El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, denuncia planes para atentar contra su vida
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorga medidas cautelares al líder del Movimiento Semilla y a su compañera de fórmula, Karin Herrera
El progresista Bernardo Arévalo, que ganó la elección presidencial en Guatemala el pasado domingo, ha denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) un supuesto plan para atentar contra su vida por parte de “agentes estatales e individuos particulares”, según la denuncia. El diputado y sociólogo de 64 años venció en las urnas con un discurso de rechazo a la corrupción que recibió el apoyo de 2,4 millones de votates, 21 puntos por encima de su rival, la ex primera dama Sandra Torres. La misma noche de la elección, un grupo de fiscales le advirtió tomar precauciones ante un supuesto ataque proveniente de pandillas.
El equipo de seguridad de Arévalo tuvo información “preocupante” sobre el supuesto plan llamado “Colosio” el pasado 15 de agosto, apenas cinco días antes de las votaciones. “Al menos tres fuentes dentro de instituciones estatales, con alto grado de fiabilidad, habrían advertido sobre la existencia de un plan para acabar con la vida del propuesto beneficiario”, plantearon ante la CIDH en su solicitud de medidas cautelares. El nombre del plan alude a Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato del mexicano Partido Revolucionario Institucional (PRI) asesinado en 1994.
La información sobre el supuesto plan para atentar contra Arévalo surgió desde el 4 de julio. El plan fue corroborado por varias fuentes que no se relacionan entre sí el 15 de agosto, de acuerdo con la información que los peticionarios presentaron ante la CIDH. Ni el partido ni las autoridades electas se han pronunciado sobre las amenazas a su vida e integridad.
Este 24 de agosto, la CIDH ha otorgado medidas cautelares a favor de Cesar Bernardo Arévalo de León y Karin Herrera Aguilar, que ganaron las elecciones presidenciales, de acuerdo con los resultados preliminares del Tribunal Supremo Electoral, “tras considerar que se encuentran en una situación de gravedad y urgencia de riesgo de daño irreparable a sus derechos en Guatemala”.
Arévalo ganó la elección con un amplio margen de 800.000 votos delante de su contendiente, la exprimera dama Sandra Torres Casanova, del partido Unidad Nacional de la Esperanza. Conforme avanzaba la transmisión de los resultados electorales, los simpatizantes llegaron en caravana la noche del domingo hasta el hotel donde permanecían Arévalo y sus correligionarios. El ganador de las votaciones y sus compañeros del Movimiento Semilla saludaron al público desde la terraza del hotel y agradecieron el voto de los 2,4 millones de guatemaltecos que les apoyaron. Arévalo, que convocó a miles de simpatizantes para el cierre de su campaña en la Plaza de la Constitución el 16 de agosto se abstuvo de acompañar a la multitud lo esperaba en la Plaza Obelisco en la capital guatemalteca para celebrar la victoria.
Miembros de su partido le dijeron a EL PAÍS que decidió no salir por motivos de seguridad aunque sí que salió a un balcón del hotel en el que siguió el recuento electoral para saludar a sus seguidores y agradecerles con un megáfono. El presidente electo dijo esa noche en rueda de prensa que informaría del lugar y hora para la celebración oportuna, pero un festejo programado para la tarde del 22 de agosto se suspendió ese día por la mañana.
Los reportes que el equipo de Arévalo transmitió a la CIDH y por los que ese organismo le ha otorgado medidas cautelares refieren que el Ministerio Público tuvo conocimiento de un supuesto plan de un ataque de pandillas. Durante la celebración de la conferencia de prensa que Arévalo y Herrera ofrecieron la noche del sábado en el hotel Las Américas en la Ciudad de Guatemala, llegaron cuatro fiscales del Ministerio Público quienes pidieron una reunión privada con el presidente electo para indicarle que tenían “información privilegiada” relacionada con pandillas que “podían poner en riesgo la vida e integridad física” del ganador de las elecciones, por lo que consideraron oportuno informarle para que se tomaran “las medidas de seguridad que considere pertinentes”.
Además de informar al equipo de seguridad, los fiscales también dieron aviso a la Dirección General de la Policía Nacional Civil, según la resolución de la CIDH que otorga las medidas a favor del binomio del Movimiento Semilla. Este 24 de agosto se prevé que finalicen las audiencias de revisión de escrutinios y que en los próximos días el Tribunal Supremo Electoral oficialice los resultados y adjudique los cargos de presidente y vicepresidente de Guatemala.
Arévalo, el antisistema
Arévalo es un sociólogo nacido en Montevideo, Uruguay, durante el exilio de su padre, Juan José Arévalo Bermejo, que gobernó Guatemala entre 1945 y 1951 y recordado como “el mejor presidente de Guatemala”. Arévalo ha dejado claro que lleva con orgullo el legado de su padre, pero también reconoce que él deberá trazar su propio camino. En enero finaliza su primer periodo como diputado del Movimiento Semilla, un partido que se creó al calor de las protestas ciudadanas contra los graves casos de corrupción que evidenció la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) durante 2015.
El candidato del Movimiento Semilla ganó las elecciones con un discurso de rechazo a la corrupción, sin invertir grandes sumas de dinero en campaña o en prácticas clientelares habituales en la política guatemalteca. Desde que avanzó a segunda vuelta, él y su partido han sido sujetos de acoso judicial por un caso que acusa la supuesta falsificación de firmas para constituir el partido.
En el partido hay un sentimiento de lucha y valentía frente a los avances de la Fiscalía a cargo de Consuelo Porras, a quien Estados Unidos ha designado como actora corrupta y antidemocráctica, por las acciones que ha emprendido contra jueces, fiscales y periodistas que denunciaron actos de corrupción.
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