¿Tiene Putin dos despachos idénticos para ocultar su ubicación?
Los rusos juegan ahora a averiguarlo buscando las 10 diferencias con sus fotos
El despacho de Vladímir Putin en su residencia oficial de Novo Ogarióvo, a las afueras de Moscú, con su sillón de color crema y una amplia mesa de madera oscura, se ha convertido en una de las imágenes de la pandemia de coronavirus en Rusia. El presidente ruso, que ha recortado sus viajes y eventos al máximo y ha pasado confinado casi todo el tiempo desde primavera, ha atendido desde allí cientos de videoconferencias —emitidas convenientemente en la televisión pública— y recibido un puñado de visitas controladas. Ahora, una investigación periodística ha revelado que ha construido otro despacho idéntico al de Moscú pero en su residencia de Sochi, en la costa del mar Negro, para ocultar su ubicación y restar suspicacias en un tiempo de crisis.
El tema ha causado polémica en el país, donde en los últimos tiempos ha habido otras informaciones sobre la opaca vida privada de Putin, detrás de las que algunos comentaristas y kremlinologistas ven una lucha de poder de las élites. Con algo de sorna, muchos rusos juegan ahora a buscar las diez diferencias en las fotografías de la oficina del líder ruso. Mientras, el Kremlin ha tachado de ridícula la información. “No hay dos despachos idénticos. El presidente tiene muchos despachos en diferentes ciudades, los usa y se ve todo”, ha insistido a la agencia Ría su portavoz, Dmitri Peskov, que rechazó hablar de los viajes y movimientos del líder ruso apuntando que se consideran información clasificada por razones de seguridad. Peskov ha acusado también a una mano negra de divulgar “especulaciones” sobre la salud y la cotidianeidad del presidente.
Оказывается, все последнее время мы не знаем, где находится президент. И все благодаря одинаковым кабинетам в разных местах пребывания президента. Рассказываем, как мы это понялиhttps://t.co/TDvRGmeVEB pic.twitter.com/RB2H9ZU3vT
— Проект (@wwwproektmedia) December 8, 2020
Pero fueron los registros de vuelo públicos y su comparación con los datos oficiales de las visitas y la agenda de reuniones del presidente ruso, lo que llevó al medio especializado en investigación Proekt a trazar la ubicación del presidente ruso en su retiro de Sochi cuando se había informado de que estaba en su residencia de Novo Ogarióvo. En las fotografías o vídeos, sin embargo, se le ve sentado en un sillón como el de la casa de las afueras de Moscú, o conversando en una mesa anexa con la bandera rusa de fondo y un sobrio juego de escritorio con el escudo del país. Proekt ha contado —citando tres fuentes anónimas, una de ella, el gerente de una de las empresas estatales— que esto se debe a que se ha instalado una oficina gemela en la residencia de verano de Bocharov Ruchey, en la ciudad balneario.
Durante la pandemia de coronavirus, que en Rusia ha causado casi 50.000 muertos y ha infectado a 2,7 millones de personas, los periodistas habituales que cubren todos los eventos del Kremlin ya no siguen al milímetro al líder ruso, que también ha menguado sus entrevistas. Para encontrarse cara a cara con Putin en alguna de sus residencias-búnker, que se han equipado con túneles de desinfección de fabricación rusa, hace falta pasar al menos dos semanas de cuarentena, según revelaron otras investigaciones hace unas semanas. Esto habría hecho más sencillo para el presidente mantener su ubicación en la oscuridad y quedarse cerca del mar Negro en vez de en la capital rusa, donde se mueve todavía y pese al virus toda la vida política rusa, y donde está localizado el operativo de lucha contra la covid.
Mientras algunos ciudadanos, en las redes sociales, tratan de desentrañar si es una oficina u otra, si uno de los sillones beige es más algo que otro, o un poco más claro, o si los paneles que recubren la pared son distintos, analistas observadores políticos han señalado que las sucesivas informaciones sobre las interioridades del Kremlin pueden revelar algo más que las oficinas gemelas de Putin. “Es posible que parte de esas filtraciones estén relacionadas con las luchas de las élites, que se ven inevitablemente exacerbadas por la recesión económica”, comenta María Lipman, asociada del programa Eurasia de la Universidad George Washington, que destaca que el periodismo de investigación ha florecido en los dos últimos años en Rusia, incluso pese al incremento del escrutinio y el cerco de la Administración.
Hace un par de semanas, otra investigación, esta vez de IStories y OCCRP (proyecto para informar sobre el crimen organizado y la corrupción) reveló los supuestos negocios secretos y cómo se había enriquecido el exyerno de Putin cuando aún seguía casado con su hija pequeña, a raíz del acceso a miles de correos y documentos. No mucho antes, un extenso reportaje habló sobre una supuesta hija secreta. Otro, sobre sus presuntos problemas de salud.
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