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El policía que mató a George Floyd se declara culpable de haber violado sus derechos civiles

Derek Chauvin reconoce por primera vez los hechos que condujeron a la muerte del afroamericano con la intención última de reducir su condena

Derek Chauvin
Foto policial de Derek Chauvin de junio de 2020.HANDOUT (AFP)
Yolanda Monge

Derek Chauvin, el expolicía sentenciado a 22 años y medio de cárcel por la muerte del afroamericano George Floyd en mayo de 2020 en Minneapolis se ha declarado este miércoles culpable de los cargos federales que pesaban en su contra por violación de los derechos civiles de Floyd. Es la primera vez que el exagente admite su culpabilidad por los nueve minutos y 29 segundos que acabaron con la vida de Floyd al clavar su rodilla sobre el cuello del afroamericano hasta asfixiarle. El caso reavivó el movimiento Black Lives Matter y desató protestas en todo el país contra los abusos policiales en Estados Unidos contra la población negra.

La declaración de culpabilidad de Chauvin significa que no tendrá que enfrentarse a un juicio federal en enero. A principios de semana, se supo que tenía intenciones de proclamarse inocente de los cargos federales, pero el juez le advirtió de que, en ese caso, podría ser condenado a cadena perpetua, según la televisión local WCCO-TV. Confinado en solitario desde el pasado mes de abril en la prisión estatal de máxima seguridad de Minnesota para preservar su integridad física, Chauvin fue trasladado al juzgado de la ciudad de Saint Paul para comparecer ante un magistrado. Vestido con un mono naranja de prisionero, el expolicía respondió sereno al juez federal Paul Magnuson cuando éste le preguntó si comprendía lo que estaba haciendo: “Sí, su señoría”.

En Minnesota, los acusados con buen comportamiento cumplen dos tercios de su sentencia en prisión y el tercio restante en libertad condicional. Bajo esa fórmula, se espera que Chauvin cumpla 15 años de cárcel por los cargos estatales y siete años y medio en libertad condicional. Por las imputaciones federales de privación de derechos civiles a Floyd -al clavar la rodilla en su cuello y no brindarle atención médica-, el expolicía podría ser sentenciado a entre 27 y 33 años de prisión, evitando la cadena perpetua al haber asumido su responsabilidad. La pena federal la pagará de manera simultánea a la condena que ya cumple por asesinato. De momento, el juez Magnuson no ha fijado una fecha para la lectura del veredicto.

El pasado mes de abril, Chauvin fue hallado culpable de los tres delitos que se le imputaban ―homicidio imprudente, asesinato en segundo grado (implica intención en el instante, pero no premeditación) y asesinato en tercer grado (causar la muerte al actuar de forma peligrosa y sin cuidado por la vida humana)― en un proceso de calado histórico. El 25 de junio, el magistrado Peter Cahill sentenció al expolicía, de 45 años, a 22 años y medio de cárcel. A principios de junio, la Fiscalía solicitó al juez que condenase a 30 años de cárcel a Chauvin, ya que en su opinión, existían factores agravantes para solicitar esa pena.

El castigo que sufre Chauvin es el resultado de lo que sucedió en la tarde del 25 de mayo de 2020, cuando una patrulla acudió a la llamada de una tienda en Minneapolis, Cup Foods, que avisó de que un cliente había pagado un paquete de tabaco con un billete de 20 dólares aparentemente falso. El dependiente había salido a buscar al sospechoso, que era George Floyd, pero este se había negado a volver. Se encontraba dentro de un coche aparcado, fuera del establecimiento. Cuando llegó la policía, Floyd se resistió inicialmente y Chauvin y otros dos agentes lo inmovilizaron en el suelo. Cuando Floyd dejó de oponer resistencia, la presión no cejó y comenzaron esos nueve minutos y 29 segundos interminables, en los que la rodilla del policía asfixia a Floyd que clama que no puede respirar, tres palabras que prendieron como un reguero de pólvora y provocaron los mayores disturbios raciales desde la época de la lucha por los derechos civiles.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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