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La inundación del Dniéper permite a Rusia reforzar sus defensas en el este ante la contraofensiva ucrania

Kiev confirma que tropas rusas se trasladan de Jersón a Zaporiyia y Donetsk debido a que la destrucción de la presa impide, de momento, un ataque en el sur

Ukraine
Soldados ucranios colocan una bandera de su país en un edificio durante una operación en la que aseguran haber tomado la población de Blahodatne, en Donetsk.68TH SEPARATE HUNTING BRIGADE 'O (via REUTERS)

La destrucción de la presa de Nova Kajovka ha dado una ventaja militar a Rusia. La inundación del Dniéper a su paso por las provincias ucranias de Dnipró y Jersón ha ampliado la anchura del río en varios kilómetros, aunque el gobernador local, Oleksandr Prokudin, informó este domingo de que la zona anegada se ha reducido ya casi a la mitad y ha pasado de 139 kilómetros cuadrados a 77. Los asaltos anfibios, que Ucrania estaba realizando con fuerzas especiales, han quedado en suspenso por las nuevas dificultades en el terreno. La viceministra de Defensa ucrania, Hanna Maliar, ha informado este domingo de que Rusia está trasladando sus mejores unidades en el frente de Jersón a Zaporiyia y Donetsk, donde están teniendo lugar las principales operaciones contraofensivas del ejército local.

Maliar ha precisado que las tropas de la fuerza naval rusa, además de batallones aerotransportados y la 49ª Armada de Infantería, se están desplazando al este. Los marines rusos y sus unidades aerotransportadas son de las mejores divisiones del ejército invasor. En el frente de Donetsk, las ofensivas rusas han repetido siempre el mismo patrón: tras el castigo de la artillería, primero se han lanzado oleadas de mercenarios de la empresa privada Wagner, utilizados como carne de cañón, que tras diezmar las posiciones ucranias daban paso a las fuerzas aerotransportadas para asegurar el terreno.

La detonación de la presa de Nova Kajovka fue aparentemente llevada a cabo con el objetivo de prevenir una ofensiva de las Fuerzas Armadas Ucranias en Jersón y liberar sus reservas militares para ser transferidas a Zaporiyia y Bajmut [Donetsk]”, en la región de Donetsk, ha escrito Maliar en un comunicado. La viceministra de Defensa también ha añadido que la catástrofe provocada en el Dniéper y sus afluentes favorece a Rusia porque ha forzado a Kiev a destinar parte de sus tropas a tareas de ayuda humanitaria. Rusia, como en días anteriores, volvió a atacar una barca de las que lleva a cabo evacuaciones de población hiriendo a seis personas, según Andri Yermak, jefe de la oficina presidencial de Ucrania.

El general francés Jérôme Pellistrandi ya advirtió el miércoles a EL PAÍS que era previsible que Rusia aprovechara para reubicar a sus tropas en Jersón hacia el este, y añadió: “En la situación actual de socorro civil, quizá durante semanas no podrán llevarse a cabo operaciones militares en la zona”. El almirante James Foggo, antiguo comandante de la flota estadounidense en el Mediterráneo, también valoró para este diario que el principal contratiempo es que el frente sur no podrá ser durante un tiempo el teatro de operaciones militares: “La inundación aumenta los problemas para Ucrania porque deberán destinar recursos [militares] a apoyo humanitario. Pero para Rusia también es un contratiempo porque reduce sus recursos energéticos y de suministro de agua”. El embalse de Nova Kajovka regaba los campos agrícolas de Jersón, tanto en el oeste como en el este, ocupado por el invasor, y sobre todo, suministraba agua a Crimea, la península ucrania anexionada ilegalmente por Rusia desde 2014.

