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La empresa del submarino ‘Titan’ fue alertada en 2018 de los riesgos “de menores a catastróficos” de sus viajes

El aire respirable en el interior de la nave se agotará el jueves a primera hora de la mañana, según la Guardia Costera de EE UU, que coordina las tareas de búsqueda

Un miembro de la Guardia Costera de EE UU, este martes en la base del cuerpo en Boston.Foto: JOSEPH PREZIOSO (AFP) | Vídeo: EPV
María Antonia Sánchez-Vallejo

Stockton Rush, director ejecutivo de OceanGate, fue advertido en 2018 por una treintena de representantes del sector de vehículos sumergibles de que el “actual enfoque experimental” de la compañía podría originar problemas “desde menores a catastróficos”, según el diario The New York Times, que tuvo acceso a la carta. Rush es uno de los cinco pasajeros del Titan, el sumergible que el domingo inició la inmersión hacia los restos del Titanic, a 4.000 metros de profundidad en aguas del Atlántico norte, y cuyo rastro se perdió menos de dos horas después de sumergirse. Se ignora si OceanGate, que había organizado varios viajes al fondo del mar y dos al pecio del transatlántico, respondió a la señal de advertencia de la industria, que no ocultó su “preocupación” por el diseño de la nave y los procedimientos de certificación de la misma, informa el diario neoyorquino.

Desde Boston, base de las operaciones de salvamento, la carrera contra reloj de un equipo internacional para localizar el pequeño submarino, de 6,5 metros, y rescatar con vida a sus cinco ocupantes —el estadounidense Rush, a la sazón comandante; un francés, un británico y dos británico-paquistaníes— se agota a medida que pasan las horas y se consume el aire del interior de la nave. A primera hora de la tarde de este martes quedaban 40 horas “de aire respirable”, informó el capitán del primer distrito de la Guardia Costera, Jamie Frederick, a la vez que advertía de que la búsqueda no ha dado por el momento “ningún resultado”. El plazo culmina a las seis de la mañana (hora local, mediodía en la España peninsular) del jueves. Canadá y Francia colaboran con EE UU en la búsqueda.

Carl Schuster, capitán retirado de la Armada estadounidense, explicó al diario The Wall Street Journal que muchas de las tripulaciones de sumergibles privados son antiguos militares con formación sobre cómo actuar en caso de emergencia, incluida la forma de soltar lastre para reflotar la embarcación. Según los protocolos de emergencia habituales, la tripulación intentaría comunicarse con embarcaciones en la superficie y, en caso contrario, soltaría lastre hasta que el submarino subiera a la superficie. Los expertos barajan cuatro hipótesis para el suceso: un incendio, un apagón o una inundación, o bien que se hubiera enmarañado en algo.

Schuster explicó que algunos sumergibles tienen una boya transmisora. En caso de emergencia, la tripulación soltaría la boya para que saliera a la superficie y enviara una señal a los equipos de rescate. El marino añadió que el sonar que suelen utilizar los guardacostas no podría detectar el submarino si está en el fondo del océano. Si el submarino no es capaz de subir a la superficie por sí solo, “sacar algo de esa profundidad es un reto” para los equipos de rescate, que probablemente necesiten un vehículo submarino no tripulado con operadores altamente cualificados, como el que ha enviado Francia, de ahí la complejidad técnica del rescate, que se suma al breve tiempo disponible. El ejército estadounidense cuenta con un batiscafo para tal eventualidad, pero puede actuar a profundidades sensiblemente menores a las que podría encontrarse el Titan.

OceanGate, fundada en 2009 por Rush, es exponente del creciente interés por el turismo extremo. La empresa, con sede en Washington, posee tres sumergibles, incluido el Titan, que han completado más de 200 inmersiones en aguas profundas, según su página web. OceanGate realizó dos viajes a los restos del Titanic en 2021 y 2022. Una excursión científica extrema, como la compañía lo califica, fuera de lo común y con el atractivo de realizar una inmersión de solo dos horas y media de duración en el pecio del Titanic, el transatlántico que se hundió en 1912 al chocar con un iceberg cuando realizaba la travesía inaugural entre Southampton y Nueva York, con más de 2.200 personas a bordo, 1.500 de las cuales se ahogaron. Fue uno de los mayores desastres del transporte en el siglo XX. Sus restos fueron localizados en 1985.

Los guardacostas estadounidenses informaron de que el Polar Prince, el barco nodriza que remolcó el sumergible desde el puerto de San Juan de Terranova (Canadá), a unos 700 kilómetros de distancia, hasta la zona de inmersión, perdió el contacto con el Titan aproximadamente una hora y 45 minutos después de la inmersión. Los guardacostas de EE UU, una de las ramas de las Fuerzas Armadas del país, enviaron dos aviones C-130 a la zona, a unos 1.450 kilómetros al este de cabo Cod (Massachusetts, en la costa noreste de EE UU). Estaba previsto que este martes se incorporase un tercer C-130 a la búsqueda. Los guardacostas canadienses han movilizado un avión y un barco, mientras Francia contribuye con un barco, el Atalante, dotado de un robot submarino capaz de exploraciones a gran profundidad. La Armada estadounidense podría ser movilizada en caso necesario, según el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

Rush es el comandante del sumergible. Con experiencia previa como piloto de aviación, en 2021, con motivo de la primera inmersión en el pecio del Titanic, explicó a la agencia AP que el viaje era una misión científica que pretendía documentar el lento deterioro de los restos del naufragio. “El océano se los está llevando, y necesitamos documentarlo antes de que todo desaparezca o se vuelva irreconocible”, dijo. En otra entrevista el año pasado a The New York Times, el empresario afirmó que las imágenes de alta resolución obtenidas en las visitas guiadas al Titanic podrían beneficiar a los investigadores. También defendió la seguridad del sumergible, aunque, subrayó, nada está exento de riesgos. “Lo que más me preocupa son las cosas que me impiden llegar a la superficie: salientes, redes de pesca, peligro de enredos”, dijo el año pasado a CBS News, añadiendo que un buen piloto puede evitar esos peligros.

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