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Aviones canadienses detectan nuevos ruidos en la zona donde desapareció el submarino del ‘Titanic’

La Guardia Costera de EE UU informa de que el hallazgo ha reorientado las operaciones de búsqueda en un intento de averiguar el origen de los sonidos, perceptibles en los últimos dos días

El submarino 'Titan', en una fotografía del 10 de mayo.
María Antonia Sánchez-Vallejo

La Guardia Costera de EE UU ha informado este miércoles de que aviones canadienses que participan en la búsqueda del sumergible Titan, desaparecido con cinco personas a bordo, han detectado “ruidos submarinos”, incluidos sonidos de golpes, en los últimos dos días y también en lo que va de este miércoles. El aparato comenzó su descenso el domingo para visitar los restos del transatlántico Titanic, hundido en 1912 a 3.800 metros de profundidad en aguas del Atlántico norte, a más de 600 kilómetros al sur de Terranova (Canadá). Pero se le perdió la pista menos de dos horas después de iniciarse la inmersión. El tiempo juega en contra de las operaciones de rescate, ya que se calcula que la reserva de aire en el interior del batiscafo se agotará el jueves a las seis de la madrugada, hora local (mediodía en la España peninsular). “Esta es una misión de búsqueda y rescate, al 100%”, ha dicho en Boston el capitán Jamie Frederick, portavoz de la Guardia Costera de Estados Unidos. “Cuando estás en medio de un caso de búsqueda y rescate, siempre tienes esperanza”.

Los ruidos detectados han llevado a los equipos de búsqueda, en la que participan varios países, a reubicar las operaciones bajo el agua “en un intento de explorar el origen de los sonidos”, según ha explicado la Guardia Costera en una serie de tuits publicados a primera hora de este miércoles; las señales están siendo analizadas por los expertos. El portavoz de la Guardia Costera no ha querido especular acerca de cuándo podría terminar el operativo. “A veces estás en una posición en la que tienes que tomar una decisión difícil. Todavía no hemos llegado a ese punto”, ha dicho Frederick en rueda de prensa, apuntando que las horas “son solo un dato” de los muchos a tener en cuenta en el despliegue.

Sean Leet, cofundador y presidente de Horizon Maritime Services, una de las empresas de apoyo a OceanGate, a través del buque nodriza Polar Prince, desde el que se lanzó el Titan, ha dicho que están apoyando las labores de búsqueda coordinadas por las autoridades y que el equipo desplegado “es el mejor del mundo, el que tiene más capacidad”, para alcanzar grandes profundidades .

La Guardia Costera no ha facilitado más detalles sobre la naturaleza o el alcance de los sonidos, ni cómo fueron recogidos, aunque varios medios estadounidenses han revelado que los ruidos fueron detectados por aviones canadienses a intervalos de 30 minutos. El responsable máximo de las operaciones de búsqueda, John Mauger, ha prometido en una entrevista a CBS News que seguirán buscando “mientras haya alguna oportunidad de supervivencia” de las cinco personas a bordo. Mauger ha explicado que hay muchos objetos metálicos en la zona donde se perdió el contacto con el Titan, buscado también por barcos desde la superficie por si hubiera podido salir a flote.

El Titan, operado por la empresa estadounidense OceanGate Expeditions, fue construido para permanecer bajo el agua un máximo de 96 horas. El domingo empezó el descenso con cinco personas dentro, pero perdió la comunicación con la superficie después de dos horas de inmersión. A bordo viajaban el multimillonario y explorador británico Hamish Harding, de 58 años, presidente de la empresa de aviación Action Aviation; el experimentado explorador francés Paul Henry Nargeolet, de 73 años, que ha dirigido media docena de expediciones al Titanic; Shazada Dawood, empresario británico de origen paquistaní y administrador de una organización sin ánimo de lucro con sede en California, y su hijo Suleman, de 19 años, y Stockton Rush, el responsable de OceanGate, que comandaba la nave. El coste de la expedición turística ronda los 250.000 dólares (unos 230.000 euros) por persona.

Desde la izquierda, Hamish Harding, Paul Henry Nargeolet, Shazada y Suleman Dawood y Stockton Rush.
Desde la izquierda, Hamish Harding, Paul Henry Nargeolet, Shazada y Suleman Dawood y Stockton Rush.

Aviones estadounidenses y canadienses, así como un buque dotado de un sumergible de aguas profundas, siguen rastreando la zona de la desaparición, más de 7.600 millas cuadradas de mar abierto, la superficie equivalente a todo el País Vasco. Tres buques de apoyo han llegado al lugar esta mañana, entre ellos el John Cabot, de la Guardia Costera de Canadá, con sonar de barrido lateral (un aparato que detecta la presencia de objetos sumergidos); el noruego Skandi Vinland, equipado con dos robots submarinos autónomos, y el también canadiense Atlantic Merlin, según ha tuiteado la Guardia Costera estadounidense. Se espera que en las próximas horas se incorpore a las tareas de búsqueda el buque Atalante enviado por el Gobierno francés, que también cuenta con un robot submarino capaz de exploraciones a gran profundidad. Desde San Juan de Terranova, el puerto canadiense del que partió el buque nodriza Polar Prince, que remolcó el Titan hasta la zona de inmersión, estaba previsto que zarpara esta mañana el Horizon Arctic, dotado de un sistema de cabrestante, un torno para levantar grandes pesos.

Stockton Rush, director ejecutivo de OceanGate, fue advertido en 2018 por una treintena de representantes del sector de vehículos sumergibles de que el “enfoque experimental” de la compañía podría originar problemas “desde menores a catastróficos”, según ha revelado el diario The New York Times, que tuvo acceso a la carta dirigida a Rush.

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