Asaltos anfibios

Thibault Fouillet, oficial francés y analista de la Fundación para la Investigación Estratégica, subraya que también el bando ruso tiene que hacer frente a la urgencia humanitaria causada por el desbordamiento del Dniéper, pero concede que, según la teórica militar, lo sucedido favorece al ejército defensor. Fouillet recuerda que tanto el presidente, Volodímir Zelenski, como el Estado Mayor ucranio han asegurado que contemplaban la posibilidad de que Rusia provocara esta catástrofe, por lo que no puede descartarse que los asaltos anfibios sí formen parte de la contraofensiva. Pese a ello, Fouillet recalca que los esfuerzos ofensivos ucranios se están produciendo sobre todo en otros frentes, en las provincias de Donetsk y Zaporiyia, lo que indicaría que los planes en esta primera fase de la contraofensiva no pueden cambiar mucho. “Todavía no sabemos dónde se producirán los principales ataques, tenemos que ser precavidos con las consecuencias operativas de lo sucedido [en el Dniéper]”.

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La línea divisoria entre las regiones de Zaporiyia y Donetsk, uno de los puntos donde el frente apenas se ha movido en los últimos meses, es escenario de intensos choques entre los dos ejércitos. Ambos bandos se disputan sus posiciones en los entornos de las localidades de Vugledar y Velika Novolsilka, al suroeste de la ciudad de Donetsk. Las Fuerzas Armadas de Ucrania hicieron público un vídeo de sus hombres colocando la enseña nacional en un edificio medio destruido que aseguran corresponde a Blahodatne, un enclave hasta ahora bajo control del enemigo. En esa misma región de Donetsk, los ucranios siguen reclamando también ciertos avances de sus hombres en el frente de Bajmut, localidad donde los combates son encarnizados desde hace 10 meses y que los rusos dieron por conquistada el mes pasado.

Soldados ucranios de la 3ª Brigada de Asalto, en su posición en Bajmut, en una foto facilitada por las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Soldados ucranios de la 3ª Brigada de Asalto, en su posición en Bajmut, en una foto facilitada por las Fuerzas Armadas de Ucrania. UKRAINIAN ARMED FORCES PRESS SER (via REUTERS)

Las tropas ucranias están consiguiendo recuperar terreno perdido en el frente de Bajmut, ciudad de Donetsk arrasada en una batalla que dura más de ocho meses. Tras conquistar el municipio los mercenarios de Wagner en mayo, el Ejército de Tierra ucranio cambió de estrategia y ahora está cosechando los resultados: renunció a defender posiciones dentro del municipio para avanzar por los flancos e intentar sitiar a las tropas invasoras. Según informó este fin de semana el Alto Mando ucranio para el frente este, sus tropas ya habrían avanzado 1,4 kilómetros en el perímetro noreste y noroeste de la ciudad. Un comandante de batallón consultado la semana pasada por este diario aseguraba que solo en las dos últimas semanas habían recuperado el territorio perimetral de Bajmut perdido en toda la primavera.

Rusia ha informado de que a lo largo del fin de semana sus militares han logrado destruir al menos siete tanques Leopard de fabricación alemana y cinco vehículos de transporte de tropas Bradley de fabricación estadounidense. El armamento facilitado por los aliados al ejército ucranio será fundamental para el éxito de la contraofensiva y Moscú sabe que la suerte que corra ese material entregado a Kiev será seguida muy de cerca.

Sin ofrecer detalles, Zelenski reconoció por primera vez el sábado que se encuentra en marcha la contraofensiva tan anunciada en los últimos meses. Es la primera vez que Kiev confirma de manera oficial que esta gran operación militar, que puede llevar semanas o meses, está ya en marcha. Hasta ahora, el Gobierno ucranio había optado por imponer el cerrojazo informativo.

Apuntalando esa estrategia, que lleva incluso a los medios locales a informar de los movimientos de su propio ejército citando a medios extranjeros, Hanna Maliar ha publicado este domingo un vídeo de más de medio minuto en el que aparece mirando fijamente a la cámara sin articular una sola palabra el máximo responsable de la inteligencia militar, Kirilo Budanov. “Continuará... los planes aman el silencio”, es el mensaje de la viceministra de Defensa que acompaña esas imágenes.

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