Colau pide en Kiev que la UE no se desentienda de los “crímenes contra la humanidad” de Rusia
Barcelona enviará la próxima semana un nuevo convoy humanitario para ayudar a la población ucrania a afrontar el invierno
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha viajado a Kiev con un doble mensaje, humanitario y político. Tras recibir dos veces durante la actual invasión rusa en la Ciudad Condal a su homólogo, Vitali Klitschko, Colau ha querido visitar este viernes durante unas horas la capital de Ucrania. Por un lado, ha destacado la “larga tradición de acogida y solidaridad” de la capital catalana. Por otro, ha subrayado un “mensaje político fuerte” de apoyo a Ucrania ante una “invasión ilegítima” ante cuyos “crímenes contra la humanidad” cree que “la UE no puede desentenderse”.
Colau, que fue recibida por la mañana en el Ayuntamiento por el alcalde, ha anunciado que el 16 de diciembre partirá un segundo convoy con ayuda humanitaria desde Barcelona hacia Kiev. En él se transportan, entre otros materiales, generadores para poder hacer frente a la crisis energética generada por los sistemáticos ataques rusos a las infraestructuras de suministro de luz, agua y calefacción. Esos generadores irán esencialmente destinados a hospitales y otras infraestructuras críticas, ha señalado Klitschko en declaraciones a los medios junto a la alcaldesa delante de uno de los edificios bombardeados por los misiles rusos en Kiev, en el que murieron cinco civiles en octubre. Es solo uno de los 678 edificios destruidos desde febrero en la capital, ha destacado el acalde, que se refiere a la invasión ordenada por el presidente Vladímir Putin como una acción de “terrorismo” y “genocidio”.
“Quieren que la gente se congele”, ha asegurado Klitschko, en referencia a las fuerzas rusas, al tiempo que daba las gracias a Colau por su visita, su apoyo y la ayuda recibida por parte de España y de Barcelona. “Luchamos por nuestro futuro europeo, por pertenecer a la familia de Europa. No queremos estar bajo el imperio ruso. Donde no hay derechos humanos, solo autoritarismo, no hay libertad de prensa ni democracia”, ha añadido el acalde de Kiev, que antes de llegar a la política fue campeón del mundo de boxeo en la categoría de pesos pesados.
Klitschko no ha querido, sin embargo, echar más leña al fuego del enfrentamiento que protagoniza con el presidente Volodímir Zelenski, que le criticó por no tener listo en Kiev el dispositivo para ayudar a la población a afrontar el invierno. “No sería inteligente”, ha respondido al ser preguntado por EL PAÍS. “Ahora mismo no hay banderas políticas, ahora todos tenemos la bandera nacional, la ucrania azul y amarilla” y “el objetivo es sobrevivir a los rusos”.
Colau ha querido recordar el papel solidario jugado por Barcelona durante la guerra de los Balcanes, durante la crisis de refugiados de 2015, atendiendo a migrantes que escapan por el Mediterráneo o, durante el actual conflicto, acogiendo a miles de ucranios, sobre todo mujeres y menores que han escapado de la guerra en su país. Hasta Kiev van a llegar también próximamente, un equipo hidráulico de excarcelación necesario para el salvamento de personas, además de 300 equipos de protección biológica y 100 de protección química y 15.000 mascarillas, según una nota de prensa del Consistorio. Además, se prepara la entrega de dos vehículos: una grúa con capacidad de elevar piezas de hasta 40 toneladas, adecuada para retirar escombros y realizar operaciones de rescate, y un nuevo camión autobomba de bomberos.
La alcaldesa de Barcelona ha llegado en la mañana del viernes a lo que se ha convertido por arte de la guerra en una de las mecas del poder internacional. Desde que Rusia comenzó a gran escala la invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero, en Kiev recalan de manera cotidiana presidentes, ministros, políticos, artistas, empresarios, investigadores de crímenes de guerra, activistas y benefactores de toda condición, ideología y nacionalidad. Como telón de fondo, casi siempre, el apoyo internacional a la causa ucrania frente a la posición del Kremlin.
El viaje de Colau responde a una invitación de su homólogo, que se desplazó a Barcelona en septiembre y noviembre. Kiev es la ciudad invitada para la fiesta de la Mercè de 2023 y ambas ciudades han firmado un acuerdo de amistad y colaboración. La alcaldesa ha visitado el Ayuntamiento, donde fue recibida por el alcalde por la mañana, y también se desplazará a un hospital y a un parque de bomberos antes de emprender la vuelta por la noche. Ha llegado acompañada por el director de Bomberos, Sebastià Massagué, cuerpo que ya cedió a Kiev el pasado marzo dos de sus camiones.
La comitiva municipal ha llegado a la capital a bordo de un tren en el que ha viajado a lo largo de la noche procedente de la frontera con Polonia. Desde mediados de marzo, la compañía nacional de ferrocarriles, el mayor empleador del país con 231.000 trabajadores, puso en marcha el programa denominado diplomacia de hierro para facilitar la llegada de personalidades al país, pues el espacio aéreo para la aviación civil sigue cerrado.
El Gobierno que preside Volodímir Zelenski trata de demostrar que, tras más de nueve meses de invasión, el país sigue estando bajo su control y que las amenazas no socavan la vida más o menos normal pese a que no hay rincón en este país de 600.000 kilómetros cuadrados que se considere fuera de peligro. De hecho, Colau visita una urbe que fue bombardeada por última vez este mismo lunes, cuando de nuevo el Ejército de Rusia golpeó las infraestructuras energéticas para dejar a la población sin agua, luz y gas. El propio Klitschko tuvo que adelantar el pasado 15 de noviembre su regreso de Barcelona a Kiev por un lanzamiento masivo de misiles.
Los cortes en el suministro eléctrico por culpa de esos ataques rusos están a la orden del día en la capital, como en gran parte del país. Pero los ciudadanos tratan de hacer frente a la nieve y las bajas temperaturas del invierno con la moral alta en un intento de demostrar que, aunque la primavera está lejos, no van a doblegarse, aunque el presidente ruso, Vladímir Putin, emplee el frío como arma.
Pero precisamente la gestión del invierno se ha encargado de romper el acuerdo tácito que, desde febrero, había logrado aparcar las diferencias internas entre políticos ucranios en un intento de cerrar filas en torno al que consideran único enemigo, Rusia. Kiev vive cierta marejada y Klitschko, rival político del actual jefe del Estado, es protagonista. Zelenski ha criticado al alcalde por no llevar a cabo en la capital el despliegue necesario para tener ya en marcha los refugios invernales para ayudar a los habitantes.
El primer edil se ha defendido: “No quiero, especialmente en la situación actual, entrar en batallas políticas. Es ridículo”. Pero la realidad es que los dardos vuelan de la administración central a la municipal y viceversa. Lejos quedan las declaraciones que realizó el alcalde de Kiev en Barcelona el pasado septiembre en las que daba a entender que las disputas estaban aparcadas hasta el final de la guerra, como dejó claro en una entrevista con EL PAÍS. Este viernes ha incidido en ello, pero el ruido de sables de fondo tras las críticas de Zelenski es evidente.
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