Conmoción en Países Bajos por el atentado al periodista de investigación Peter R. de Vries
El reportero fue tiroteado este martes en el centro de Ámsterdam después de participar en un programa de televisión
El atentado sufrido la tarde del martes en Ámsterdam por Peter R. (Rudolf) de Vries, uno de los periodistas de investigación más famosos de Países Bajos, ha estremecido a sus compatriotas y provocado una reacción en cadena de mensajes de apoyo firmados también por dirigentes de la Unión Europea. De Vries, de 64 años, fue tiroteado en una calle del centro de la ciudad poco después de haber participado en un programa de la cadena comercial televisiva RTL, y quedó tirado en el suelo con un balazo en la cabeza. Los médicos no han ofrecido todavía un parte sobre su estado de salud, y lo único que se sabe este miércoles es que su hijo, Royce, ha calificado la situación de “incierta”, mientras afirmaba que la familia “está a su lado con amor y esperanza en un momento tan difícil”. Testigos presenciales dijeron haber oído cuatro o cinco tiros, y la policía ha detenido “a un ciudadano polaco, de 35 años”, y a “otro holandés, de 21 años”. Un tercer arrestado, de 18 años, ha sido puesto en libertad.
Apenas tres horas después del asalto, Femke Halsema, alcaldesa de Ámsterdam, calificó a De Vries de “héroe nacional y un periodista valiente que lucha ahora por su vida”. Fue la primera en llamarlo así, pero al poco rato, las cuentas de Twitter de políticos nacionales e internacionales se llenaron de mensajes similares. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, dijo que llevaba a De Vries y a su familia en el pensamiento y pidió a las autoridades holandesas que “aclaren la situación y juzguen a los autores”. David Sassoli, presidente del Parlamento Europeo, subrayó que “la prensa es la columna vertebral de la democracia”. “Un ataque contra los periodistas es un ataque contra todos nosotros”, añadió. Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, condenó a su vez “un crimen” que es un ataque contra los “valores fundamentales y la libertad de prensa”. Y Vera Jourova, vicepresidenta de la Comisión encargada de Valores y Transparencia, tuiteó que lo ocurrido “es un ataque contra la libertad de prensa y la democracia; los periodistas tienen que hacer su trabajo con seguridad”.
Los reyes holandeses, Guillermo y Máxima, se encontraban de visita de Estado en Alemania cuando el periodista fue tiroteado, y el soberano dijo que el periodismo “es el fundamento del imperio de la ley”. Mark Rutte, el primer ministro en funciones, ha asegurado que “los 17 millones de holandeses piensan en estos momentos en Peter R. de Vries”. “Vamos a ganar la lucha contra el crimen organizado”, aseguró. La Embajada de Estados Unidos en Países Bajos se sumó a la condena de un ataque “que no es solo contra un héroe nacional, sino también contra la libertad de prensa misma”.
Especializado en el crimen organizado, De Vries se ha esforzado durante su carrera por reabrir casos sin resolver, en su mayoría desapariciones y asesinatos, y la policía holandesa ha reconocido que su labor es muy valiosa. En 2019, se le ofreció protección cuando dijo que su nombre había aparecido en la lista negra atribuida a Ridouan Taghi, un holandés de origen marroquí que dirigía supuestamente la mayor red criminal y de tráfico de drogas del país. Encerrado en la prisión de máxima seguridad de la ciudad de Vught, al sur del país, Taghi es sospechoso de estar involucrado en una decena de asesinatos relacionados con el crimen organizado, y de ser cabecilla de la denominada Mocro Maffia, compuesta en su mayoría por ciudadanos holandeses y belgas que controlan el narcotráfico desde los puertos de Amberes y Ámsterdam. Taghi, que fue arrestado en Dubái en 2019, negó tener la intención de asesinar a Peter R. de Vries y le mandó incluso un mensaje personal diciendo que todo era “una tontería y una falsedad”. Hace dos años, sin embargo, fueron asesinados el hermano y el abogado de Nabil B., testigo de cargo del caso Marengo, por el que se juzga a Taghi y a 16 de sus cómplices. El periodista atacado fue confidente de Nabil B., que le pidió ayuda.
El mes pasado, De Vries abrió una campaña de recogida de fondos para reunir un millón de euros con los que poder reabrir el caso de la desaparición de Tanja Groen. Es una estudiante de la que no se sabe nada desde 1993, y sus padres temen hacerse viejos sin tener noticias de ella. Es un ejemplo del otro trabajo del periodista, que no paró de investigar hasta lograr que se revisara la muerte de Nicky Verstappen, de 11 años, hallado sin vida en 1998, en un bosque, con signos de abuso. En 2018, y después de que recogieran muestras de ADN de 21.500 personas para cruzar sus datos, se arrestó en Barcelona a Jos Brech. Este sospechoso fue condenado a 12,5 años de cárcel en 2020, y el caso está en apelación. De Vries es el portavoz familiar. Otro ejemplo tiene que ver con Willem Holleeder, otro criminal holandés famoso, cuyas hermanas declararon en su contra después de que el periodista las pusiera en contacto con los fiscales.
Después de ser tiroteado, la Fiscalía no quiso dar detalles sobre si el periodista llevaba guardaespaldas, pero sus compañeros y amigos han asegurado que trabajaba por su cuenta porque prefería que su libertad no estuviera limitada. “Era fácil encontrarle saliendo cada día a la misma hora de la televisión camino de su casa”, ha dicho un vecino de la calle de Ámsterdam donde le dispararon. Según Remco Andringa, un cronista de tribunales de la cadena pública (NOS), “la gente que le conoce sabe que no iba protegido”. “No sabemos si iba con protección, pero los pistoleros no conseguirán que abandonemos nuestro trabajo”, ha puntualizado Saskia Belleman, del rotativo De Telegraaf. Jan Struijs, presidente de la Asociación de la Policía Nacional, ha añadido que la seguridad no se puede imponer y “De Vries la consideraba un obstáculo para trabajar”.
Peter R. de Vries tiene una larga carrera y es muy conocido entre sus compatriotas porque ha tenido su propio programa televisivo y es invitado a menudo por la radio y la televisión. Sus colegas de la Asociación holandesa de Periodistas ha señalado que es “un golpe en toda la cara contra la profesión”. Tras ser disparado, estuvo en el suelo hasta que llegó la ambulancia, y las redes sociales se llenaron de cientos de vídeos tomados en el lugar de los hechos. Portavoces de YouTube han señalado que dichas imágenes “han sido retiradas de la plataforma”. La policía ha pedido ayuda con esas filmaciones para su investigación.
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