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EE UU sanciona a dos líderes de Bosnia por socavar los acuerdos de Dayton y amenazar la estabilidad del país

El presidente de la federación croato-musulmana y el ministro de Sanidad serbobosnio son acusados de alentar “agendas etnonacionalistas” y de torpedear la arquitectura constitucional

A la izquierda, Marinko Cavara, en Estambul en 2018; a la derecha, Alen Seranic, en Banja Luka en 2021. / GETTY
A la izquierda, Marinko Cavara, en Estambul en 2018; a la derecha, Alen Seranic, en Banja Luka en 2021. / GETTY
María Antonia Sánchez-Vallejo

La inquietud que desde hace meses recorre los Balcanes, por temor a una hipotética desestabilización de una región prendida con alfileres entre la posguerra y su encaje en la UE, ha adquirido consistencia este lunes tras hacerse pública la adopción de sanciones por parte de EE UU contra dos altos responsables políticos de Bosnia. El Departamento del Tesoro ha anunciado a través de un comunicado sanciones por socavar los acuerdos de Dayton, que en 1995 pusieron fin a la guerra bosnia, contra Marinko Cavara, presidente de la federación croato-musulmana —una de las dos entidades en las que se divide Bosnia-Herzegovina— y Alen Seranic, ministro de Salud y Seguridad Social de la otra, la serbobosnia República Srpska. La sanción congela cualquier activo de estos dos políticos en Estados Unidos y prohíbe a empresas y particulares del país negociar con ellos.

Cavara, el décimo presidente de la federación, y Seranic “han amenazado la estabilidad de la región al socavar los acuerdos de paz de Dayton y los procesos e instituciones democráticos”, dice el comunicado del Departamento del Tesoro, de quien dependen las sanciones económicas. “Marinko Cavara y Alen Seranic han perseguido agendas etnonacionalistas y políticas a expensas de las instituciones democráticas y los ciudadanos de Bosnia-Herzegovina”, ha declarado por su parte el subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, Brian E. Nelson. “La acción de hoy demuestra el firme compromiso de Estados Unidos con la estabilidad y la prosperidad de Bosnia-Herzegovina”.

Aunque el discurso irredentista de la República Srpska y su líder, Milorad Dodic, es patente desde hace años, hasta el punto de ser él mismo objeto de sanciones por el Tesoro a primeros de este año, el castigo de Washington alcanza también esta vez al croata Cavara. Desde 2019, Cavara se ha negado a nombrar jueces para el Tribunal Constitucional de Bosnia, bloqueando la función de un mecanismo clave de representación que recoge propuestas de los legisladores. Croatas y bosniacos (los bosnios musulmanes) se reparten la representación en las estructuras de poder de la federación de consuno con la entidad serbobosnia.

“Por su inacción, Cavara ha secuestrado la función del panel [de representación] para promover sus intereses políticos y los de su partido”, reza el comunicado del Tesoro. Sancionando a Seranic, Washington amplía las impuestas a Dodic, quien no oculta su intención de retirarse de las instituciones federales pese a las reiteradas advertencias de Occidente. Seranic ha propuesto crear una agencia de medicamentos específica para la República Srpska, por lo que ha incurrido “en el comportamiento desestabilizador” mostrado por Dodic. Washington recuerda que ya existe una administración estatal para la federación y la República Serbia, y que la creación de una nueva instancia “obstruye y amenaza” la aplicación de los acuerdos de Dayton.

Desafíos

La Bosnia-Herzegovina de hoy debe en buena parte su existencia al decidido impulso de Estados Unidos, entonces bajo la presidencia de Bill Clinton. Tras tres años de guerra y 100.000 muertos, los acuerdos de Dayton establecieron la constitución actual de Bosnia-Herzegovina y, subraya la nota del Departamento del Tesoro, “siguen siendo la base de la estructura de gobierno”, con dos entidades, la federación croato-musulmana y la República Srpska. “Veintisiete años después, Bosnia-Herzegovina sigue enfrentándose a los desafíos de quienes manipulan sus posiciones de poder a favor de sus propios intereses personales o políticos”. El funcionamiento renqueante de la multiplicidad de instancias se ve agravado por una corrupción endémica y una acendrada vieja política, que se resiste a dar paso a las nuevas generaciones.

La Administración demócrata de Joe Biden tiene en el punto de mira a los Balcanes. Hace un año, Washington amplió una orden ejecutiva para prohibir la entrada al país a prominentes líderes, algunos de ellos históricos, de la región, al considerar que dos de los males endémicos, la corrupción y los intentos de hacer descarrilar los numerosos acuerdos de paz firmados tras la desintegración de Yugoslavia, obstaculizaban el progreso del bloque. En la lista negra de Washington figuran exlíderes de Kosovo, Bosnia y Albania, incluido el expresidente Sali Berisha, por sus “manejos corruptos durante el desempeño de su cargo”. Dodic, que funge como miembro serbio de la presidencia interétnica tripartita de Bosnia, fue objeto de ulteriores sanciones del Tesoro en enero.

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