EE UU y Venezuela vuelven a acercarse con nueva visita de funcionarios de Biden

Funcionarios de la Administración de Joe Biden están de nuevo en Venezuela, en su segunda visita de 2022 luego de años de relaciones rotas y hostilidades. Nicolás Maduro confirmó que los enviados habían llegado al país y estaban reunidos con Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional y representante del Gobierno chavista en las negociaciones con la oposición. “Jorge Rodríguez a esta hora está recibiendo a una importante delegación del Gobierno de Estados Unidos que ha llegado a Venezuela hace dos horas”, expresó el mandatario en un acto televisado la noche de este lunes.

Esta es una nueva jugada en el ajedrez de acercamiento que está intentando Washington desde marzo pasado, cuando comenzó a ejercer presión públicamente para que el chavismo y la oposición retomen las negociaciones a cambio de concesiones en el régimen sancionatorio que ha arrinconado al Gobierno de Maduro y al país sudamericano.

La AP adelantó que en la delegación están incluidos el embajador James Story y el enviado para rehenes, Roger Carsten, quienes también vinieron a la primera visita en la que dentro de las gestiones más inmediatas, EE UU logró poner en libertad a dos de sus ciudadanos presos en Venezuela. La semana pasada se supo que el estadounidense John Mathew Heat intentó suicidarse. Está preso en una cárcel militar desde septiembre de 2020 bajo la supuesta acusación de ser un espía estadounidense. Sus familiares habían denunciado previamente la grave situación de salud del detenido y que la Casa Blanca no había actuado con la urgencia que amerita.

La visita de los funcionarios de Biden ocurre también luego de que las delegaciones del chavismo y la oposición se vieran las caras en el Foro de Oslo, invitados por Noruega, la semana pasada. Desde hace un par de meses se está bregando el regreso a las conversaciones que comenzaron en México en agosto de 2021 con la intención de encontrar una salida a la crisis venezolana que desemboque en elecciones justas y libres. Han sido varias las piezas que se han movido en este tiempo para crear el momento en que las partes vuelvan a sentarse a negociar. En octubre pasado el chavismo pateó la mesa y paró las conversaciones luego de que fuera extraditado el empresario colombiano Alex Saab, señalado como testaferro del entorno de Maduro y a quien le espera un juicio por lavado de dinero en Miami.

El chavismo no ha abandonado su exigencia sobre la libertad de Saab, a quien califican de diplomático. Pero hace unas pocas semanas, EE UU hizo una importante concesión a Maduro al sacar de la lista de sancionados a Carlos Malpica Flores, ex tesorero de la nación, directivo de PDVSA y sobrino de la primera dama Cilia Flores, vinculado a varios casos de corrupción. Además, autorizó a las petroleras europeas como Eni y Repsol a volver al país y retomar operaciones para amortizar sus deudas y abrió la cancha a Chevron para sus maniobras en Venezuela. El otro lado no ha capitalizado nada concreto de parte del chavismo que ha continuado persiguiendo disidentes opositores. El último informe de la Alta Comisionada Michelle Bachelet, presentado la semana pasada, vuelve a recoger graves violaciones de derechos humanos en el país.

La puja por el regreso a las negociaciones ha sido lenta y en la espera de la apertura de Washington, Maduro ha reforzado sus relaciones con Irán. El escenario de la geopolítica energética, trastocada por la invasión de Rusia a Ucrania, parece estar mediando estos nuevos acercamientos. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, abogó en la cumbre del G7 por que Venezuela e Irán —países con sanciones petroleras de EE UU— regresaran al mercado para estabilizar el precio del crudo que ha llevado a potencias europeas a mirar hacia el carbón. Este mismo lunes en televisión, luego de anunciar la visita de los estadounidenses, Maduro acusó recibo del comentario del presidente francés con un agradecimiento.

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