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Una pelea familiar sacude a Rogers Communications, la mayor compañía de telecomunicaciones de Canadá

Edward Rogers, hijo del fundador de Rogers Communications, sostiene una batalla judicial contra su madre y sus hermanas por el control de la empresa

Rogers Communications en Toronto
La sede de Rogers Communications en Toronto, en una imagen de octubre pasado.CARLOS OSORIO (Reuters)

La familia Rogers aparece cada año en la lista de las grandes fortunas de Canadá. Conocida por sus actividades filantrópicas, es dueña de los Blue Jays, el equipo de béisbol de Toronto, y de buena parte de los Maple Leafs y los Raptors, las escuadras de hockey y basquetbol de la metrópoli canadiense. Sin embargo, el origen de su riqueza es Rogers Communications, la mayor compañía de telecomunicaciones del país. La noticia que alimenta titulares desde hace varias semanas es la pugna que sostiene Edward Rogers, hijo del fundador, con su madre y sus hermanas por el control de la firma. Cada bando apoya a una junta directiva.

Rogers Communications ofrece servicios de internet, telefonía y televisión de pago a unos 11 millones de usuarios. Emplea a más de 24.000 personas y tiene un valor bursátil de 30.000 millones de dólares canadienses (unos 24.000 millones del país vecino). La compañía fue creada en 1960 por Ted Rogers, fallecido en 2008. Este viernes, la jueza Shelley Fitzpatrick, de la Corte Suprema de Columbia Británica, falló a favor de la petición interpuesta por Edward Rogers. “Concedo la orden solicitada”, declaró Fitzpatrick sin entrar en detalles. Rogers (Toronto, 1969) presentó un documento a finales de octubre para pedir que este órgano judicial declarase legítima la junta directiva que formó tras ser destituido del cargo de presidente. Considera que tiene el poder para hacerlo, ya que está al frente del fideicomiso familiar que posee el 97,5% de las acciones de clase A –con derecho a voto- de la compañía. Ted Rogers había nombrado a su hijo responsable de dicho fideicomiso.

La historia, con tintes de serie televisiva, comenzó a finales de septiembre. Edward Rogers quiso remplazar a Joe Natale como consejero delegado por Anthony Staffieri, director financiero de la firma, bajo el argumento de que Natale entregaba magros resultados y que había dudas sobre su liderazgo para llevar a buen puerto la adquisición de Shaw, una compañía rival. Sin embargo, según reportó el diario The Globe and Mail, la jugada quedó al descubierto cuando Staffieri llamó accidentalmente por teléfono a Natale mientras conversaba con otra persona sobre dicho plan.

Loretta Rogers y sus hijas, Melinda y Martha, convocaron a una reunión el 21 de octubre en la que acordaron con otros socios el despido de Edward Rogers como presidente de la junta directiva. También ratificaron a Joe Natale como consejero delegado. El hijo del fundador de Rogers Communications, que conservó el timón del fideicomiso familiar, no se quedó con los brazos cruzados. Tres días después, cambió de un plumazo a cinco miembros de la junta directiva y se reinstaló en la presidencia. Posteriormente, presentó la petición en la Corte Suprema de Columbia Británica. Martha Rogers escribió en Twitter que todo era consecuencia de “los perpetuos berrinches” de su hermano “cuando no se sale con la suya”.

Las partes en conflicto participaron en una audiencia el 1 de noviembre. En la cita, los representantes de Edward Rogers reiteraron que el cambio en la junta directiva era válido por estar al frente del fideicomiso familiar. También, porque dicha forma de proceder está contemplada en la Ley de Empresas de Columbia Británica, provincia donde aparece registrada la compañía, aunque su cuartel general está ubicado en Toronto (Ontario). A su vez, señalaron que Loretta Rogers había firmado un documento en el que apoyaba la salida de Joe Natale, pero que había cambiado de parecer días después.

La viuda de Ted Rogers retrucó –a través de una declaración escrita- que había sido engañada en un principio respecto al desempeño de Natale. También indicó que la decisión de destituir a su hijo de la presidencia fue “extremadamente difícil para ella y otros miembros de la familia, y que se tomó luego de tratar de trabajar con él durante semanas”. Asimismo, los abogados que representan a la madre y las hijas subrayaron que el nombramiento de los nuevos integrantes de la junta directiva por parte de Edward Rogers contraviene las reglas de gobernanza de la compañía.

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Este viernes, tras conocerse la decisión a favor de Edward Rogers, los abogados de la contraparte señalaron que planean apelar el fallo y solicitaron a la jueza suspender la orden durante cuatro días para evitar más despidos. Sin embargo, Fitzpatrick no accedió a la petición. En un comunicado, Loretta, Melinda y Martha Rogers expresaron sentirse “muy decepcionadas por la decisión de la corte”, subrayando que “sienta un peligroso precedente para el mercado financiero de Canadá”.

Edward Rogers dijo que asume la responsabilidad de garantizar que la empresa se gobierne adecuadamente y se administre de forma efectiva. “Nuestra familia tiene desacuerdos, como cualquier otra. Tengo la esperanza de que resolveremos estas diferencias en privado. Sé que todos queremos un futuro más brillante para Rogers Communications”, agregó. Los próximos días serán cruciales para saber si esta pugna entre multimillonarios de la misma sangre termina o continúa.

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