Las autoridades rusas de Jersón anticipan la retirada de sus tropas de la ciudad ante la ofensiva ucrania
La bandera rusa desaparece del edificio de la Administración regional, pero el Gobierno de Kiev es escéptico ante el anuncio de repliegue y teme que pueda ser una trampa
Las autoridades impuestas por el Kremlin en Jersón, en el sur de Ucrania, dan prácticamente por perdida la parte noroccidental de la provincia y la ciudad homónima, única capital conquistada por Moscú desde el inicio de la guerra. “Lo más probable es que nuestras unidades, nuestros soldados, se trasladen a la otra zona de la región de Jersón”, ha admitido el vicejefe de la administración militar rusa de la zona, Kirill Stremousov, haciendo mención a la orilla oriental del río Dniéper. Mientras hacía estas declaraciones en uno de los programas de máxima audiencia de los canales de la propaganda rusa, Soloviov Live, la bandera de Rusia desaparecía del edificio de la Administración regional. Una portavoz militar del ejército ucranio se ha mostrado, sin embargo, escéptica ante estas informaciones: teme que el supuesto repliegue ruso pueda ser una trampa para atraer a una encerrona a las fuerzas ucranias, que han avanzado hacia Jersón en las últimas semanas.
Stremousov, que colabora con el Kremlin y es buscado por traición por Kiev, reiteró sus súplicas para que los ciudadanos ucranios abandonen voluntariamente la capital de provincia, que antes de la guerra contaba con unos 290.000 habitantes y que está en manos de Moscú desde las primeras semanas de la ofensiva que arrancó en febrero. “Aquellas personas que no tuvieron tiempo para mudarse deberían irse lo más pronto posible”, pidió Stremousov. Si no es por las buenas, las autoridades han anunciado un desalojo forzoso a partir del próximo domingo 6 de noviembre.
La retirada ucrania en Jersón, casi sin plantar oposición al invasor, fue una de las peores derrotas de las fuerzas de Kiev al inicio de la guerra. Y además impidió a Ucrania el acceso a buena parte de su costa del mar Negro, por lo que su recuperación es uno de los objetivos clave de la contraofensiva lanzada por el Gobierno de Volodímir Zelenski en el sur y en el este ocupado por Rusia. La falta de preparación para una ofensiva sorpresa y la colaboración de autoridades locales con el invasor abrieron las puertas a los rusos durante las primeras semanas de guerra. El pasado septiembre, esta provincia fue anexionada ilegalmente por Rusia junto a una parte de la provincia de Zaporiyia, y las de Donetsk y Lugansk.
Stremousov también ha publicado varios vídeos en su canal personal de Telegram, donde repitió el mensaje. En uno de ellos, grabado en plena calle y en una tienda, se veía a decenas de residentes ucranios haciendo vida normal, mientras el político se quejaba de que no se habían ido de sus hogares ante la inminente llegada del ejército ucranio ―la evacuación de habitantes de la zona de Jersón se inició ya en las últimas semanas de octubre―. “La gente permanece en Jersón”, lamentaba, a la vez que aseguraba, acorde con la propaganda rusa, que “los nazis, con ayuda norteamericana, no dejan de bombardear la infraestructura civil de la ciudad”. A los residentes grabados en el vídeo no parecían importarles nada esas proclamas alarmistas.
En otra de sus grabaciones, Stremousov aparece dentro de un coche lleno de trastos. En esa intervención asegura que “todo está en orden en Jersón” y “la vida continúa”, aunque reconoce que los intentos de romper las líneas defensivas rusas en la provincia ucrania anexionada por Moscú “no se detienen”.
Por otro lado, las autoridades rusas han prohibido el paso de vehículos de la orilla sureste a la noreste, aunque permiten abandonar la ciudad en dirección contraria y aseguran que “el cese temporal de la comunicación no afectará al transporte de alimentos y bienes de primera necesidad”.
Traslado de la sede
Tras la retirada de la bandera rusa, tanto en el edificio de la Administración regional como el de la Academia Marítima Ushakov, las autoridades rusas explicaron al diario Ura que la sede administrativa se ha trasladado a la ciudad de Genichesk, decenas de kilómetros más al sureste, muy cerca de la frontera con la península de Crimea, anexionada ilegalmente por Rusia en 2014.
El corresponsal bélico del diario ruso Komsomólskaya Pravda, Alexánder Kots, ha estado en Jersón y ha publicado un vídeo en el que la bandera tricolor rusa colgaba de otros edificios públicos, como el Ayuntamiento, y varias escuelas. En la imagen, subida a Telegram por el gobernador de Jersón, Gennadi Laguta, el edificio de la Administración regional sale sin la bandera rusa.
Natalia Humenyuk, jefa del centro de prensa del ejército ucranio, aseguró este jueves a la agencia de noticias Reuters que la retirada de la bandera rusa del edificio de la Administración de esa ciudad podría ser una trampa rusa para atraer a las tropas ucranias a un avance temerario “mientras se preparan para los combates callejeros” en Jersón.
Ucrania ha mostrado hasta ahora su escepticismo ante la posible retirada rusa de la urbe. Kiev mantiene un estricto secreto sobre el progreso de sus tropas, aunque hace ya una semana se calculaba que las fuerzas ucranias se encontraban a solo 12 kilómetros de la ciudad. Kirilo Budanov, jefe de inteligencia del Ministerio de Defensa ucranio, confirmó entonces que el objetivo era tomar Jersón antes de finales de año y definió como “una ilusión” pensar en un repliegue ruso sin combates. Los rusos, afirmó, “están trasladando nuevas unidades y preparan la defensa en las calles de Jersón”.
La recuperación de la capital de la provincia de Jersón no solo reviste una gran importancia simbólica, sino también estratégica. No solo por su acceso al mar Negro, sino porque esta ciudad se considera fundamental para preparar una futura ofensiva sobre Crimea y las provincias de Donetsk y Zaporiyia. La urbe y su provincia son también fundamentales para el suministro de armas para las tropas rusas desde Crimea. Si Ucrania reconquista la provincia, la península en manos rusas desde 2014 dejará de contar con el suministro de agua y electricidad que le llega desde el río Dniéper.
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