Italia construirá en Albania centros para deportar inmigrantes rescatados en el mar
El acuerdo firmado por Meloni prevé la creación de centros con capacidad de hasta 3.000 personas que, a partir de la primavera de 2024, podrán recibir un flujo anual de hasta 36.000 migrantes rescatados en las costas italianas
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, hacía meses que estrechaba lazos con el Ejecutivo de Albania. De hecho, este verano pasó sus vacaciones en sus fronteras y promocionó las bondades de dicho país. Este lunes, presentó algunos de los frutos que ha dado ese cortejo diplomático con un país que aspira a entrar próximamente en la Unión Europea. Italia, anunció la líder ultra, construirá en Albania centros de identificación y acogida para los migrantes rescatados por sus equipos de salvamento en el Mediterráneo. El acuerdo, firmado con su homólogo albano, Edi Rama y que se verá materializado en 2024, significa un verdadero salto en el proyecto de deportar de forma encubierta a migrantes y de externalizar los centros de internamiento para aliviar la presión dentro de las fronteras nacionales y evitar el rechazo popular. Italia sigue así los pasos del Reino Unido, que en 2022 aprobó enviar a los solicitantes de asilo a Ruanda. La medida fue frenada inicialmente por la justicia, pero más tarde recibió el aval del Alto Tribunal de Inglaterra y Gales, aunque aún queda camino judicial para bloquear o dar vía libre a esa práctica.
Meloni no podía ocultar en Roma su satisfacción por el acuerdo alcanzado. Especialmente después de haber coleccionado fracasos en política migratoria —el área que en teoría debía caracterizar su proyecto político— desde que llegó al poder hace un año. “Albania se confirma como una nación amiga y, aunque todavía no forma parte de la Unión Europea, se comporta como si fuera un país miembro”, afirmó este lunes tras suscribir el pacto en Roma, que situó en el apoyo continuado de Italia a la “ampliación de la UE en los Balcanes occidentales”. La sintonía entre ambos países es ahora total. El líder albanés, de hecho, respondió así: “Si Italia llama, Albania está ahí. La geografía es ahora la maldición de Italia. Si entras en Italia, entras en Europa”. En resumen, Italia pasa a ser el principal patrocinador de Albania, un país del que tradicionalmente procedió parte de la inmigración que recibió el país transalpino, para su entrada en la Unión Europea.
El acuerdo prevé la creación en territorio albanés de centros con capacidad de hasta 3.000 personas que, una vez entren en funcionamiento a partir de la primavera de 2024, podrán recibir un flujo anual de hasta 36.000 migrantes. Dichos espacios servirán fundamentalmente para llevar a cabo los procedimientos iniciales de identificación y control, y gestionarán las solicitudes de asilo y el trabajo de repatriación de quienes no reciban el estatuto de refugiado. A estas dependencias llegarán los migrantes rescatados por las autoridades italianas en el Mediterráneo, mientras que los salvados por los buques de las ONG seguirán llegando a puertos italianos. La medida también excluye a los inmigrantes que lleguen por sus propios medios a las costas italianas, que serán atendidos allí, y a los menores, embarazadas y personas vulnerables que requieran asistencia inmediata.
Es decir, básicamente Italia subarrienda esos espacios y los convierte en territorio nacional desde el punto de vista de la jurisdicción. “Los objetivos del acuerdo son contrarrestar la trata de seres humanos, impedir los flujos irregulares y acoger solo a aquellos que realmente tienen derecho a la protección internacional”, subrayó Meloni. La idea, cuyo encaje con el derecho comunitario resulta dudoso, ya ha sido ensayada por el Reino Unido (ya fuera de la UE). El proyecto fue inicialmente tumbado por la justicia, que consideró que existían “bases sólidas para creer que había un riesgo real de que las personas enviadas a aquel país” fueran “devueltas a sus países de origen y acaben sufriendo persecución o trato inhumano, cuando de hecho tendrían argumentos para recibir asilo”. Finalmente, el Alto Tribunal de Inglaterra y Gales consideró legal la medida, aunque aún hay posibilidad de recurso para que pueda aplicarse.
Los centros de acogida italianos están completamente desbordados con las últimas oleadas de entradas. En total han llegado a las costas italianas 145.314 migrantes en lo que va de año, muy por encima de los 88.095 que arribaron en el mismo periodo de 2022 y los 54.733 de 2021, según datos actualizados por el Ministerio de Interior italiano a fecha de 6 de noviembre. Uno de los puntos más afectados es Lampedusa, que este verano se encontraba completamente colapsada por las llegadas.
La líder ultraderechista defendió el acuerdo con Albania, a pesar de que el país no forma parte de la Unión Europea ni del espacio Schengen y, por tanto, tampoco participa en las negociaciones del pacto migratorio con Bruselas. “La colaboración entre Estados de la UE y extracomunitarios es decisiva”, argumentó antes de explicar que la jurisdicción de esas estructuras será italiana y que Albania se encargará de la vigilancia externa.
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