La pandemia y las protestas marcan un 26 de julio de bajo perfil en Cuba
La violencia policial y los juicios sumarios han provocado una sacudida en la sociedad cubana. Cada vez más voces demandan la liberación de los manifestantes pacíficos, incluidos numerosos artistas
La fecha más importante del imaginario revolucionario en Cuba tuvo este año un bajo perfil. No hubo ni acto central en La Habana ni grandes discursos para celebrar el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, la acción que marcó el inicio de la lucha armada de Fidel Castro contra la dictadura de Fulgencio Batista. La efeméride, que durante seis décadas se ha celebrado por todo lo alto, esta vez estuvo condicionada por la pandemia y el eco de las masivas protestas que sacudieron el país los pasados 11 y 12 de julio, un hecho inédito que tanto las autoridades como la sociedad todavía tratan de digerir. Obviamente, la grave situación epidemiológica -por segundo día consecutivo se sobrepasaron los 8.000 contagios- influyó en que no se promovieran concentraciones, si bien ello no impidió la organización el 17 de julio de un gran acto de reafirmación frente a la embajada norteamericana con miles de personas, al que asistieron el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, Raúl Castro y los principales dirigentes del país.
Temprano en la mañana, este 26 de julio la televisión ofreció imágenes de Díaz-Canel participando en un trabajo voluntario junto a un grupo de jóvenes en una granja agrícola, y después el presidente utilizó su cuenta de Twitter para lanzar un mensaje en tono conciliador: “Felicidades, cubanos todos. ¡Gracias, amigos queridos del mundo! ¡Ya es 26! Reitero mi llamado a la paz, al trabajo, a la unidad y a todos juntos avanzar!”. Los juicios contra los manifestantes continúan, pero poco a poco se ha ido conociendo que algunos de los condenados por su participación en las protestas han sido puestos en libertad con medidas cautelares, como es el caso del fotógrafo Anyelo Troya, uno de los realizadores del videoclip Patria y Vida, sancionado a un año de cárcel por un tribunal municipal. Su familia informó que fue liberado el sábado y que esperará bajo arresto domiciliario la apelación de la sentencia en un tribunal de segunda instancia.
Tanto la violencia policial vista estos días en numerosos videos colgados en las redes sociales, como los juicios, han provocado una verdadera sacudida en la sociedad, y son numerosas las voces que demandan la liberación de todos los manifestantes pacíficos. La conmoción es especialmente evidente y sonora en el mundo artístico. El cantautor Pablo Milanés dijo desde España: “Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que al final lo que hace es encarcelarlo”. Milanés mostró su confianza en los jóvenes, opinando que son ellos los que “con la ayuda de todos los cubanos, deben ser y serán el motor del cambio”.
Su hija Haydee, también cantante, afirmó en La Habana que “el pueblo cubano se ha expresado y ha salido pacíficamente a las calles con sus demandas. El Gobierno tiene la obligación de escucharlos”, y en ese mismo sentido se expresaron músicos populares que habitualmente tenían un perfil bajo, o no hablaban de política, como la legendaria orquesta los Van Van. “Los Van Van de Cuba existen gracias a nuestro pueblo cubano, por lo tanto, siempre apoyaremos al pueblo, sea quien sea, piense lo que piense, defienda la ideología que defienda, siempre con el máximo respeto”, dijo Samuel Formell, director de la banda. “Apoyamos a los miles de cubanos que reclaman sus derechos, debemos ser escuchados. Digamos no a la violencia y al atropello. Llamemos a la paz en nuestras calles”.
Una respetada familia de cuatro jazzistas, los López-Nussa, sacaron un comunicado conjunto: “Partiendo de los principios éticos de nuestra familia, basados en los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad, inculcados desde la cuna por nuestros padres y abuelos, condenamos hoy, 14 de julio de 2021, cualquier acto de violencia ejercido contra nuestro pueblo que en este momento atraviesa por una profunda y lamentable crisis. La violencia solo genera violencia”. Verdaderas instituciones en Cuba, como Chucho Valdés o el compositor Leo Brouwer, también condenaron lo sucedido. “¡Qué dolor, qué tristeza que se llegue al abuso del poder!… Nunca imaginé que las fuerzas del orden en Cuba fuesen a agredir a gente común y pacífica como somos los cubanos”, escribió Brouwer. Lázaro Saavedra, Premio Nacional de Artes Plásticas, llegó más lejos: “No existe ninguna justificación, ¡ninguna justificación!, para este uso desmedido de la fuerza con civiles y menos con la intervención de tropas especiales. Es abusiva la violencia de Estado en estas imágenes. Yo no expongo más en ninguna institución estatal de este país”.
Otros artistas se alinearon totalmente con el Gobierno, responsabilizando a EE UU de asfixiar a los cubanos para tratar de provocar un levantamiento y manipular los sucesos. “Por si alguien tenía duda de la labor definitivamente subversiva a través de las redes sociales y las plataformas digitales, y en el engrandecimiento de figuras que no representan los intereses de nuestro pueblo, y la manipulación mediática que a partir de ahí intentan hacer con los sectores más pobres”, aseguró Israel Rojas, del dúo Buena Fe. “La Revolución no es un proceso perfecto, es un proceso perfectible, que lleva, merece y requiere la crítica honda revolucionaria, pero de ahí a creer que es un proceso pedestre que merece morir, conmigo que no cuenten para eso. Aquí estoy para seguir teniendo el derecho de construir un país mejor, independiente y soberano”, expresó. Para el trovador Ray Fernández, “los jóvenes tienen que darse cuenta de que esta es una jugarreta más, lo que quieren es desestabilizarnos, crear el caos, intervenir y joder la paz”. Así está la cosa.
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