Cruz Roja alerta del riesgo de una nueva oleada de desplazamientos en Ucrania en invierno
La organización teme que el frío y la destrucción de las casas y calefacciones engrosen la cifra de 13 millones de personas que han tenido que huir de sus hogares
El gélido invierno del este de Europa, cuya amenaza se cierne ya sobre Ucrania, amenaza con provocar “una segunda oleada de desplazamiento” de población. Personas que podrían engrosar la cifra de los 13 millones de habitantes de la exrepública soviética que, según la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR), se han visto abocadas a huir de sus hogares por la guerra, que este miércoles cumple seis meses. Matsym Dotsenko, director general de Cruz Roja en Ucrania, alertó este martes, a través de una emisión en directo en Twitter, de que la llegada de las temperaturas invernales —de hasta 30 grados bajo cero en ciertas regiones— es una de “las principales preocupaciones” de la organización humanitaria en un país en el que los sistemas de calefacción han quedado “totalmente destruidos” en agunas zonas.
En el contexto de un conflicto bélico abierto, con combates, y que en el este de Ucrania no tienen visos de apaciguarse, Dotsenko advirtió de que “incluso si se reconstruyen las calefacciones, el impacto de un misil puede destruirlas de nuevo”. “Por ello, tememos que este invierno se produzca esa segunda oleada de desplazamientos”, agregó. Al menos 6,6 millones de personas han sido desplazadas de sus localidades a otras del país, de acuerdo con datos de Naciones Unidas citados por Cruz Roja. Otros 6,6 millones han sido registrados como refugiados en otros Estados. El 90% de quienes han tenido que huir son mujeres, niños, ancianos y personas con discapacidad, según el organismo internacional.
“La gente ha tenido que dejarlo todo y escapar con su vida en las manos, muchos hacen planes y viven al día. Con el invierno a la vuelta de la esquina, cada vez será más difícil; sobre todo para las personas que carecen de lo básico para sobrevivir: un lugar cálido para vivir, alimentos, bienes y servicios”. “En verano es más fácil”, afirmó, “por las muchas posibilidades de alojamiento gratuito para desplazados y refugiados”. Las organizaciones humanitarias elevan al menos a 17,7 millones la cifra de ucranios que necesita asistencia humanitaria. El país contaba con unos 40 millones de habitantes, antes de la invasión rusa del 24 de febrero.
“Si uno visita Ucrania la situación parece mejor que hace tres meses, pero la gente se ha gastado los ahorros y la mayoría no ha podido volver a una vida normal”, precisó Dotsenko. “La situación socioeconómica de Ucrania no hace más que empeorar”, lamentó. Y enumeró algunos de los problemas que afectan a la gente de a pie: “El paro, la alta inflación, o los sueldos reducidos a la mitad”. También aludió a la imposibilidad de reconstruir las casas afectadas por los combates, que hasta junio sumaban una superficie de 44,8 millones de metros cuadrados, según la organización.
El frío y la ventana rota
En ese texto de 24 páginas, titulado Todo lo que quiero es volver a casa. Seis meses de conflicto armado en Ucrania, la FICR advierte, por ejemplo, de que, en un contexto de guerra, “incluso daños menores, como una ventana rota, pueden tener un gran impacto en el frío”: “En áreas donde los combates están en curso, muchas personas buscan refugio en sótanos o edificios convertidos en refugios para desplazados, que a menudo carecen de agua, calefacción ni electricidad”.
Los seis meses de conflicto armado en Ucrania han dejado “muerte, destrucción y un sufrimiento abrumador”, recalca en su documento la federación humanitaria. “A medida que continúe el conflicto armado y se acerque el invierno, más personas pueden verse obligadas a huir, mientras que otras pueden tener dificultades para satisfacer sus necesidades más básicas Incluso si el conflicto terminara mañana, se necesitarían años para que [Ucrania] se recupere de su impacto en las personas, las comunidades, las ciudades y el medio ambiente”, concluye el texto.
El presidente de la FICR, Francesco Rocca, también alertó este martes de que las víctimas de la guerra están “en un punto crítico de quiebra”. “Las devastadoras repercusiones no hacen más que aumentar a medida que el conflicto se prolonga”, incidió en una nota de prensa. Desde el inicio de la contienda, la organización ha ofrecido acceso a agua limpia, a ocho millones de personas en Ucrania; asistencia básica, a otros cinco millones; y atención sanitaria, a 718.000. Para estos trabajos ha contado con el apoyo de 100.000 voluntarios y las 48 federaciones nacionales de la organización.
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