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La UE exige a Kosovo que repita las controvertidas elecciones que han derivado en una escalada de tensión con los serbokosovares

En una reunión muy tensa, Borrell, Scholz y Macron dan a la presidenta kosovar una semana para que diseñe los nuevos comicios y reclaman a Belgrado que llame a la participación

Soldados de la Fuerza Internacional para el Mantenimiento de la Paz en Kosovo (KFOR, por sus siglas en inglés), dirigida por la OTAN, montan guardia frente al Ayuntamiento de Zvecan (Kosovo), este jueves.Foto: GEORGI LICOVSKI (EFE) | Vídeo: EPV
María R. Sahuquillo

Alarmada por el aumento de la violencia en el norte de Kosovo, la Unión Europea ha reclamado a Prístina que repita las controvertidas elecciones que han desencadenado una nueva crisis en la región. A los serbios reclama que llamen a la participación de los serbokosovares, que se abstuvieron mayoritariamente y boicotearon los comicios. Con una participación de apenas el 3,4% de la ciudadanía, los regidores surgidos de esas urnas no son legítimos, considera Bruselas. En una reunión en los márgenes de la cumbre de la Comunidad Política Europea, celebrada este jueves en Bulboaca (Moldavia), el alto representante para Política Exterior de la UE, Josep Borrell, flanqueado por el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente francés, Emmanuel Macron, ha planteado a la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, y al líder de Serbia, Aleksandar Vucic, una repetición electoral para tratar de desescalar la peor crisis que vive la región en años.

En una reunión muy tensa, llena de acusaciones mutuas por la situación entre Osmani y Vucic, según fuentes diplomáticas, Borrell, que es el facilitador del diálogo entre Serbia y Kosovo, ha dado una semana a Prístina —y de forma colateral a Belgrado— para que dé forma a esa repetición electoral y ha propuesto una nueva reunión en Bruselas. Si la situación no amaina, habrá consecuencias para el diálogo con la UE.

La propuesta de la UE es que los alcaldes de los cuatro municipios del norte de Kosovo en cuestión dimitan y se convoquen nuevos comicios, o que se reúna un 20% de firmas para pedir nuevas elecciones y que eso lleve a los alcaldes a dejar sus puestos. También, que Belgrado aparque las llamadas al boicot de la población serbokosovar. Y mientras tanto, ha advertido la UE, la violencia debe cesar.

El norte de Kosovo vive una escalada de disturbios desde el viernes pasado, cuando manifestantes serbokosovares (mayoría en la región, pero minoría en el país) trataron de impedir la entrada en los edificios municipales de los nuevos alcaldes de la mayoría albanesa —ayudados por la policía también de mayoría de ascendencia albanesa— elegidos en las polémicas elecciones del pasado abril. La UE, que lleva años tratando de impulsar el diálogo entre Prístina y Belgrado, está alarmada por la escalada. Durante el fin de semana, los manifestantes serbokosovares cargaron contra las fuerzas de la OTAN (Fuerza de Kosovo o KFOR) desplegadas en la región y se registraron una treintena de heridos entre los soldados y también varias decenas de lesionados entre los manifestantes.

El foco está mayoritariamente en Kosovo, al que Estados Unidos y varios países europeos han criticado por alimentar una situación que ya era muy tensa antes, al utilizar a la policía para lograr el acceso de los regidores a los edificios municipales. “Lo que hemos pedido a los dos partidos es muy simple: la organización lo antes posible de nuevas elecciones en estos cuatro municipios con un compromiso de Kosovo”, ha dicho este jueves Macron en una conferencia de prensa en Bulboaca.

La presidenta de Kosovo ha asegurado que su país está listo para celebrar nuevos comicios siempre que sean fruto de un proceso legal. También Vucic se ha comprometido a impulsar las nuevas elecciones. Aunque falta por ver cómo se desarrolla la situación, advierten fuentes comunitarias.

Un encuentro tenso

El encuentro entre Vucic y Osmani ha sido tenso durante toda la cumbre de Moldavia, en la que ha participado casi medio centenar de líderes europeos. Apenas se han mirado durante la foto de familia y se han cruzado acusaciones mutuas durante la llegada. La presidenta Osmani ha cargado contra Serbia, acusándola de tratar de desestabilizar Kosovo, al no haberlo reconocido como país, y de apoyar la violencia en las manifestaciones. “Todos entendemos que la amenaza real, de hecho, proviene de la negación de Serbia de la existencia de un Estado soberano en Kosovo”, lanzó. Mientras, Vucic exigió la retirada de los “presuntos alcaldes” del norte de Kosovo y cargó contra la presencia allí de la policía que, ha insistido, alimentó la conflictividad.

“El presidente Vucic debe dejar de apoyar a las bandas criminales de Kosovo. Debe hacerlo si quiere la paz y tiene que demostrarlo”, ha insistido la líder kosovar. El presidente serbio ha asegurado que no tiene nada que ver con las manifestaciones y que está movilizándose para rebajar la tensión. “Serbia hará todo lo posible para reducir la escalada de la situación, lo que significa que intentaremos persuadir a los serbios para que progresen con calma y paz”, ha dicho en Moldavia.

La OTAN también ha llamado a desescalar la situación. El martes, la Alianza Atlántica aumentó en otros 700 efectivos las tropas en la zona para el contingente que tiene allí desde el final de la guerra de 1998-1999. Este jueves, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha asegurado en Oslo que se plantea elevar ese número.

En la capital noruega, donde se han reunido los ministros de Exteriores de los países de la OTAN, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha dado un toque de atención a Belgrado y a Prístina. “Lo más importante es que las propias partes rebajen la tensión, dejen de emprender acciones unilaterales y vuelvan al diálogo dirigido por la UE. Es el camino”, ha incidido Blinken, que ha asegurado que espera ver avances en el diálogo en los próximos días y semanas.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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