Una veintena de policías heridos en una protesta en Bristol contra una ley de reforma policial
La manifestación era una más de las convocadas durante el fin de semana por Inglaterra contra la nueva Ley de Seguridad del Gobierno de Johnson
La protesta convocada a lo largo de este fin de semana por toda Inglaterra contra la nueva Ley de Seguridad del Gobierno de Johnson desembocó el domingo por la noche en un episodio de violentos enfrentamientos en la ciudad de Bristol, unos 190 kilómetros al oeste de Londres. A última hora de la noche, un grupo de manifestantes comenzó a destrozar el exterior de una comisaría, prendió fuego a dos coches de policía estacionados y se enfrentó a los policías de la zona. Una veintena de agentes resultaron heridos, de los que dos tuvieron que ser hospitalizados con varias costillas rotas, en un caso, y el pulmón perforado, en el otro. Al menos siete participantes en las protestas fueron detenidos, y las autoridades ya han advertido que habrá más arrestos, una vez sean revisadas las grabaciones de las cámaras de seguridad distribuidas por la zona de los incidentes.
La nueva ley, cuya tramitación en la Cámara de los Comunes fue acelerada la semana pasada por el Gobierno, concede amplios poderes a la policía de Inglaterra y Gales para limitar el derecho de protesta, y una mayor discrecionalidad al Ministerio del Interior para decidir si una convocatoria es o no ilegal. Hasta 700 juristas han firmado un manifiesto en el que advierten al Gobierno de Johnson de que el texto legal supone “una extensión alarmante del control del Estado sobre el derecho de libre reunión y asamblea”. La tramitación de la ley coincidió con las imágenes de la carga policial contra las mujeres que el pasado 13 de marzo participaron en una vigilia en honor de Sarah Everard. La ejecutiva, de 33 años, fue asesinada por un oficial de policía cuando regresaba sola y de noche a su casa después de haber visitado a una amiga. La indignación popular por la precipitada reacción de las autoridades se tradujo en manifestaciones por todo el Reino Unido, que han cobrado tracción al coincidir con la tramitación de la cuestionada ley.
La policía de Bristol respondió frente a los manifestantes violentos con cargas a caballo, perros adiestrados y porras. El comisario jefe de la región de Avon y Somerset, Andy Marsh, dijo que “los agentes tuvieron mucha paciencia. Entre las cerca de 3.000 personas convocadas, había un grupo de delincuentes infiltrado que podía suponer entre 400 y 500 manifestantes. Ciertamente, no fuimos nosotros los que provocamos la situación”. El alcalde de la ciudad, Marvin Rees, quien ha sido muy crítico con la ley impulsada por el Gobierno de Johnson, advertía a los manifestantes de que “destrozar edificios del centro, vandalizar vehículos o atacar a los agentes de policía no ayudará en absoluto a evitar que la ley salga adelante”.
Downing Street ha intentado templar la tensión que se respira estos días en la calle con gestos de refuerzo a la seguridad de las mujeres y niñas, pero se ha mostrado implacable frente a los sucesos de Bristol. Johnson los ha calificado de “absolutamente inaceptables” y ha anunciado que “no volverán a ser tolerados”. La ministra del Interior, Priti Patel, ha comparecido de urgencia este lunes en la Cámara de los Comunes para denunciar de “anárquicas y violentas” las protestas en la ciudad inglesa y acusar a los manifestantes de “egoístas”. “Llevamos mucho tiempo diciendo que para salvar vidas durante esta pandemia la gente no debe participar en concentraciones numerosas. Muchos decidieron este fin de semana de un modo egoísta que la prohibición no iba con ellos”, ha dicho Patel.
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