Cientos de personas piden la dimisión del Gobierno de Nigeria por la creciente inseguridad
La policía utiliza gases lacrimógenos para dispersar las protestas, en el día en que una banda criminal asesina a 53 personas en seis pueblos para robarles el ganado
La policía nigeriana dispersó este sábado con gases lacrimógenos y disparos al aire sendas manifestaciones en la capital del país, Abuya, y en Lagos, donde cientos de personas se habían congregado para protestar por la inseguridad creciente en el país y pedir la dimisión del presidente Muhammadu Buhari. Ambas protestas, que según fuentes oficiales no estaban autorizadas, han acabado con la detención de varios manifestantes.
En una alocución televisada con motivo del Día de la Democracia, que se celebraba este sábado en el Estado africano, el propio Buhari reconoció no haber cumplido con una de sus promesas al llegar a la presidencia en 2015: acabar con la organización terrorista Boko Haram y con la inseguridad en el país.
La insurgencia yihadista que sufre Nigeria en la región noreste del país desde 2009 —y que ya ha causado más de 40.000 muertos—, así como la actuación de bandas criminales por todo el país y la dura represión policial de las protestas, como las que tuvieron lugar en octubre pasado en Lagos, han hecho que cristalizara la ira de una parte de la población nigeriana que le reprocha a Buhari su incapacidad para mejorar la seguridad y para sacar al país de la crisis económica que padece, agudizada ahora por la covid-19.
Este mismo sábado una de las bandas criminales que aterrorizan a las regiones del centro, norte y noroeste de Nigeria, asesinó a 53 personas en seis pueblos del Estado de Zamfara, en la zona noroccidental del país africano, para robar sus vacas. El robo de ganado y el secuestro de estudiantes para pedir rescates —dos de las actividades delictivas con las se financian estos grupos criminales— se han recrudecido en los últimos meses.
En el Estado donde tuvo lugar este ataque, Zamfara, “la violencia aleatoria de grupos armados que usan el secuestro y el saqueo como una fuente de ingresos” está en el origen de una grave crisis humanitaria, según denunció el 4 de junio la organización Médicos sin Fronteras (MSF). La población de esta región necesita con urgencia comida, agua potable, servicios sanitarios, protección y lugares donde refugiarse. Muchas de esas personas que precisan ayuda son desplazados que han huido de los ataques de las bandas criminales.
La orden de las autoridades nigerianas de suspender Twitter, a raíz de que esa red social decidiera borrar un tuit del presidente nigeriano, ha caldeado aún más los ánimos de la población de un país que, pese a ser la primera economía de África Occidental, y la tercera de todo el continente, mantiene a más de la mitad de su población —112 millones de 200 millones— sumida en la pobreza, de acuerdo con la ong Oxfam.
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