Francia asegura haber matado al líder del Estado Islámico en el Sahel
Abou Walid Al Saharaui era uno de los terroristas más sanguinarios y más buscados de la región. Su grupo está detrás del grueso de los atentados en Burkina Faso, Malí y Níger
Francia ha anunciado este jueves la muerte de uno de los terroristas más buscados de África, Abou Walid al Saharaui. El emir yihadista, abatido según París en una operación militar gala en el Sahel en agosto, era el líder del Estado Islámico del Gran Sahara (EIGS), al que se atribuye la mayor parte de ataques y atentados de los últimos años en el oeste de Níger y el este de Burkina Faso y Malí. Tras el golpe moral para Occidente que ha supuesto el retorno de los talibanes en Afganistán y en plena catarsis de Francia por el juicio por los atentados yihadistas del 13 de noviembre de 2015 en París, la noticia ha sido celebrada por las autoridades galas como un “golpe decisivo” contra el extremismo islamista que ahora se extiende por el Sahel.
Adnan Abou Walid al Sahraoui, chef du groupe terroriste État islamique au Grand Sahara a été neutralisé par les forces françaises. Il s’agit d’un nouveau succès majeur dans le combat que nous menons contre les groupes terroristes au Sahel.
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) September 15, 2021
“Es un nuevo gran éxito en el combate contra los grupos terroristas del Sahel”, afirmó el presidente francés, Emmanuel Macron, en un mensaje en Twitter en el que adelantó la noticia. Esta se conoce en un momento también especialmente sensible en la región, por la anunciada retirada de un 40% de los soldados de la Operación Barkhane antes de final de año y el debate abierto sobre una posible contratación de mercenarios rusos de la empresa Wagner por parte de Gobierno de Malí para combatir al yihadismo. “Son mercenarios conocidos por sus atrocidades”, denunció este mismo jueves el ministro galo de Exteriores, Jean-Yves Le Drian. Su presencia en Malí sería “incompatible con la presencia internacional”, advirtió en la emisora France Info.
La muerte de Al Saharaui propina un “golpe decisivo a la jefatura del Estado Islámico en el Sahel, pero también a su cohesión”, dijo la ministra francesa de Defensa, Florence Parly, en rueda de prensa este jueves. El “sanguinario emir autoritario, autócrata” del EIGS era una “figura histórica de la yihad en el Sahel, era el jefe absoluto” del grupo extremista responsable de “la muerte de 2.000 a 3.000 civiles desde 2013, en su gran mayoría musulmanes” en la zona llamada de las Tres Fronteras, entre Burkina-Faso, Níger y Malí, recordó. “Al EIGS le va a costar reemplazar a su emir por alguien de la misma envergadura”, según Parly.
El 13 de enero de 2020, en la cumbre celebrada en Pau (Francia) entre Macron y los jefes de Estado de los países del G5 del Sahel —el organismo de coordinación regional que incluye a Mauritania, Chad, Burkina Faso, Níger y Malí— se marcaron como objetivo prioritario la lucha contra el terrorismo en la zona de Las Tres Fronteras y, en concreto, el combate contra el EIGS. Meses más tarde, el 9 de agosto de 2020, este grupo terrorista asesinó a seis cooperantes franceses y dos ciudadanos nigerinos en la reserva natural de Kouré, un ataque tras el que el Gobierno francés prometió perseguir a sus responsables. Fue un atentado que Al Saharaui “ordenó personalmente”, recordó Parly este jueves.
Entre junio y julio de este año y en coordinación con el Ejército nigerino, el más sólido en la región, la Operación Barkhane francesa golpeó con intensidad al EIGS en la zona de Las Tres Fronteras, asesinando a al menos dos importantes lugartenientes de Al Saharaui. Sin embargo, este seguía siendo un gran objetivo militar que se resistía. Los informes de inteligencia apuntaban a que se movía con enorme facilidad entre las lindes de los tres países y que sus bases principales estaban entre Menaka en Malí y el norte de la región de Tillabéri, en Níger, donde contaba con la complicidad de grupos locales.
Finalmente, la ofensiva francesa, que implicó fuerzas aéreas y terrestres, tuvo lugar a “mediados de agosto” tras una “larga maniobra de inteligencia”, explicó Parly. El líder terrorista circulaba como pasajero en una moto que fue impactada por un dron al sur de la maliense Indelimane, en la zona de Las Tres Fronteras, precisó el jefe del Estado Mayor francés, Thierry Burkhard.
Al Saharaui tenía algo menos de 50 años y nació en El Aaiún (Sahara Occidental). Tras vivir durante años en los campamentos de Tinduf y formar parte del Frente Polisario se radicalizó y fue uno de los fundadores del grupo terrorista Movimiento por la Unicidad de la Yihad en África Occidental (Muyao), uno de los que ocupó el norte de Malí en 2012 desencadenando la oleada yihadista que todavía sufre la región. Dentro de Muyao fue el responsable del secuestro de dos cooperantes españoles y una italiana en los campamentos de Tinduf en 2011. Tras la ofensiva francesa de 2013, Muyao se reconvierte en Al Murabitún.
En 2015, Al Saharaui proclama la adhesión de Al Murabitún al Estado Islámico, pero el líder de ese grupo, Mokhtar Belmokhtar le desautoriza y proclama que la organización se mantiene fiel a Al Qaeda, lo que desencadena una escisión: Al Saharaui crea entonces EIGS. Este grupo terrorista ha sido el principal responsable de la extensión del yihadismo a Níger desde sus bases en el norte de Malí y los expertos sostienen que ha estado en contacto con Al Barnaui, líder de Estado Islámico de África Occidental (Iswap) que opera en el noreste de Nigeria, para intentar crear un corredor yihadista que conecte ambas zonas en el Sahel.
De confirmarse su muerte sería un duro golpe para este grupo terrorista, pero también uno de los éxitos más importantes para la lucha antiterrorista francesa en el Sahel, incluso más que la eliminación de Abdemalek Drukdel en junio de 2020. El Gobierno de Malí y autoridades locales de este país y Burkina Faso han lanzado iniciativas de diálogo con los yihadistas, pero Al Saharaui, a quien consideran un asesino sanguinario, había quedado siempre al margen.
La noticia de la muerte de Al Saharaui se conoce horas después de que Francia se conmocionara con las nuevas declaraciones de Salah Abdeslam, el único superviviente de los comandos terroristas del 13-N que está siendo juzgado en París desde la semana pasada. El terrorista, que en el primer día del juicio se definió como un “combatiente del Estado Islámico”, afirmó el miércoles que los atentados de París no fueron “nada personal” contra las 130 víctimas mortales que dejaron, sino un ataque contra Francia por sus operaciones contra el ISIS.
“François Hollande conocía los riesgos que asumía al atacar al ISIS en Siria”, acusó Abdeslam en referencia al expresidente socialista, que también inició en Malí en 2013 la operación militar hoy llamada Barkhane y que ha acabado presuntamente con Al Saharaui.
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