Bruselas acelerará la integración económica de Ucrania como alternativa a una entrada rápida en la UE
Zelenski promete más reformas para cumplir con los estándares de acceso a la Unión en vísperas de una gran cumbre europea, mientras algunos países advierten contra una adhesión acelerada
La Unión Europea acelera el anclaje de Ucrania en la economía del club comunitario. Bruselas prepara una serie de acuerdos económicos y energéticos con Kiev como paso previo a una futura entrada en el mercado interior, cuando se materialice la integración en la UE. La mención a esos pactos como fórmula para estrechar el vínculo con los vecinos europeos se desliza en el borrador, al que ha tenido acceso EL PAÍS, de la declaración de la simbólica cumbre que celebrarán la Unión Europea y Ucrania a finales de semana en Kiev. La reunión se producirá el viernes, según ha confirmado el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, aunque vendrá precedida de otros encuentros de alto nivel entre representantes comunitarios y ucranios.
Se trata de la primera cumbre entre los dos territorios que se desarrolla en el país desde que está en guerra y supone un importante gesto de respaldo frente al invasor, Rusia, en plena contienda. Al mismo tiempo, esa estructura económica e industrial que se ofrece a Kiev señala un horizonte más tangible que la adhesión acelerada, que es complicada políticamente y encuentra gran oposición entre algunos Estados miembros, que piden no dar demasiadas esperanzas a Ucrania sobre su ingreso exprés en el club comunitario. Mientras, en vísperas de la simbólica reunión y consciente de que el foco está ahora en Kiev, Zelenski ha prometido acelerar las reformas, sobre todo en materia anticorrupción, para cumplir con los estándares europeos.
La Comisión Europea y el Consejo Europeo se han comprometido a seguir apoyando a Ucrania tanto tiempo como sea necesario y con todos los medios disponibles. Y ese es uno de los mensajes de la cumbre en Ucrania (será la número 24 de este formato) y de una serie de reuniones de alto nivel entre el Ejecutivo comunitario y el Gobierno de Zelenski, cuando está a punto de cumplirse el primer aniversario de la invasión lanzada por el presidente ruso, Vladímir Putin. La UE ha rehusado aguar las esperanzas de Kiev de una entrada temprana; aunque las instituciones comunitarias dan la bienvenida a los “esfuerzos” para seguir los patrones europeos en la declaración de la cumbre, le recuerdan la necesidad de hacer más reformas en el campo de la justicia, la persecución de la corrupción y el respeto por las minorías que residen en el país. No todo el foco debe estar en la fecha de la integración, sino más bien en el camino para lograrla.
Socio 28 sin entrada oficial
Mientras, Bruselas está tejiendo un esqueleto de pactos económicos e industriales para asentar al país, acompañarlo, ayudar a mantener a flote la economía ucrania e incrementar sus lazos con el club comunitario, según se desprende del borrador de la declaración de la cumbre Unión Europea-Ucrania. El país ya recibe el gas desde Europa y al principio de la guerra sincronizó su red eléctrica con la europea —junto a Moldavia— para así conectarla en una operación compleja. Ahora se trata de incrementar, paso a paso, la integración en la red eléctrica, de telecomunicaciones (con acuerdos de roaming) y también en materia industrial. Ucrania podría convertirse así, de facto, en el socio número 28 sin entrar oficialmente en la UE.
La Unión se compromete, por ejemplo, a “acelerar” los trabajos para facilitar la entrada de los productos industriales ucranios en el mercado de la UE. También se prevé que se anuncie una “asociación estratégica para energías de fuentes renovables”, como el hidrógeno. Estas fórmulas constituyen un mapa para facilitar el acceso de Ucrania al mercado interior comunitario, uno de los grandes activos del proyecto europeo. Además, la UE remarca que toda la ayuda para la reconstrucción del país va encaminada a adaptarlo a la economía de la UE, según figura en el borrador de la declaración conjunta, que todavía puede cambiar y al que le falta la aprobación final de Kiev, que podría presionar para introducir un lenguaje más claro en cuanto a su adhesión. Ucrania no solo quiere compromisos tangibles, sino también simbólicos: “Esperamos decisiones de nuestros socios”, instó Zelenski en su discurso nocturno del lunes.
