La socialdemocracia italiana busca su fichaje estrella
El Partido Democrático intenta rescatar al ex primer ministro Enrico Letta para liderar la formación tras la dimisión del último secretario, Nicola Zingaretti
La dimisión del secretario general del Partido Demócrata (PD) de Italia, Nicola Zingaretti, ha dejado a la formación en una situación nefasta. Los sondeos le colocan en cuarto lugar, por detrás de la Liga, el Movimiento 5 Estrellas y Hermanos de Italia. Las malas noticias crecen con el ascenso de los grillinos, que robarían parte del electorado al PD si al final optan por el liderazgo de Giuseppe Conte, como parece ya descontado. Solo un fichaje estrella podría competir con el tirón de Conte: otro ex primer ministro. El PD ha tanteado ya a Enrico Letta (54 años), quien se ha convertido en la gran esperanza del partido.
Sin embargo, las dudas del profesor son muchas. Más después de que, en 2014, la formación lo dejase caer. Letta llevaba 10 meses al frente de Italia cuando notó el acero helado de un puñal en el costado. Matteo Renzi, un joven florentino de 39 años que había sido elegido hacía poco nuevo secretario del PD, quería su puesto y se lo hizo saber. Letta, un hombre de profundos conocimientos y refinada visión de la política, no estaba preparado para el ataque. Y menos de alguien de su propio partido. Tuvo que dimitir (en febrero de 2014) y dedicarse a la universidad. Renzi gobernó tres años, se fue, volvió, apuñaló a tanta otra gente —el último ha sido Conte— y el país se sumió en la mayor tormenta populista de su historia.
Este acercamiento ahora, para que barra todos los platos rotos en siete años, ha removido algo dentro del ex primer ministro, pero las reservas tras las traiciones sufridas se mantienen. “Llevo al PD en el corazón y estas peticiones tocan lo más profundo. Pero esta inesperada aceleración me pilla desprevenido: necesitaré 48 horas para reflexionar bien. Luego, decidiré”, ha afirmado.
El liderazgo de Nicola Zingaretti, elegido en 2018 tras los malos resultados que obtuvo Matteo Renzi cuando todavía lideraba al PD, ha durado apenas tres años. Su dimisión, explicó él mismo, es fruto de las tensiones internas que tradicionalmente “han electrocutado” cualquier avance de un partido que pierde apoyos cada vez que Italia pone las urnas en todo el país. “Me da vergüenza que en el PD desde hace 20 días se hable solo de cargos y de primarias, cuando en Italia está estallando la tercera ola de la covid-19”, dijo después de que se repartiesen todos los cargos del nuevo Ejecutivo de Mario Draghi y volasen los cuchillos en su formación.
Condiciones
La realidad es que la capacidad de liderazgo y transformación del partido de Zingaretti no ha tenido demasiado relieve y los pesos pesados han impuesto a menudo su criterio. Ha ido a rebufo de todos los grandes acontecimientos: desde el pacto con el M5S, al que primero se negó, hasta el reciente apoyo a Draghi: dijo que el PD apoyaría a Conte u optaría por las elecciones. El problema del ex secretario general, como el de tantos líderes en el volátil panorama italiano, es que ni siquiera tenía el control de los parlamentarios del partido, que habían sido elegidos por Renzi en las últimas elecciones.
Letta ha pasado los últimos años dedicado al mundo universitario. Hoy es decano de Asuntos Internacionales en la prestigiosa Sciences Po de París y presidente del Instituto Jacques Delors. Pero también dirige el foro Italia-España, que lleva dos décadas celebrándose. El ex primer ministro, que también estaba en las quinielas para la próxima presidencia de la República, parece inclinado a aceptar el encargo. Dicen en su entorno que quiere volver a la política activa. Pero, según La Repubblica, ha puesto condiciones: la unanimidad en su elección y la garantía de un mandato largo.
El regreso de Letta confirmaría la tradición de los primeros ministros italianos de no marcharse nunca del todo. Si se produce, se daría la circunstancia de que los cuatro principales partidos en número de parlamentarios que conforman el apoyo a Mario Draghi (M5S, Italia Viva, Partido Democrático y Forza Italia) estarían liderados por expresidentes del Consejo de Ministros: Silvio Berlusconi, Renzi, Conte y Letta. Un síntoma más de la falta de banquillo de la política. O de la importancia que las formaciones dan al momento Draghi.
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