medios que ese fue el motivo de que el hombre perdiera ambas extremidades. Estas le fueron amputadas después de un incidente con una patrulla del Estado de Texas. La familia también tiene algunas dudas sobre ese episodio, pero no ahondó en más detalles sobre ese hecho, ocurrido el año pasado.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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