Una foto policial que pasará a la historia. Y con la que Donald Trump ya trata de ganar dinero
La campaña electoral del candidato republicano ha lanzado a la venta ‘merchandising’ con la imagen del momento de ser fichado
El condado de Fulton, en Georgia, apenas tardó unos minutos en hacer pública la foto policial tomada a Donald Trump en el momento de quedar fichado el jueves por su papel en los intentos de fraude electoral en ese Estado en las elecciones presidenciales de 2020. La imagen del expresidente de Estados Unidos mirando fijamente a la cámara —con expresión desafiante, según sus partidarios; ceñuda, según sus detractores— tardó segundos en hacerse viral. Y el actual candidato republicano a la Casa Blanca tardó aún menos en empezar a explotarla económicamente.
La imagen, tomada desde un ángulo superior, muestra al magnate inmobiliario encorbatado, la frente ligeramente adelantada y los ojos mirando con intensidad. Es la pose que algunos cinéfilos describen como la “mirada Kubrick”, por el director de cine británico Stanley Kubrick, que la utilizó en películas como La Naranja Mecánica o El Resplandor para que Malcolm McDowell y Jack Nicholson provocaran una sensación inquietante en el espectador. Según la cadena de televisión CNN, entre los asesores de Trump se había producido antes un intenso debate sobre la expresión con la que el antiguo mandatario debería posar. Ya se ha convertido en carne de memes y un clásico instantáneo, de esos que pasarán a la historia de verdad. Es la primera de un presidente estadounidense, en activo o retirado, como preso.
“No es una sensación cómoda”, reconocía el propio Trump en declaraciones a la cadena de televisión Fox, explicando ese momento. “Sobre todo cuando no has hecho nada malo”.
Cualquier otro político con los problemas judiciales de Trump, que afronta 91 cargos en cuatro imputaciones, estaría acabado. Pero el magnate inmobiliario ha optado por dar la vuelta a la situación y presentarse como una víctima de un sistema judicial politizado que quiere acabar con él por todos los medios, porque teme que vuelva a la Casa Blanca y defienda a los ciudadanos de a pie. La fotografía como hombre fichado, con la marca de agua de la oficina del sheriff de Fulton incluida, se convierte así en un emblema de honor y un motivo de orgullo. La prueba de que está siendo perseguido injustamente.
Al menos, este es el relato que vende y que sus simpatizantes compran. Literalmente. En cuanto se publicó la imagen, el expresidente colgó en X, la antigua Twitter, su primer mensaje en dos años y medio, con esa foto, dos lemas —“Rendición nunca” e “¡Interferencia electoral!”— y un enlace a una web. En esa página, un mensaje del exmandatario llevaba a un menú para donar diversas cantidades de dinero a su campaña electoral.
“Nunca renunciaremos a nuestra misión de salvar Estados Unidos”, proclama Trump en el mensaje, en el que insiste en que sus cuatro imputaciones no son más que un intento fútil de dinamitar su vuelta a la Casa Blanca. También llama a la derrota del presidente Joe Biden en las elecciones del año próximo para pasar página a un “capítulo oscuro” de la historia nacional.
“Rendición nunca”
La foto ha dado pie a que la campaña del mandatario, gestionada por la organización Save America Joint Fund Committee, ofrezca toda una gama de productos con esa imagen y el lema que repetía Trump en su mensaje: “Rendición nunca”. Por 12 dólares (11 euros) se puede comprar una pegatina para el automóvil. Por 15 dólares, un termo para bebidas. Por 25, una taza para el café. Una camiseta para lucir el rostro del candidato en el pecho cuesta 34. Se puede escoger si se quiere manga larga o corta, color negro o blanco.
En un correo electrónico a sus seguidores, Trump continúa en la misma línea. Presenta su comparecencia en la prisión de Fulton para que le tomaran las huellas y el retrato —y para mantener su libertad bajo fianza con el pago de 200.000 dólares (185.000 euros) y la promesa de no hacer declaraciones que puedan hostigar a testigos u otros participantes en el caso— como un acto de desafío ante los poderes establecidos. “Entré en la cueva del león con un simple mensaje en beneficio de todo nuestro movimiento: Nunca me rendiré en nuestra misión de salvar a Estados Unidos”.
No es el único que trata de sacar provecho de la foto. Su hijo mayor, Donald Trump Jr, también ha utilizado la antigua Twitter para dirigir tráfico a su página web y vender en ella productos con la cara de su padre en la cárcel. Asegura que donará los ingresos que logre a un fondo de asistencia legal creado por asesores del magnate para la ayuda a testigos que declaren en los casos.
Entre los detractores del expresidente, la imagen de él en prisión ha causado un enorme regocijo. Es la prueba de que el hombre que recomendó beber lejía como remedio contra la covid, que retiró a Estados Unidos del acuerdo de París contra el cambio climático y que supuestamente llegó a delinquir para no dejar la Casa Blanca, tendrá que rendir cuentas de sus actos finalmente ante la justicia.
En este lado, también hay quien se ha movido rápido para sacar rédito a la situación. El Lincoln Project, un grupo fundado por republicanos opuestos a Trump, vende vasos para chupitos de alcohol en los que se ha impreso la foto policial, por 55 dólares la media docena. La página web especializada en manualidades Etsy también ofrece docenas de productos satíricos con la imagen, incluida una camiseta que parodia un concierto de Taylor Swift, a 26 dólares la unidad.
El presidente estadounidense, Joe Biden, que regresaba este viernes a Washington tras unos días de vacaciones en el lago Tahoe, en Nevada, se ha reído al ser preguntado por la imagen de Trump en prisión. “La he visto en la tele”, ironizaba, “un tipo guapo”.
En Georgia, Trump afronta 13 cargos, entre ellos el de violar la ley estatal contra la delincuencia organizada al liderar un grupo de naturaleza mafiosa que buscaba mantenerle de manera fraudulenta en la Casa Blanca. En Nueva York, la primera de sus imputaciones, el fiscal Alvin Bragg le acusa de fraude contable en el pago a una actriz porno para comprar su silencio sobre una supuesta relación sexual. El fiscal especial federal Jack Smith le imputa en Miami por retener en su poder de modo ilícito tras dejar la Casa Blanca documentos clasificados sobre su mandato. Smith también le acusa en Washington de tratar de alterar el resultado de las elecciones de 2020, en las que ganó el actual presidente Joe Biden, en unos hechos que acabaron generando que una horda de partidarios de Trump asaltara el Capitolio.
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