La ONU lucha para desbloquear el comercio de fertilizantes rusos, esenciales para paliar la crisis alimentaria
El Programa Mundial de Alimentos fleta el primer barco para ayudar a países africanos con esos abonos, que quedan fuera de las sanciones impuestas a Moscú por invadir Ucrania
Naciones Unidas ha fletado esta semana por primera vez un carguero con 20.000 toneladas métricas de fertilizante ruso con destino a África, en concreto a Malawi. Le seguirán otros envíos hacia otros países de ese continente. El Programa Mundial de Alimentos (WFP, según sus siglas en inglés) avanza así para tratar de paliar la escasez de estos productos que, unida a los problemas de suministro de grano derivados de la guerra de Rusia en Ucrania y de su ocupación de parte del territorio de uno de los países que funcionan como granero del mundo, esta espoleando la crisis alimentaria global.
Moscú, que desde antes de la invasión de Ucrania impone restricciones a la exportación de grano y algunos fertilizantes —que se han encarecido, además, por el aumento del precio del gas a medida que ha disminuido el suministro del hidrocarburo ruso—, ha acusado a la UE y a EE UU de provocar la crisis de alimentos con las sanciones a Rusia. Las medidas restrictivas sobre el país euroasiático por lanzar la guerra a gran escala, sin embargo, no incluyen ni el grano ni los fertilizantes que, sin embargo, sí han visto afectados de forma colateral por las reticencias de las compañías de transporte y seguros a asumir las altas primas por el riesgo de los envíos. Un punto que la Comisión Europea trató de corregir en una de las rondas de sanciones al incidir explícitamente en que el paraguas de restricciones no cubre esos dos sectores; aunque las compañías apenas han avanzado en esa indicación para desbloquearlos.
El pasado 22 de julio se firmó un acuerdo a cuatro bandas (Ucrania, Rusia, ONU y Turquía) para facilitar las exportaciones y liberar hasta 22 millones de toneladas métricas de cereal ucranio que estaban bloqueadas por la invasión rusa. Hasta el momento, gracias a ese pacto, se han colocado en el mercado mundial más de 12 millones de toneladas pese a lo que Kiev describe como trabas de Moscú para respetar el acuerdo. “Las Naciones Unidas prosiguen los intensos esfuerzos diplomáticos con todas las partes para garantizar que las exportaciones sin trabas de alimentos y fertilizantes esenciales de Ucrania y Rusia, exentos de regímenes de sanciones, lleguen a los mercados mundiales”, señala la institución en un comunicado.
El 50% de la población mundial depende de productos agrícolas que se producen con la ayuda de fertilizantes minerales, según la ONU. Alerta, además, de que los precios de esos productos han aumentado en un 250% desde 2019, lo que ha dado lugar a una “crisis de fertilizantes” que está dejando sin producción especialmente a los pequeños agricultores del mundo en desarrollo. Esa crisis, según Naciones Unidas, puede generar la pérdida el próximo año de 66 millones de toneladas de cultivos básicos como maíz, arroz y trigo; una cantidad suficiente para alimentar a 3.600 millones de personas, casi la mitad de la humanidad, durante un mes.
Las 20.000 toneladas de fertilizante NPK (nitrógeno, fósforo, potasio) viajan desde este martes a bordo del buque Greenwich, que partió desde Holanda y, tras unos 30 días, arribará al puerto de Beira (Mozambique). Desde allí será transportado por carretera hasta su destino final, Malawi. El cargamento forma parte de una donación de 260.000 toneladas realizada por la empresa rusa Uralchem y que se encontraban bloqueadas en puertos y almacenes europeos.
“El año que viene, sin los fertilizantes, el problema será el acceso a la comida por la reducción de producción debido a esa falta de fertilizantes que llegan desde Rusia”, explica Matthew Hollingworth, director del WFP en Ucrania durante una entrevista con EL PAÍS. Advierte que si no se hace ya, países como Etiopía van a sufrir más de lo que ya están sufriendo.
La ONU insiste en que la crisis alimentaria mundial no se afronta solo con la reapertura de los puertos de Ucrania para la exportación de cereales, como se hizo con el corredor humanitario en el mar Negro el 22 de julio. Hay que reabrir también el mercado mundial de los fertilizantes, donde Rusia es protagonista, insisten.
Tras ampliar el jueves 17 de noviembre por 120 días más el acuerdo del grano del mar Negro, responsables de Naciones Unidas dijeron que eso no era suficiente. “Hemos dicho muy claramente que todavía no estamos donde queremos estar”, dijo Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo en una comparecencia en Ginebra.
“La escasez y los altos precios han puesto los fertilizantes esenciales fuera del alcance de los pequeños agricultores en el África subsahariana”, comenta un portavoz del WFP. Esas exportaciones “son vitales para ayudar a los agricultores a acceder a alimentos y fertilizantes asequibles para suavizar el impacto de la crisis alimentaria mundial”, añade esa fuente. Para lograrlo es necesario empezar ahora a desbloquear esas 300.000 toneladas que se encuentran varadas en puertos y almacenes europeos.
EL desbloqueo de toneladas de fertilizantes rusos y su envío a Africa gracias a la mediación de la ONU llega cuando la UE y la OTAN han elevado el tono de sus acusaciones a Rusia y su manejo del mercado alimentario como arma. Arma contra Ucrania pero también para alimentar la retórica contra Occidente en el sur global, donde está ganando la batalla del discurso con sus acusaciones a la UE y a EE UU de que han sido sus sanciones las que está causando la crisis alimentaria. “Como parte de su brutal agresión contra Ucrania, Rusia destruyó su producción agrícola, atacó sus silos de granos y bloqueó sus puertos”, dijo el sábado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Rusia está, así, privando del acceso vital a los alimentos a los países más vulnerables de África, Medio Oriente y Asia. Y luego usa la desinformación para culpar a otros por sus acciones despreciables. Debemos seguir luchando contra esto”, añadió.
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