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Los sondeos pronostican un empate técnico entre Trump y Biden en 2024

Los gastos legales del candidato republicano, que consolidaba la ventaja en las primarias de su partido antes de la tercera imputación, llevan a su campaña casi a la bancarrota

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, abandona el cine después de ver 'Oppenheimer' en Rehoboth Beach, Delaware, el martes.
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, abandona el cine después de ver 'Oppenheimer' en Rehoboth Beach, Delaware, el martes.Manuel Balce Ceneta (Ap /Lapresse)
María Antonia Sánchez-Vallejo

Donald Trump confirma día tras día su liderazgo imbatible en las primarias republicanas pese a haber sido imputado tres veces —y puede que lo sea una cuarta en las próximas semanas—, con una ventaja de 37 puntos sobre su rival más directo, Ron DeSantis. Mientras, el presidente de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, recupera un poco de músculo en los sondeos de intención de voto, pero aún no convence del todo a la tradicional base electoral de su partido. Si se enfrentaran hoy, los candidatos a la reelección en noviembre de 2024 empatarían, con un 43% de apoyos de los votantes registrados cada uno, según la última encuesta, de la Universidad de Siena para The New York Times, publicada este martes antes de conocerse la tercera imputación del republicano. La polarización de EE UU, confirmada en una sola estadística.

Un 14% de los votantes registrados no optan por ninguno de los candidatos, y se muestran más proclives a la abstención o a un tercer aspirante. O bien, a última hora, si superan la indecisión, por uno de los dos citados. Este grupo de indecisos, en general moderados (49% del total), puede ser la clave para resolver la incógnita de quién ocupará la Casa Blanca a partir de 2025. Ligeramente más favorables a Biden, los indecisos son especialmente críticos con Trump, al que acusan de “cometer graves delitos federales” (63% del grupo) y de “amenazar la democracia estadounidense” (59%). La tercera imputación contra el magnate en cuatro meses, por sus intentos de revertir el resultado electoral de 2020, les dan la razón.

Aunque los demócratas han ganado el voto popular en siete de las últimas ocho presidenciales — algo que ninguna formación había logrado desde la creación del sistema de partidos moderno en 1828 —, las dudas sobre la edad de Biden (80 años) y sobre el apoyo real con que cuenta fuera de las grandes áreas metropolitanas (el gran bastión demócrata), podría inclinar la balanza del lado republicano. La última encuesta de Gallup apunta a esta posibilidad: el 45 % de los estadounidenses dicen ser republicanos o se inclinan por ese partido, mientras que el 42 % son demócratas o prefieren esta opción.

El apoyo al expresidente republicano entre sus filas es mayoritario: en un sondeo publicado este lunes, lograba un 54 % de intención de voto frente al 17 % de DeSantis, gobernador de Florida. El éxito de Trump procede en gran parte de los partidarios de su movimiento MAGA (Make America Great Again), surgido cuando lanzó su primera candidatura a la Casa Blanca, en 2016. Los votantes MAGA representan el 37 % de la base electoral republicana, y no se plantean la abstención. Están fuertemente movilizados y reaccionan en masa a cada arenga —o a cada alarido en mayúsculas en la red Truth Social— de su líder.

Donald Trump, durante una conferencia en Washington el 24 de junio.
Donald Trump, durante una conferencia en Washington el 24 de junio.TASOS KATOPODIS (REUTERS)

Bancarrota

Inmerso en una batalla legal sin precedentes en la historia de EE UU —es el primer expresidente imputado—, Trump acaricia el sueño de la reelección, aunque solo sea porque cada revés judicial insufla fuerza y ánimo —además de donaciones— a su campaña. Pero los gastos de su defensa se están convirtiendo en un serio problema para el magnate, dado que su comité de acción política (PAC, en sus siglas inglesas; el motor de una campaña) está casi en bancarrota tras pagar millones en honorarios legales de Trump y algunos asociados, como su asistente Walt Nauta y su empleado Carlos de Oliveira, acusados también en el caso de los papeles de Mar-a-Lago. En lo que va de año, Trump ha destinado más de 40 millones de dólares (unos 36,5 millones de euros) en gastos legales, alrededor de 56 millones desde el año pasado.

El PAC de Trump, Save America, dispone hoy de solo cuatro millones de dólares, según The New York Times, de los 105 millones que tenía a comienzos de 2022. Las minutas de los abogados y las costas judiciales derivadas de las numerosas investigaciones en su contra han aumentado exponencialmente desde enero —solo desde abril ha sido imputado tres veces, la última este martes en Washington, y ha perdido un juicio en Nueva York— y Trump las está reembolsando en parte a través del PAC.

Tan ajustadas están las finanzas del grupo, que ha solicitado un muy inusual reembolso de 60 millones de dólares de una donación que hizo a un Súper PAC de Trump. Los Súper PAC son, según la Comisión Electoral Federal, o Junta Electoral nacional, “comités que pueden recibir contribuciones ilimitadas de individuos, corporaciones, sindicatos y otros PAC con el fin de financiar gastos independientes y otras actividades políticas independientes” del candidato.

Los donantes podrían plantearse, cuando queda más de un año para las elecciones, si están dispuestos a pagar no solo su campaña, sino también sus gastos legales. A la mayoría de los votantes republicanos no les importa seguir aportando: muchos piensan seguir apoyando a Trump de cara a 2024, a pesar de que son algo más que antes (el 17 % de los que piensan votarle) quienes creen que ha cometido “delitos federales graves”, según la encuesta de Siena/The New York Times. Pero la vulnerabilidad financiera de su campaña está siendo aprovechada por su rival en las primarias republicanas, Ron DeSantis, que un día tras otro se ve obligado a darle al botón de reinicio ante el avasallador avance de Trump. Fuentes de la campaña de DeSantis han propalado la denuncia de que para pagar “las facturas legales de un multimillonario”, “muchos abuelos” (jubilados) contribuyentes a su campaña ven esquilmados “sus cheques de la Seguridad Social” (pensiones).

El círculo de DeSantis se refiere a los pequeños votantes anónimos. Porque los grandes donantes, como Charles Kushner, consuegro de Trump, o el empresario Woody Johnson, un fiel donante del expresidente al que este recompensó con la embajada en Londres durante su mandato, han dado un millón de dólares por cabeza al Súper PAC, si bien alguno de los apoyos tradicionales de los republicanos ha dado la espalda al magnate para evitar la exposición tóxica. No obstante, los sondeos vuelven a poner de nuevo las cartas boca arriba, independientemente del derrotero judicial del candidato: cuanto más se consolide su ventaja sobre el resto de los aspirantes republicanos, más claro será el destino de las donaciones, ya que nadie quiere dar dinero a fondo perdido.

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