Los asesinos del afroamericano Ahmaud Arbery retiran su declaración de culpabilidad
Gregory y Travis McMichael, padre e hijo, habían confesado que persiguieron al joven por su “raza y color”
Gregory McMichael, de 66 años, y su hijo Travis, de 36, condenados a cadena perpetua por el asesinato del afroamericano Ahmaud Arbery, han retirado este viernes su declaración de culpabilidad por un delito de odio contra el joven muerto en febrero de 2020. Los McMichael, blancos, se enfrentarán a un juicio a partir de la próxima semana por cargos federales de delitos de odio. También irá al banquillo William “Roddie” Bryan, quien grabó la persecución y presenció los disparos que acabaron con la vida Arbey, y que también fue condenado a cadena perpetua, pero obtuvo el derecho a libertad condicional.
A comienzos de esta semana los McMichael confesaron por primera vez el delito de odio contra el afroamericano, asegurando que lo persiguieron con un arma debido a su “raza y color”. La confesión se dio en el marco de un acuerdo de culpabilidad con los fiscales federales. Sin embargo, una juez federal rechazó la tarde de este viernes el trato que incluía que los culpables cumplieran su sentencia en una prisión federal, consideradas menos duras que las estatales, durante los primeros 30 años.
“El Estado de Georgia ya les dio a estos hombres exactamente lo que se merecen. Por favor, déjenlo así”, aseguró a principios de esta semana Wanda Cooper-Jones, madre de Arbery, cuando le solicitó a la juez que rechazara el acuerdo de culpabilidad.
En una breve audiencia en el tribunal de distrito en Brunswick (Georgia), Travis McMichael sostuvo este viernes que retiraba su declaración de culpabilidad. El jueves por la noche, su padre, Gregory, hizo lo propio. En el texto del acuerdo de culpabilidad rechazado, los McMichael admitieron que el racismo desempeñó un papel en su decisión de agarrar su escopeta, subirse a la camioneta y perseguir a Arbery por las tranquilas calles del barrio residencial de Satilla Shores.
El vídeo grabado con el móvil de Bryan muestra la persecución y los disparos a plena luz del día. El suceso fue muy sonado porque no hubo detenidos hasta que dos meses después se hizo pública la grabación.
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