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El ‘caso Meadows’: un posible aperitivo de cómo se va a juzgar a Trump en Georgia

El expresidente y sus 18 compañeros en el banquillo de los acusados están citados el 6 de septiembre en el tribunal de Fulton para declarar sobre sus cargos

Macarena Vidal Liy
El antiguo jefe de Gabinete de Donald Trump Mark Meadows en su foto policial
El antiguo jefe de Gabinete de Donald Trump Mark Meadows en su foto policialFULTON COUNTY SHERIFF'S OFFICE (via REUTERS)

Mark Meadows no es Donald Trump. Pero la vista que se celebra este lunes en Georgia, en la que el antiguo jefe de Gabinete de la Casa Blanca y coimputado con el expresidente de EE UU y otras 17 personas solicitaba trasladar su caso a un tribunal federal, puede resultar clave en el futuro del juicio contra los 19 por crear una asociación de tipo mafioso para cometer fraude electoral en ese estado en 2020 y mantener al magnate en el poder. Los 19 están convocados para el 6 de septiembre en el tribunal superior del condado de Fulton para responder de los cargos que se les imputan.

En un paso muy poco corriente, y que los expertos consideran arriesgado para él, Meadows compareció este lunes en Atlanta, la capital de Georgia, para testificar durante casi tres horas ante el juez federal Steve Jones y argumentar en favor del traslado del caso, actualmente en manos de un tribunal estatal en el condado de Fulton, a otro federal. Su argumento: que su participación en los actos de los que se le acusa ocurrió en su papel de funcionario del Gobierno, y por tanto competen a un tribunal federal. Es una estrategia que ya han adoptado otros cuatro imputados en el caso, y que se da por seguro que el propio Trump seguirá antes o después. Lo que decida Jones podría influir en los pasos que vaya a dar el expresidente en este caso, su cuarta imputación en otros tantos meses.

A lo largo de su interrogatorio a manos de defensa y fiscalía, Meadows no ha negado que participara en los hechos de los que se le acusa, pero ha insistido en que lo hizo en el desempeño de sus funciones como jefe de Gabinete. Aquellos meses entre la derrota electoral de Trump en noviembre de 2020 y la salida del expresidente de la Casa Blanca el 20 de enero de 2021 fueron “una época complicada”, ha declarado, en la que él fue “invitado a casi cada reunión” que Trump celebró sobre los resultados de los comicios. Él asistió porque, según alega, había un “interés federal” en la celebración de unas elecciones libres e imparciales.

“Era parte de mi trabajo asegurarme de que el presidente está sano y salvo y en condiciones de llevar a cabo su trabajo”, ha declarado el antiguo alto funcionario. “Para dejarlo claro, lo que hago es servir al presidente de Estados Unidos”.

Las ventajas de que el juicio se celebre en un tribunal federal son significativas para los acusados. Si para el traslado de tribunal se acepta el argumento de que los supuestos actos delictivos se cometieron en el ejercicio de sus funciones como funcionarios, es más probable que los jueces dictaminen que gozaba de inmunidad y desestimen su caso. Y si se llegara a juicio, el jurado procedería de una variedad de condados de Georgia y aumentaría la probabilidad de que al menos una parte tuviera inclinaciones republicanas y se pusiera de su lado. Si el caso se mantuviera en el circuito estatal, el juicio se celebraría en el condado de Fulton, de amplia mayoría demócrata.

Contar con una parte del jurado de su lado, por pequeña que sea, es importante, dado que el veredicto debe alcanzarse por unanimidad. De no lograrse el acuerdo de todos los miembros, quedaría en libertad.

El antiguo jefe de Gabinete se encontraba desde las 9 de la mañana (15.00 hora peninsular española) en el tribunal federal de Atlanta para declarar sobre su caso.

La fiscal Fani Willis, que imputó a los 19 el 14 de agosto, alega para mantener el caso en Fulton que los supuestos delitos cometidos tuvieron como único fin el mantener a Trump en la Casa Blanca pese a haber perdido las elecciones (en Georgia, esa derrota fue por la mínima, por 11.779 votos) y por tanto, fueron acciones de naturaleza política. La Ley Hatch prohíbe que los funcionarios del Gobierno federal participen en actos de política partidista.

Willis aspiraba a comenzar el juicio el 4 de marzo del año próximo, pero ya no va a ser posible: este lunes, la jueza federal Tanya Chutkan fijaba en Washington ese día para comenzar el juicio sobre la tercera imputación de Trump, sobre los intentos en todo el país de alterar el resultado de las elecciones de 2020 que acabaron desatando el asalto de una turba al Capitolio. Las intenciones de la fiscal de celebrar un juicio rápido, como anunciaba en el momento de la imputación, pueden verse complicadas además por las diversas mociones presentadas por varios acusados, tanto para el traslado del caso al circuito federal como para celebrar el juicio lo antes posible en algunos casos.

Meadows está acusado de participar en reuniones y comunicaciones con legisladores estatales para mantener a Trump en el poder; de trasladarse a centros de recuento en las afueras de Atlanta donde se estaba llevando a cabo una comprobación de los votos; y de participar en una llamada el 2 de enero de 2021 entre Trump y el secretario de estado de Georgia, Brad Raffensperger, en la que el presidente presionó al funcionario estatal para “encontrar” 11.780 votos, los necesarios para declarar la victoria sobre el demócrata Joe Biden.

En declaraciones al programa Face The Nation, de la cadena CBS, el exgobernador de Nueva Jersey y actual candidato presidencial republicano, Chris Christie, un firme crítico de Trump, consideraba que el antiguo jefe de Gabinete puede tener éxito en su petición de traslado del caso, pero eso no afectará al veredicto final. “Que Mark Meadows gane esa moción o no no va a marcar ninguna diferencia significativa sobre cómo un jurado tendrá que tomar una decisión (sobre la culpabilidad o no) en el momento del juicio”, puntualizaba.

Entre los testigos convocados a declarar en la vista de este lunes se encontraban Raffensperger, la antigua investigadora de la oficina del secretario de Estado de Georgia Frances Watson y dos abogados del equipo de Trump en Georgia.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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