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La importancia de llamarse Salmón en Taiwán

Las autoridades tuvieron que pedir a la población que dejasen de cambiarse el nombre para beneficiarse de la oferta de una cadena de sushi

Una bandeja de comida japonesa.
Una bandeja de comida japonesa.Pixabay

La ambición humana no conoce límites. Ni por arriba, como aquellos generales romanos necesitados de que alguien les recordara al oído su mortalidad, ni tampoco por abajo. Esto explica que las autoridades de Taiwán tuvieran que emitir también una advertencia, en su caso para solicitar a la población que, por favor, dejasen de cambiarse el nombre por “Salmón”.

El motivo de este extraño fenómeno fue el amor por el pescado, más concretamente por el pescado gratuito. De acuerdo con la promoción de una conocida cadena de sushi local, todo aquel cliente cuya cédula de identidad contuviera los caracteres “guiyu” –“salmón”– podría, durante dos días,  disfrutar sin coste alguno de un bufet libre junto a cinco acompañantes de su elección.

Al comenzar la campaña, a finales de marzo, más de 150 personas pusieron rumbo a las comisarías para modificar su identidad, algo que de acuerdo con la legislación todo ciudadano puede hacer hasta en tres ocasiones a lo largo de su vida. Los medios locales se refirieron a lo sucedido como “el caos salmón” y entrevistaron a varios de sus protagonistas, cuyos inspirados apelativos comprenden desde el gastronómico Arroz Frito Con Salmón hasta los regios Príncipe Salmón o Rey Meteoro Salmón.

“He modificado mi nombre esta mañana y ya he comido por valor de 7.000 dólares taiwaneses (207 euros)”, declaró Salmón Guapo y Explosivo, estudiante universitario, a la cadena de televisión regional TVBS. “Me he cambiado el apellido a Salmón y dos de mis amigas también lo han hecho”, apuntaba otra mujer. Cuando la promoción se acabe, “simplemente nos los cambiaremos otra vez para recuperar los anteriores”, explicó.

Ante la avalancha de solicitudes, las autoridades taiwanesas se vieron obligadas a llamar a la prudencia. “Este tipo de cambio de nombre no solo es una pérdida de tiempo, sino que además causa papeleo innecesario”, adujo el viceministro de Interior Chen Tsung-yen durante un encuentro con la presa. “Espero que todo el mundo sea más racional” y “valore los recursos administrativos”, sentenció.

Otros, en cambio, aprovecharon las circunstancias para tratar de adelantarse. Según informaba el periódico United Daily News, un hombre estableció un nuevo récord al añadir a su nombre 36 caracteres –lo habitual es que contengan entre dos y cuatro–, la mayoría de ellos relacionados con el mundo de los mariscos, como “langosta” o “cangrejo”. Quizá no fuera desencaminado: al fin y al cabo la ambición solo se vuelve realidad si, cuando la oportunidad aparece, se está preparado.

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