Los talibanes proclaman la victoria en el Panshir, el último reducto de resistencia
Es la primera vez que el valle sucumbe al control de una milicia ajena a la región
Los talibanes han anunciado este lunes que han tomado el control de Panshir, la única de las 34 provincias afganas que les desafiaba. También han difundido en las redes sociales fotos de sus combatientes izando la bandera del Emirato Islámico en la capital provincial, Bazarak. De confirmarse, sería la primera vez que ocupan este pedazo de Afganistán que se les resistió la anterior vez que detentaron el poder (1996-2001) y que tampoco sucumbió a la conquista soviética. Los resistentes, por su parte, aseguran seguir luchando en varios puntos de la provincia, algo difícil de comprobar.
Tras varios días en que portavoces oficiosos talibanes decían haber conquistado la provincia rebelde, el portavoz oficial, Zabihullah Mujahid, ha comparecido ante la prensa para ratificar la noticia. “El nido de terrorismo en Panshir está ya bajo control”, ha declarado. “Con esta victoria, nuestro país ya ha salido por completo del marasmo de la guerra”, añade.
Sus palabras venían subrayadas por imágenes de unos guerrilleros ante la sede del gobernador provincial y otros avanzando hacia dos helicópteros que sus propagandistas aseguran eran los de sus dirigentes, Ahmad Masud y Amrullah Saleh, cuyo paradero se desconoce. A preguntas de los periodistas, Mujahid ha respondido que habían huido a Tayikistán.
Masud, hijo del legendario líder guerrillero Ahmad Shah Masud y que lidera una fuerza compuesta de antiguos miembros del Ejército y milicianos, se niega a conceder la derrota. “Estamos en Panshir y nuestra resistencia continúa”, afirma en un mensaje difundido por Twitter. En él no aclara su paradero, pero asegura que se encuentra a salvo.
Mujahid ha justificado la intervención de las fuerzas talibanas en el fracaso de sus intentos de negociación. “Hemos hecho todo lo posible para evitar el combate (…), pero desafortunadamente cierta gente huyó [a Panshir] y puso en peligro la seguridad de sus habitantes”, ha señalado. También ha prometido que van a restablecer durante el día la electricidad y el acceso a internet en esa provincia.
El portavoz talibán ha subrayado que el Emirato Islámico, como se denominan, quiere “la paz para el país”. “No vamos a permitir que nadie se asocie y actúe contra otros”, ha añadido.
El Frente Nacional de Resistencia (FNR) ha desmentido que el éxito sea total. “La afirmación de los talibanes de que ocupan el valle del Panshir es falsa. Las fuerzas del FNR siguen presentes en todas las posiciones estratégicas del valle para seguir luchando”, ha tuiteado. “Aseguramos a la gente de Afganistán que la lucha contra los talibanes y sus socios va a continuar hasta que prevalezcan la justicia y la libertad”, añadía.
Taliban’s claim of occupying Panjshir is false. The NRF forces are present in all strategic positions across the valley to continue the fight. We assure the ppl of Afghanistan that the struggle against the Taliban & their partners will continue until justice & freedom prevails.
— National Resistance Front of Afghanistan (@NRFafg) September 6, 2021
El grupo ha acusado al vecino Pakistán de ayudar militarmente a los talibanes para derrotarles, extremo que el portavoz de Exteriores paquistaní, Asim Iftikhar, ha desmentido a la agencia Efe.
En los combates de la noche anterior resultó muerto el portavoz del FNR, Fahim Dashty, un conocido periodista afgano que se unió a la resistencia después de que los talibanes se hicieran con el poder hace tres semanas. Dashty ya resultó herido en el atentado de Al Qaeda que costó la vida a Ahmad Shah Masud el 9 de septiembre de 2001, dos días antes del 11-S.
La de Panshir ha sido la única oposición armada significativa que han encontrado los talibanes, pero eso no quiere decir que los afganos hayan aceptado de manera unánime su asalto al poder. A pesar de los precedentes de su anterior dictadura, ha habido algunas manifestaciones críticas. Primero, y con el pretexto del Día de la Independencia, cientos de personas salieron a la calle en Kabul y otras ciudades del noreste de Afganistán con la bandera negra, roja y verde que ha representado al país en las dos últimas décadas. En Kabul, Herat y Nimruz las mujeres han pedido que se les respeten sus puestos de trabajo y se les deje participar en el Gobierno.
Ahora, ante una nueva concentración para pedir que se mantenga la tricolor en vez sustituirla por la enseña talibana que se preparaba en Jalalabad, los talibanes han anunciado la prohibición de protestas. “Si alguien sale a la calle, se enfrentará a las acción estricta de las fuerzas de seguridad y no podrá quejarse”, ha advertido el gobernador de la provincia de Nangarhar, de la que Jalalabad es la capital, citado por Efe. Durante su anterior etapa en el poder, los talibanes no permitieron el menor signo de disidencia.
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