Hace unos días, el primer ministro ucranio, Denis Shmihal, apuntó que esperan cumplir todos los pasos para la adhesión en 2026. Las perspectivas de integración en un periodo de tiempo demasiado corto divide a los socios. Ucrania logró el estatus de candidato a la UE en solo tres meses, frente a otros países que han tardado años y que, además, se mantienen a la espera de que ese ingreso cristalice. Algunos mensajes de la Comisión Europea, que preside Ursula von der Leyen, una de las voces más sonoras del apoyo europeo a Ucrania, y del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que también se ha destacado por su compromiso con Kiev, sobre los progresos del país han escamado a países como Francia, Alemania o Países Bajos, que defienden que la adhesión, en términos realistas, está a “años luz”, como apunta un diplomático europeo.
Ya en mayo, antes de que Kiev presentase su solicitud de acceso, el presidente francés, Emmanuel Macron, comentó que el proceso de integración podría llevar décadas. Preocupa cómo absorber un país —con unos 43,9 millones de habitantes antes de la invasión rusa— eminentemente agrícola, con una merma industrial importante por la guerra, empobrecido y todavía con problemas de corrupción, como ha reconocido el Gobierno de Zelenski.
Los socios más pragmáticos instan a aprender las lecciones de integraciones pasadas, como la de Bulgaria y Rumania (en 2007), que han estado bajo auditoría europea durante décadas. O animan incluso a revisitar el ejemplo de Hungría (que se sumó al club comunitario en 2004), donde hay serias vulneraciones del Estado de derecho y la corrupción también es un problema severo. “Ucrania no habría sido nombrado candidato si no fuese por la guerra, pero la invasión rusa y la importancia de apoyarla lo han cambiado todo”, dice una alta fuente diplomática europea. “Acelerar demasiado el proceso no beneficiará a Kiev en cualquier caso. Todos saldremos ganando si las cosas se hacen a su tiempo y respetando las reglas”, añade otro diplomático.
Frente a estas posturas, otros países como Polonia y los Bálticos reclaman que en las declaraciones oficiales de la UE haya más reconocimiento a los avances de Ucrania y que se sigan dando pasos no solo simbólicos, sino también prácticos, para su integración. Como candidato a la UE, Ucrania tiene que cumplir una serie de criterios políticos —estabilidad en las instituciones y garantías democráticas, del Estado de derecho, los derechos humanos y las minorías—, económicos —un mercado funcional y con capacidad competitiva— y asumir las obligaciones que supone entrar en el club de los Veintisiete.
La Comisión Europea debe hacer una primera revisión del cumplimiento de las recomendaciones de adhesión en primavera o a principios de este verano, pero aunque en la declaración de la cumbre la UE habla de los “progresos” en “momentos extremadamente difíciles”, también le recuerda a Kiev, por ejemplo, la importancia de acelerar las reformas judiciales, incluida la del Tribunal Constitucional. A una velocidad normal, la adhesión podría llevar años; pero, como se ha visto con la candidatura ucrania, la situación está lejos de ser normal, con la agresión rusa a las puertas de la UE. Ya no se habla de si Ucrania se unirá al club, sino de cuándo.
Lucha anticorrupción
En vísperas de esos encuentros tan simbólicos, Zelenski ha prometido más cambios de Gobierno y nuevas reformas que “modificarán la realidad social, legal y política” del país en transparencia y efectividad, de cara a su integración comunitaria.
La semana pasada, el presidente hizo una gran purga en varias instituciones —incluido el ejército— por varios escándalos de corrupción. Y este miércoles, ha cesado a otra batería de altos cargos por sospechas de corrupción en áreas tan sensibles para la UE como la fiscalidad y las aduanas. Zelenski ganó las elecciones en 2019 con un discurso muy centrado en atajar ese grave problema endémico en un país en el que, sin embargo, también hay estructuras y organizaciones civiles potentes que lo auditan y lo denuncian, a diferencia de otros vecinos. El líder ucranio ha asegurado que la guerra no frena los cambios. “Estamos preparando nuevas reformas, que cambiarán la realidad social, jurídica y política en muchos sentidos”, dijo en su discurso de la noche del martes.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.