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Ucrania refuerza su ofensiva en Zaporiyia y rompe temporalmente las defensas rusas

Moscú alerta de la incorporación de tres batallones del ejército local al sur de Orijiv en lo que Washington interpreta como un intento de elevar el tono de la contraofensiva

Un militar ucranio pasa delante de un carro de combate destruido en el frente de Zaporiyia el pasado 21 de julio. Foto: NURPHOTO (NURPHOTO VIA GETTY IMAGES) | Vídeo: EPV
Luis de Vega

Los choques entre el ejército ucranio y ruso se han intensificado en los últimos días en el oeste de la región sureña de Zaporiyia aunque, hasta el momento, no hay cambios sustanciales en las posiciones que controlan uno y otro. El sur de la localidad de Orijiv, más concretamente los alrededores de la aldea de Robotyne, se han convertido en el escenario de una nueva batalla en la que Kiev, según la interpretación de Estados Unidos y de Rusia, ha desplegado un mayor número de tropas en lo que fuentes del Pentágono consideran el “empuje principal” de la actual contraofensiva ucranio, según confirmaron esas fuentes al diario The New York Times. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha admitido este jueves ese incremento de la presión desde Ucrania, aunque ha negado que haya sido fructífero: “El enemigo no ha tenido éxito en ninguno de los sectores del frente. Todos los intentos de contraofensiva han sido repelidos”, ha señalado en declaraciones a la televisión pública.

El objetivo de las fuerzas de Kiev, que según Washington han incorporado al combate a varios miles de hombres estos días para asestar un importante golpe a los rusos, es ganar terreno en dirección al litoral del mar de Azov y romper el corredor esencial para la logística del invasor. Moscú estima que hasta tres batallones ucranios se han incorporado a la contraofensiva en ese frente. EL PAÍS pudo comprobar la semana pasada en Zaporiyia cómo un importante número de los heridos que llegaban a la retaguardia eran evacuados desde esa zona donde ahora parecen haberse endurecido las hostilidades.

El ejército de Ucrania logró el miércoles romper las posiciones de defensa rusas cerca de Robotyne y avanzar, aunque posteriormente ese avance fue repelido y se vio obligado a replegarse, según el último análisis del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, según sus siglas en inglés), que cita fuentes del Ministerio de Defensa ruso y blogueros militares de ese país. “Las imágenes geolocalizadas indican que las fuerzas ucranias probablemente avanzaron durante el ataque al menos 2,5 kilómetros al este de Robotyne antes de que las fuerzas rusas (…) las empujaran un poco hacia atrás, aunque no del todo hacia sus posiciones iniciales”, señala el ISW.

Un militar ucranio sobre un tanque Leopard de fabricación alemana el pasado 21 de junio en el frente de Zaporiyia.
Un militar ucranio sobre un tanque Leopard de fabricación alemana el pasado 21 de junio en el frente de Zaporiyia. Luis de Vega

Este centro de estudios no ha podido confirmar con evidencias visuales por satélite, sin embargo que, como dice Rusia, se haya desplegado un número tan elevado de efectivos correspondiente a tres batallones, que son varios miles de militares. Tampoco tiene claro, tras analizar las fuentes de calor, el número de carros de combate que puede haber perdido Kiev en su intento de avanzar, aunque no descarta que los logros hayan podido ser mayores que los reconocidos por fuentes rusas.

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Siguiendo la estrategia desarrollada desde el principio de la contraofensiva, el Gobierno de Ucrania evitó aludir concretamente a sus logros o reveses. Aun así, el mensaje diario del presidente, Volodímir Zelenski, resaltó este miércoles por la noche: “Hoy nuestros muchachos en el frente han tenido muy buenos resultados. Excelente. Los detalles se conocerán más tarde”.

La batalla se produce en un escenario estratégico próximo a la gran curva del río Dniéper, cerca de donde se levanta la central nuclear más grande de Europa, la de Zaporiyia, y en la ruta que conduce hacia la ciudad de Melitópol, a las puertas de la península de Crimea, ocupada por las autoridades de Moscú desde 2014. Ucrania ha desplegado hasta tres batallones sobre el terreno, según el Ministerio de Defensa ruso. Este fortalecimiento de su empuje puede corresponder, según señalan fuentes del Pentágono al diario estadounidense, a la decisión de Ucrania de elevar el tono de la contraofensiva cuando ya dispone de un mayor volumen de arsenal facilitado por los aliados y de soldados preparados en Occidente. Esa gran operación militar comenzó a principios del mes de junio y, en este tiempo, no ha logrado avances de gran calado. Rusia ha logrado frenar un ataque “masivo” con tres batallones ucranios reforzados con tanques al sur de la ciudad de Orijiv, señaló el miércoles Igor Konashenkov, portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, según la agencia estatal rusa Tass.

En las últimas horas, el ISW ha podido geolocalizar cierto movimiento de vehículos blindados del ejército de Ucrania unos dos kilómetros y medio dentro de las líneas defensivas rusas.

Esto “indica que las fuerzas ucranias lograron penetrar y avanzar a través de posiciones defensivas tácticamente muy preparadas. Este tipo de incursiones es una de las cosas más difíciles de lograr para las fuerzas ucranias en su intento de conseguir penetrar más profundamente” en posiciones enemigas, añade este centro de estudios. Lo ocurrido lleva a interpretar, según el ISW, que los rusos “probablemente han tenido que comprometer una parte significativa de sus fuerzas disponibles para ocupar la primera línea defensiva” en el entorno de Robotyne. Detrás de este nuevo impulso, añaden, puede estar una nueva rotación de fuerzas en el ejército local que se enfrenta a tropas rusas que han carecido de relevos.

La zona donde combaten los dos ejércitos se halla a unos 75 kilómetros de Melitópol en línea recta, una localidad clave para facilitar el acceso a la península de Crimea a través de la región de Jersón. Melitópol es, además, un enclave estratégico para la logística de las tropas invasoras porque forma parte del pasillo que permite a Moscú comunicar Crimea con la región de Rostov del Don a través de las ciudades de Berdiansk (en Zaporiyia) y Mariupol (en Donetsk), ambas a orillas del mar de Azov. Romper ese corredor supondría complicar el abastecimiento de los militares del Kremlin en el sur de Ucrania.

Además, unos 50 kilómetros al oeste de este frente de batalla, se levanta la central nuclear de Zaporiyia, otro lugar estratégico que se encuentra en manos de los rusos desde el comienzo de la invasión a gran escala y que no ha dejado de ser escenario de hostilidades en todos estos meses.

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Sobre la firma

Luis de Vega
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear año y medio por Madrid y sus alrededores. Antes trabajó durante 22 años en el diario Abc, de los que ocho fue corresponsal en el norte de África. Ha sido dos veces finalista del Premio Cirilo Rodríguez.

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