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Liberadas las 66 mujeres y niñas secuestradas en el norte de Burkina Faso

En los últimos días han muerto unas 30 personas, la mitad voluntarios civiles, en ataques de grupos yihadistas en el centro y oeste del país

José Naranjo
Manifestación contra la presencia francesa y a favor de Rusia en la plaza de la Nación de Uagadugú, capital de Burkina Faso, el pasado viernes.
Manifestación contra la presencia francesa y a favor de Rusia en la plaza de la Nación de Uagadugú, capital de Burkina Faso, el pasado viernes.VINCENT BADO (REUTERS)

Las 66 mujeres y niñas secuestradas a finales de la semana pasada en el norte de Burkina Faso por un grupo armado fueron liberadas este viernes en una operación del Ejército burkinés y trasladadas a la capital del país, Uagadugú. Las cautivas, entre las que se encontraban cuatro bebés, fueron localizadas por las Fuerzas Armadas en la región de Centro-Norte, a unos 200 kilómetros del pueblo de Arbinda, donde fueron secuestradas. Según una fuente de las fuerzas de seguridad, las mujeres estaban siendo trasladadas a bordo de un autobús cuando fueron identificadas en un control militar.

La Radio Televisión de Burkina (RTB) difundió este viernes por la noche las imágenes de las 66 mujeres llegando a Uagadugú. Según la cadena pública, más de la mitad eran menores de 18 años y cuatro de ellas llevaban consigo a sus bebés. Fueron rescatadas en Tougouri y trasladadas unos 70 kilómetros por carretera hasta Kaya, desde donde un helicóptero de las Fuerzas Armadas las llevó a la capital burkinesa. Allí fueron recibidas por altas instancias militares y trasladadas a un lugar seguro para ser interrogadas con el objetivo de obtener información sobre sus captores.

Las 66 mujeres fueron secuestradas entre el jueves y viernes de la semana pasada en los alrededores del pueblo de Arbinda, en la región de Sahel, cuando recogían hojas y frutos silvestres para alimentarse, dada la escasez de comida debido al bloqueo de las rutas comerciales por los grupos yihadistas que operan en el norte del país. La junta militar que gobierna el país desde el pasado 30 de septiembre, presidida por el capitán Ibrahim Traoré, anunció la puesta en marcha de una operación para localizarlas, que dio sus frutos una semana más tarde.

En los últimos días, se han producido numerosos ataques y enfrentamientos en todo el país con el resultado de al menos 30 muertos, entre ellos una quincena de miembros de Voluntarios de Defensa de la Patria (VDP), la fuerza integrada por civiles que apoya al Ejército en la lucha contra el yihadismo. En concreto, los ataques se produjeron en las provincias de Sanmatenga, Nayala, Bam, en la región Centro-Norte, y en Banwa, al oeste del país. Grupos terroristas vinculados a Al Qaeda y a Estado Islámico controlan amplias zonas rurales del norte y este del país, donde someten a bloqueo a pueblos y ciudades, y extienden su actividad al oeste y sur. Dos terceras partes del país están fuera del control del Estado.

El capitán Ibrahim Traoré ha convertido la lucha contra el yihadismo y la “reconquista” del país en el principal objetivo de su mandato. Para ello hizo un llamamiento al alistamiento de 50.000 jóvenes en los VDP, al que respondieron unos 90.000. Asimismo, con el apoyo de numerosos grupos ciudadanos y una buena parte de la opinión pública, ha abierto la puerta a la colaboración con Rusia en este combate en detrimento de Francia, el tradicional aliado de Burkina Faso en materia de defensa y seguridad. Este viernes, una nueva manifestación que reclamaba el relevo del embajador francés y la salida de las fuerzas especiales galas del país, así como una mayor colaboración con Moscú en la lucha contra el yihadismo, recorrió las calles de Uagadugú. En ella se pudieron ver numerosas banderas rusas.

Burkina Faso sufre una insurgencia yihadista desde 2015, cuando los grupos armados activos en el centro de Malí comenzaron a lanzar ataques en el norte del país. En la actualidad, grupos locales como Ansarul Islam y la Provincia de Estado Islámico del Sahel se han hecho fuertes en amplias zonas y han provocado más de 10.000 muertos y una grave crisis humanitaria por el abandono de cultivos y el bloqueo del comercio, lo que ha traído consigo la huida de unos dos millones de personas de sus hogares, prácticamente el 10% de la población del país.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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