Boris Johnson utiliza el discurso de la reina en el Parlamento para recuperar su agenda pos-Brexit
El primer ministro promete de nuevo atajar las desigualdades regionales. Se compromete a permitir una investigación pública sobre la gestión de la pandemia
Boris Johnson ha recuperado la fortaleza política necesaria para intentar volver a impulsar las promesas con las que alcanzó Downing Street a finales de 2019. El llamado discurso de la reina, que expone el programa del Gobierno británico para el próximo periodo parlamentario de sesiones, ha vuelto al lenguaje optimista que la pandemia arrinconó. La exitosa campaña de vacunación, el final del confinamiento y, sobre todo, la contundente victoria frente a los laboristas en las elecciones municipales del pasado jueves, han hecho que Isabel II trasladara a Westminster el triunfalismo que se respira en Downing Street.
Isabel II acudía este martes al Parlamento acompañada del heredero, Carlos de Inglaterra, que la ayudó a subir las escaleras hasta el trono donde iba a leer su discurso, en la Cámara de los Lores. Ni el color lila de su vestido y sombrero, ni el tono de sus palabras, han mostrado que se trataba de su primer acto oficial de solemnidad después de enterrar a su esposo, el duque de Edimburgo. La conocida como Dama Ujier del Bastón Negro ha visto cómo la Cámara de los Comunes le daba con la puerta en las narices, para simbolizar la independencia de los diputados frente la corona, y ha golpeado tres veces para convocarles ante la reina. Westminster ha seguido adelante con su centenaria tradición de reapertura del Parlamento, aunque todavía sometido a estrictas medidas de distanciamiento social. Poco más de 70 personas estaban presentes en un acto que suele rebosar la capacidad de la sala.
Isabel II ha desgranado los 25 proyectos legislativos que el Gobierno de Johnson pretende poner en marcha para emprender la recuperación y volver a “nivelar hacia arriba” las distintas regiones del Reino Unido, la gran promesa electoral de la era pos-Brexit. “Este tiempo ha demostrado, por si había alguna duda, el enorme caudal de talento, amabilidad, ingenio y capacidad que existen en cada pueblo y en cada ciudad del Reino Unido”, proclamaba Johnson en el debate parlamentario posterior al discurso de la reina. “La tarea del Gobierno es movilizar ese extraordinario espíritu y coordinar talento y oportunidad para liberar todo el potencial de la nación”.
No esperaba el primer ministro enfrentarse a duras críticas procedentes de sus propias filas, ante la ausencia en el programa de Gobierno de la reclamada renovación y mejora de un sistema nacional de atención social que, durante la pandemia, ha mostrado un gran estado de debilidad. Las residencias de mayores, la atención primaria y los problemas de salud mental han sido las principales tragedias de una crisis que ha revelado el raquítico Estado del bienestar británico después de una larga década de austeridad. “Debo insistir de modo absoluto en que este debe ser el año en que abordemos de una vez por todas este asunto, y no volvamos de nuevo a arrojar la pelota hacia adelante”, reprochaba al primer ministro Damian Green, el diputado conservador que ya presidió en 2017 una comisión que publicó un demoledor informe sobre el estado de la asistencia social en el Reino Unido.
El líder de la oposición laborista, Keir Starmer, así como los liberaldemócratas, han hecho suya la campaña impulsada por los familiares de víctimas de la covid-19, y finalmente han logrado extraer de Johnson el compromiso de que se realizará una investigación pública sobre la gestión de la pandemia. “Puedo ciertamente afirmar que se hará durante este periodo de sesiones, como ya había dejado claro previamente. Creo que es fundamental que tengamos una investigación apropiada y completa de la pandemia”, ha dicho el primer ministro. Era la primera vez que ponía una fecha fija al compromiso, aunque ninguna ley establece la duración exacta del periodo de sesiones. La costumbre establece que se prolongue en torno a un año.
El discurso ha recogido también el nuevo sistema de subsidios públicos previsto para la era pos- Brexit, que “asegurará que el apoyo a las empresas refleje los intereses estratégicos del Reino Unido”, además de contribuir al crecimiento económico.
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