China acusa a EE UU de “acoso tecnológico” por las restricciones a la inversión en sectores estratégicos
Pekín insta a Washington a retirar “de inmediato” la orden que limitará las inversiones estadounidenses en ciertas empresas tecnológicas del país asiático
China está “profundamente insatisfecha” y se opone “firmemente” a las nuevas restricciones anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para limitar las inversiones de su país en áreas tecnológicas estratégicas en el país asiático. El Ministerio de Exteriores chino ha emitido este jueves un comunicado en el que califica las medidas de Washington como “ejemplos de coerción económica y de acoso tecnológico”. Y advierte de que el gigante asiático protegerá “firmemente sus derechos e intereses”. El Ministerio de Comercio también se ha sumado a las críticas contra esta “acción politizada” que busca “desacoplar y cercenar las cadenas de suministro bajo el pretexto de la seguridad nacional”.
“Estados Unidos está yendo en contra de la defensa de la economía de mercado y del principio de competencia justa, está poniendo trabas a las prácticas comerciales habituales de las empresas, destruyendo los pedidos del comercio internacional y perturbando gravemente la seguridad de las cadenas de suministro mundiales”, ha declarado un portavoz de la cartera de Comercio, quien adelantó que “China se reserva el derecho a tomar medidas en relación con la situación”.
En medio de una creciente rivalidad entre las dos principales potencias económicas, tecnológicas y militares del siglo XXI, la Casa Blanca ha impuesto en los últimos meses una serie de restricciones al acceso de China a tecnología y herramientas críticas para la fabricación de semiconductores, y ha paralizado las subvenciones de firmas estadounidenses de alta tecnología que producen chips avanzados en suelo chino.
Pero la orden ejecutiva firmada el miércoles por Biden va un paso más allá, puesto que prohibirá a las compañías estadounidenses de capital de riesgo invertir en tres sectores clave para la economía china: semiconductores, computación cuántica e inteligencia artificial. Se trata de una de las acciones más importantes que ha tomado Washington para restringir las inversiones estadounidenses en China, y llega después de meses de conversaciones con los miembros del G-7, a los que Estados Unidos ha urgido a tomar medidas similares.
Aunque desde Estados Unidos se incide en que la medida afectará solamente a estos sectores específicos “debido al papel que podrían desempeñar en el desarrollo de las capacidades militares, de inteligencia, vigilancia y cibernéticas de China”, a ojos de Pekín, Washington no ha cumplido con su palabra de que “no busca el desacoplamiento”, [la reducción del intercambio, principalmente comercial, entre ambas naciones] y como insistieron en sus recientes visitas a la capital china el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
Autosuficiencia
Según Pekín, el “verdadero propósito de Washington es privar a China de su derecho a desarrollarse y mantener así su propia hegemonía”. “Se trata de pura coerción económica y acoso tecnológico”, ha criticado Exteriores en su comunicado de este jueves, en el que insta a que se retiren las medidas “de inmediato”. La autosuficiencia tecnológica es uno de los retos más acuciantes a los que se enfrenta el país. En los últimos meses, el Partido Comunista ha reforzado su control sobre el sector tecnológico y ha limitado el acceso de Occidente a ciertos materiales y tecnologías para industrias clave.
Alfredo Montufar-Helu, director del Centro Chino para la Economía y los Negocios, expresó al diario hongkonés South China Morning Post que las nuevas restricciones de Estados Unidos podrían “extenderse a ámbitos que teóricamente no son sensibles, como la conducción autónoma, la biología sintética y la climatología”. “Limitar ahora ciertas tecnologías podría perjudicar el potencial de innovación de algunos productos comerciales durante la próxima década”, añadió.
En 2022, el valor de la inversión extranjera directa de Estados Unidos en China fue de 8.000 millones de dólares (7.200 millones de euros), el más bajo desde 2005, según el Grupo Rhodium, mientras que el de las inversiones de capital de riesgo estadounidense en el país asiático fue de 1.000 millones de dólares (906 millones de euros), frente a un máximo de 19.000 millones de dólares (17.200 millones de euros) registrado en 2018.
La decisión de Biden podría echar por tierra el posible viaje a China de la secretaria de Comercio estadounidense, Gina Raimondo, quien había expresado interés en visitar el país asiático a “finales del verano”. Durante esta temporada estival se ha producido un desembarco diplomático desde Washington con la misión de encontrar áreas para la cooperación y reconducir la relación bilateral, que se encuentra, según Pekín, “en un estado crítico”.
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