La Unión Europea busca en Oriente Próximo una alternativa al “chantaje” del gas ruso
La presidenta de la Comisión anuncia la firma de un acuerdo de suministro con Israel y Egipto
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha emprendido una gira por Oriente Próximo para buscar fuentes alternativas de suministro al gas ruso, del que ahora dependen los Veintisiete en un 40%, y que Bruselas pretende eliminar antes de 2027 como consecuencia del estallido del conflicto en Ucrania. En la primera etapa de su periplo, que la llevará el miércoles a El Cairo, se ha reunido este martes en Jerusalén con el jefe del Gobierno israelí, Naftali Bennett, para “explorar vías destinadas a incrementar la cooperación en materia de energía”. “El Kremlin ha utilizado nuestra dependencia de los combustibles fósiles rusos para chantajearnos, y ha cortado deliberadamente el suministro de gas a Polonia, Bulgaria y Finlandia y a empresas holandesas y danesas en represalia por el apoyo a Ucrania”, dijo Von der Leyen. “Ese comportamiento solo refuerza nuestro deseo de liberarnos de la dependencia rusa”, enfatizó, en alusión al impulso a varias propuestas de interconexión de energía en el Mediterráneo oriental. La presidenta de la Comisión anunció la firma, el miércoles, de un acuerdo trilateral sobre gas entre la UE, Israel y Egipto en El Cairo.
La cooperación energética marca con claridad la visita, que tuvo como prólogo un encuentro de la presidenta de la Comisión en la noche del lunes, al poco de aterrizar en Tel Aviv, con el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, hombre fuerte en la amplia coalición gubernamental israelí, y con la ministra de Energía, Karine Elharrar. Fuentes de su ministerio citadas por la agencia France Presse han asegurado que ambas partes trabajan desde hace meses en la firma de un acuerdo para permitir la exportación de gas israelí hacia Europa a través de Egipto. La ministra Elharrar, que va a participar esta semana en una convención internacional sobre energía en El Cairo, ha declarado a la prensa hebrea que la crisis en Ucrania “convierte a Europa en un nuevo mercado” para las empresas gasistas que operan en Israel.
La visita de Von der Leyen coincide con la presencia en Jerusalén del primer ministro italiano, Mario Draghi, cuyo país mantiene importantes intereses en los yacimientos de gas natural del delta del Nilo en Egipto. Italia ha aspirado a ser la vía de entrada en Europa para el gas natural de Oriente Próximo a través de barcos metaneros, a corto plazo, y de un gasoducto bajo el Mediterráneo oriental, en un futuro indeterminado.
En 2020, Israel firmó un acuerdo con Chipre y Grecia para la construcción del EastMed, gasoducto de cerca de 2.000 kilómetros, para transferir 10.000 millones de metros cúbicos al año desde las reservas de gas israelíes y chipriotas, y conectar a través de Grecia con las redes de distribución de energía europeas en Italia. “Europa necesita energía lo antes posible y en Israel tenemos gas natural en nuestras aguas territoriales”, declaró el primer ministro israelí en una conferencia de prensa con su homólogo italiano, citado por la agencia Efe.
El hallazgo de grandes yacimientos de gas a partir de 2010 en el Mediterráneo oriental, en aguas de Israel, Chipre, Líbano y Egipto, representa un cambio de paradigma del que el Estado judío es por ahora el principal y más avanzado beneficiario, con reservas ya operativas en los macroyacimientos de Tamar y Leviatán, y gasoductos en funcionamiento hacia Jordania y Egipto. Este último país posee además dos plantas de licuefacción de gas para permitir su transporte por vía marítima. Una de ellas, situada en Damieta, estuvo participada al 50% hasta el año pasado por el grupo español Naturgy. Como no pudo ser explotada tras la revolución que derrocó al presidente Hosni Mubarak en 2011, la compañía española acabó renunciando a su inversión conjunta con la italiana ENI tras recibir una compensación.
Los Gobiernos israelí y egipcio suscribieron en noviembre un acuerdo de colaboración para exportar conjuntamente gas a Europa, según informa el diario Jerusalem Post. Desde el pasado abril, conversaciones entre técnicos de la Comisión Europea y del Ministerio de Energía israelí han venido preparando la visita que ahora efectúa Von der Leyen. Los expertos israelíes ven difícil que las exportaciones puedan empezar antes de 2024, ya que las empresas israelíes aún tienen que ampliar el volumen de suministro hacia las plantas situadas en las costas de Egipto. Para ello plantean duplicar la producción en sus yacimientos.
Turquía, mientras tanto, ha llevado a cabo una activa política de acercamiento a Israel tras más de 12 años de relaciones semicongeladas, con el objetivo de ofrecerse a su vez como vía de entrada para el gas hacia Europa. Las visitas oficiales de altos cargos de ambos países se han sucedido a lo largo de este año. Grecia y Chipre, que mantienen marcadas diferencias con Ankara, no respaldan la alternativa turca.
Desbloqueada la ayuda de Bruselas a Palestina
Otra disputa regional enfrenta en los últimos días a Líbano con Israel por la explotación de una plataforma de extracción de gas israelí situada cerca en la divisoria marítima entre ambos países, y que el Gobierno de Beirut considera que se encuentra en aguas bajo su control. La mediación de un enviado estadounidense parece haber desactivado por ahora la crisis, a la espera de que ambas partes reanuden las conversaciones indirectas para delimitar definitivamente las zonas de explotación gasísticas.
La presidenta de la Comisión también ha aprovechado la gira regional para anunciar en Ramala (Cisjordania), sede administrativa de la Autoridad Palestina próxima a Jerusalén, el desbloqueo de más de 200 millones de ayudas de la UE que permanecían retenidas desde el año pasado por el veto del comisario de Vecindad y Ampliación, el húngaro Oliver Várhely. Habían sido congeladas como medida de presión para obligar a las autoridades palestinas a modificar los libros de texto utilizados por los escolares por entender que incluyen contenidos antisemitas. La penuria de recursos en las arcas de la Autoridad Palestina, que tiene a la UE como su principal donante, ha comprometido la supervivencia de centenares de enfermos de cáncer por falta de medicación adecuada para tratarles en el centro oncológico de referencia en Jerusalén Este, el hospital Augusta Victoria, al no contar con la financiación europea.
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