Biden frena el ‘fracking’ en territorio federal pero insiste en que no lo prohibirá
El presidente estadounidense paraliza las nuevas concesiones para la explotación de petróleo y gas en tierras federales
El presidente Joe Biden ha firmado este miércoles una batería de órdenes ejecutivas para “enfrentar la amenaza existencial del cambio climático”, entre las que destacan la prohibición de la perforación hidráulica en terreno federal -técnica conocida como fracking- y el uso del agua que hay en esas tierras. “ No vamos a prohibir el fracking, vamos a proteger y aumentar los empleos”, aclaró el mandatario durante una comparecencia en la Casa Blanca. También ordenó la suspensión de nuevos arriendos para extraer petróleo y gas en suelo federal, una medida que ha provocado el rechazo inmediato de la industria.
Una de las críticas que recibió Biden durante la campaña fue su postura conservadora sobre su postura frente a los combustibles fósiles. Este miércoles ha firmado una orden para que las agencias federales eliminen los subsidios a los combustibles fósiles e identifiquen nuevas oportunidades para estimular la innovación. Para el día de la Tierra, el 22 de abril, Biden ha convocado una cumbre internacional de líderes sobre cambio climático. “Sabemos lo que tenemos que hacer, ahora tenemos que hacerlo”, urgió el mandatario.
Las medidas ya han recibido las primeras críticas y está previsto que se enfrenten a una oposición en el Congreso, encabezada por los republicanos. “Penalizar a la industria del petróleo y el gas mata los empleos estadounidenses bien pagados, daña nuestra economía que ya está en apuros, hace que nuestro país dependa más de fuentes de energía extranjeras e impacta a quienes dependen de energía asequible y confiable”, publicó en un comunicado Anne Bradbury, presidenta de American Exploration y Production Council, un grupo que representa a los productores de petróleo y gas.
Está previsto que la nueva Administración presente sus planes de recorte de sus emisiones de gases de efecto invernadero (conocidos como NDC) para la próxima década antes o durante la cumbre internacional convocada por EE UU. Cuando Barack Obama se sumó en 2015 al Acuerdo de París, su Gobierno se fijó un objetivo de recorte para 2025 de entre un 26% y un 28% respecto a los niveles de 2005. “Estados Unidos debe ser lo más ambicioso posible, porque nuestra credibilidad se ha visto empañada en estos cuatro años que hemos estado ausentes”, sostuvo este miércoles el enviado presidencial especial para el clima, John Kerry, en una rueda de prensa en la Casa Blanca.
Biden cierra su primera semana en la Casa Blanca con el cambio climático entre las prioridades de su Administración, abordándolo como una crisis urgente a la que van a responder con medidas agresivas. El bloqueo a la construcción del oleoducto Keystone XL diseñado para transportar petróleo desde Canadá a través de Estados Unidos para llegar a las refinerías existentes en la Costa del Golfo fue aplaudido por los activistas, pero significó la pérdida de miles de empleos. “Necesitamos crear nuevos empleos [verdes]” y “las mismas personas pueden hacer esos trabajos”, sostuvo Kerry, quien destacó que antes de la pandemia, los trabajos que crecían a mayor ritmo eran los relacionados a paneles solares y turbinas eólicas.
La asesora nacional sobre clima, Gina McCarthy, también presente en la rueda de prensa, aclaró que el Gobierno no va a pedirle a la gente “que vaya desde el centro de Ohio o Pensilvania para hacer envíos a la costa para tener trabajos solares”. “Cuando decimos cambio climático, eventualmente la gente pensará en empleos... Necesitamos poner a la gente a trabajar en sus propias comunidades”, enfatizó.
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