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Las relaciones entre el Partido Comunista de Venezuela y Nicolás Maduro, al borde de la ruptura

El PCV forma parte de la revolución bolivariana desde su llegada al poder, en 1999, pero se negó ante Chávez a fusionarse con el PSUV

Grafiti del Partido Comunista de Venezuela (PCV), en Caracas.
Grafiti del Partido Comunista de Venezuela (PCV), en Caracas.Miguel Gutiérrez/EFE (EFE)

Las relaciones entre el Gobierno de Nicolás Maduro y uno de sus aliados tradicionales, el Partido Comunista de Venezuela, se han deteriorado hasta un punto que ya parece de no retorno. Las diferencias, que hasta hace poco solo parecían tácticas, se han ido ensanchando con el paso de los meses. Los dirigentes comunistas han acompañado a gremios profesionales opositores que protestan en demanda de mejoras salariales y han denunciado una corrupción desbordada en el alto Gobierno. Han solicitado, además, una investigación que incluya al propio Nicolás Maduro en el debate sobre la corrupción en las filas revolucionarias.

El partido también ha solicitado “una investigación independiente” que establezca los motivos de la muerte de Leoner Azuaje, presidente de Cartones de Venezuela, uno de los gerentes públicos que terminó en prisión luego de la purga anticorrupción que lanzó el chavismo en estas últimas semanas, y quien supuestamente se suicidó en su celda días después de ser encerrado.

Desde hace varios meses es relativamente habitual que se produzcan choques entre la bancada de los diputados comunistas y la directiva de la Asamblea Nacional, encabezada por Jorge Rodríguez. Los primeros han fustigado las actuales medidas de apertura económica de Miraflores o han solicitado una investigación más detallada sobre las conexiones de la corrupción en el alto Gobierno. Los voceros del oficialista PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) han acusado al PCV de confabularse con la oposición y con Estados Unidos para debilitar a la revolución. El buró político del PCV, por su parte, ha denunciado que se ha cercenado el derecho de palabra a sus dos diputados cuando han intentado responder a estos señalamientos en los debates parlamentarios.

En un reciente comunicado, el buró político del PCV enumera entre los motivos de su distanciamiento del chavismo “el sistemático incumplimiento del Acuerdo Marco Unitario PSUV-PCV, suscrito en abril del 2018, y la implementación de un agresivo programa de ajuste antipopular y ultraliberal a partir del mismo año”, haciendo referencia a la apertura económica al empresariado ensayada por Miraflores luego de la quiebra financiera del país.

El secretario general del PCV, Óscar Figuera, ha afirmado que los comunistas venezolanos tienen suficientes evidencias de la existencia de un plan del alto Gobierno para tomar judicialmente a la organización, una circunstancia que ya ha tenido lugar antes con otros aliados del chavismo —como Patria Para Todos y Podemos― cuando extreman sus posturas críticas. Como responsable y promotor de la maniobra, la dirección del PCV acusa a Diosdado Cabello, primer vicepresidente del PSUV y número dos del régimen chavista.

El PCV forma parte de la revolución bolivariana desde su llegada al poder, en 1999. Junto a Patria Para Todos, el Movimiento Tupamaro, y otras organizaciones minoritarias de izquierda, acompañaron al PSUV en la creación del Polo Patriótico, la alianza electoral que creó Hugo Chávez para encarar a la oposición.

Las relaciones del PCV y el Gobierno chavista ya han pasado por otros momentos de crisis. En la mayoría de las ocasiones, las discrepancias guardan relación con el celo por la autonomía que tiene este partido, el más antiguo del país, que incluso se negó a fusionarse con el resto de las fuerzas de izquierda que gestaron el nacimiento del PSUV en 2006, como se lo había pedido el propio Hugo Chávez. Aunque estos desacuerdos fueron saldados satisfactoriamente, y los comunistas han acompañado a Maduro en todas sus decisiones económicas y sus medidas para neutralizar a la oposición, la grieta de este último distanciamiento, que ya lleva unos tres años, parece tener una profundidad superior.

A finales de 2022, los representantes del PCV denunciaron al Gobierno de Maduro en La Habana ―la Ciudad del Vaticano de la izquierda ortodoxa latinoamericana― en el marco del XXII Encuentro de Partidos Comunistas y Obreros que tuvo lugar en el Palacio de Convenciones cubano. “La de Venezuela es una experiencia concreta que revela los límites del progresismo”, dijo en su derecho de palabra Héctor Rodríguez, del buró político, ante la mirada sorprendida de la mayoría de los asistentes al evento. “De la política antimperialista, de nacionalización de los sectores estratégicos, de lucha contra el latifundio y de defensa de los derechos sociales y laborales, se pasó a la agenda económica neoliberal de privatizaciones, liberación de precios, devolución de tierras a los terratenientes, desregulación laboral y desmontaje de conquistas sociales”, añadió.

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