Los nuevos choques violentos en Kosovo: claves para entender por qué vuelve la tensión a los Balcanes

Las alarmas han vuelto a encenderse en Kosovo. La policía albanokosovar reprimió el pasado viernes las protestas que se desencadenaron en el pueblo de Zvecan, en el norte, habitado en su gran mayoría por serbokosovares, contra la jura del cargo de un alcalde electo de origen albanés. Serbia, que no reconoce a Kosovo como Estado independiente, mantiene desde ese día a su ejército en alerta de combate, y las manifestaciones en la región no han cesado, en una peligrosa escalada de tensión entre ambas comunidades. La OTAN, que mantenía en la zona una fuerza de paz (KFOR) con 3.700 militares, ha decidido desplegar a otros 700 para intentar evitar nuevos choques.

Tanto la UE como la OTAN han llamado a calmar la situación y han pedido a los líderes kosovar, Albin Kurti, y serbio, Aleksandar Vucic, retomar el diálogo. A continuación, las principales claves de un conflicto que mantiene en vilo a la comunidad internacional, temerosa de que se reaviven los enfrentamientos étnicos que causaron en los años noventa del siglo pasado miles de víctimas.

1. ¿Cuál ha sido el desencadenante de los últimos enfrentamientos?

El Gobierno del primer ministro kosovar, Albin Kurti, promovió el año pasado unas elecciones locales en el norte que fueron boicoteadas por la mayoría serbia en esa zona. En protesta por la convocatoria, más de 600 cargos públicos serbokosovares ―entre ellos, alcaldes, concejales, policías y jueces de origen serbio― dimitieron en noviembre de 2022. Kurti, presionado por la Unión Europea, aplazó los comicios. Finalmente, se celebraron el pasado abril, con una participación solo del 3,5% de los electores ante el boicoteo serbio. A pesar de ese ínfimo porcentaje, Prístina validó los comicios, donde ganaron alcaldes de origen albanés en municipios de mayoría serbia. El pasado viernes Prístina envió a tres alcaldes a los municipios de Leposavic, Zubin-Potok y Zvecan para que jurasen sus cargos.

En Zvecan (7.300 habitantes), los habitantes intentaron impedir el acceso del alcalde al Ayuntamiento y la policía kosovar se empleó a fondo en reprimir las protestas y abrir paso al regidor. El presidente serbio, Aleksandar Vucic, ordenó ese mismo 26 de mayo a su ejército pasar a alerta de combate y desplegar unidades más cerca de la frontera con Kosovo.

2. ¿Cuáles son los principales problemas de fondo del conflicto?

Kosovo declaró su independencia de forma unilateral en 2008. Más de 100 países reconocieron al nuevo Estado (España no está entre ellos). Pero Serbia nunca aceptó la decisión y sigue considerando a Kosovo una provincia suya. Desde entonces, en una superficie menor que la de Murcia conviven 1,8 millones de habitantes, de los cuales el 90% son de origen albanés, alrededor del 6% de origen serbio y el resto pertenece a otras minorías. La mitad de la población de origen serbio, estimada en unas 100.000 personas, se concentra en cuatro municipios del norte, donde es mayoría: Mitrovica, Zubin Potok, Liposavic y Zvecan.

Los intentos de acordar una autonomía para la zona de mayoría serbia o de aplicar las decisiones administrativas de Prístina en la región del norte han fracasado hasta ahora y periódicamente han desembocado en enfrentamientos.

En ese contexto, hay dos cuestiones que impiden en los últimos meses avanzar en los acuerdos entre Belgrado y Prístina. Por un lado, el problema de las matrículas, que en el norte son las serbias y en el resto las albanokosovares. Y en segundo lugar, y con mayor relevancia, la creación de una confederación de municipios serbios de Kosovo.

El Gobierno de Prístina intentó implementar en 2021 una ley para retirar todas las matrículas serbias de Kosovo. Ese amago provocó protestas en el norte, con bloqueos de carreteras. Medió la Unión Europea, pero Prístina lo intentó de nuevo en marzo de 2022. Y arreciaron otra vez los bloqueos. Finalmente, la UE logró aplacar la crisis temporalmente. En cuanto a una confederación de municipios, los serbokosovares sostienen que ese organismo ya fue aprobado por las partes en unos acuerdos en 2013. Pero el primer ministro kosovar, Albin Kurti, se niega en redondo a conceder esa mayor autonomía.

En el fondo de todas las divisiones subyace la cuestión de la soberanía. El experto español en los Balcanes Miguel Roán advierte: “Mientras no cedan las dos partes, no habrá un acuerdo de paz duradero en la región”.

3. ¿Con qué apoyos internacionales cuentan Serbia y Kosovo?

El principal aliado internacional de Kosovo es Estados Unidos, seguido de la Unión Europea (aunque no todos sus miembros reconocen su independencia, entre ellos España). Y el de Serbia es Rusia, seguido de China. Sin embargo, la invasión rusa de Ucrania ha hecho que tanto Washington como Bruselas se esmeren en estrechar su relación con Serbia, país de apenas siete millones de habitantes, pero clave en la estabilidad de los Balcanes y el este de Europa.

La UE se ha afanado por mantener viva la perspectiva de la integración de los Balcanes. Pero la condición previa es que Kosovo y Serbia suscriban un acuerdo de normalización de relaciones. Ese pacto ha sido imposible hasta el momento, a pesar de los esfuerzos del alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, quien se ha reunido en varias ocasiones con ambos líderes.

Ante las imágenes de la represión policial en Zvecan, Estados Unidos y la UE reprobaron la decisión de Kurti de enviar a los alcaldes de origen albanés al norte de Kosovo. Insistieron en que ese movimiento solo sirve para aumentar la tensión. Pero Kurti ha hecho caso omiso a Washington y Bruselas. El presidente kosovar se mantiene de momento firme en que los alcaldes elegidos asuman los cargos en las poblaciones del norte.

Borrell pidió a Kurti este miércoles destensar una crisis “peligrosa e insostenible”. Y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, responsabilizó también a Prístina de la actual tensión. Moscú, por su parte, ha expresado su solidaridad con Serbia y su “preocupación” por los acontecimientos de Kosovo.

4. ¿Cuál es la situación interna del presidente serbio y cómo afecta la crisis de Kosovo?

A principios de mayo, se registraron en Serbia dos tiroteos que causaron 18 muertos en apenas dos días. Miles de personas salieron a las calles para protestar contra la violencia y la proliferación de armas entre la población. Las manifestaciones resultaron masivas, fueron criticadas por el Gobierno y se convirtieron en antigubernamentales. La serbia Aleksandra Tomanic, directora de la ONG European Fund for The Balkans, explica desde Belgrado sobre el contexto de las protestas: “Los medios de comunicación, la televisión y la prensa están controlados por el Estado. Y difunden el odio hacia los vecinos, las minorías, los oponentes políticos, etc. Los criminales de guerra son invitados habituales en las tertulias. Y, desde hace unos años, incluso el espacio público de todo el país está inundado de mensajes ultranacionalistas donde se glorifica a los criminales de guerra”.

Destacados analistas en la zona creen que la escalada de tensión en Kosovo está vinculada con esas protestas antigubernamentales que se registran en Serbia. Tomanic sostiene: “En los dos últimos días se han convocado en Belgrado manifestaciones nacionalistas de apoyo a los serbios de Kosovo. Con ellas, Vucic trata de contrarrestar el efecto de las protestas contra el Gobierno. Su objetivo es acallar las críticas”.

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