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Un candidato electoral desafía al Supremo y se autoproclama presidente de Guinea-Bisáu

La autoridad electoral declaró ganador en diciembre a Embaló pero el Alto Tribunal pide ahora un recuento de las papeletas

José Naranjo
Embaló, vestido de blanco, alza su brazo en señal de victoria junto a su predecesor, José Mario Vaz.
Embaló, vestido de blanco, alza su brazo en señal de victoria junto a su predecesor, José Mario Vaz.ANTONIO AMARAL
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El candidato ganador de las elecciones celebradas el pasado mes de diciembre en Guinea-Bisáu según la Comisión Nacional Electoral (CNE), Umaro Sissoco Embaló, se ha autoproclamado presidente de su país en un acto celebrado este jueves en un hotel de la capital bisauguineana con una fuerte presencia de militares armados en las calles aledañas. Esta investidura no cuenta con el beneplácito del Tribunal Supremo, que ha pedido un nuevo recuento de votos a la Comisión Electoral tras un recurso presentado por el candidato rival. El Gobierno asegura que se trata de un golpe de Estado.

Guinea-Bisáu sigue instalada en el bloqueo político. Las elecciones presidenciales de hace dos meses se presentaban como una oportunidad para superar la parálisis institucional y política que ha vivido este país los últimos cinco años debido al duro enfrentamiento entre el histórico Partido Africano por la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), que domina el Parlamento con el apoyo de sus aliados, y el presidente José Mario Vaz, investido en 2014 y quien trató de impedir los comicios hasta el último momento. Sin embargo, las cosas se han complicado aún más.

La autoridad electoral atribuyó la victoria en segunda vuelta al general de brigada Umaro Sissoco Embaló con el 53,55% de los votos frente a su rival Domingos Simoes Pereira, líder del PAIGC, que obtuvo el 46,45%. El candidato derrotado presentó recurso por presunto fraude ante el Tribunal Supremo, quien ordenó a la Comisión Electoral a llevar a cabo un nuevo recuento. Este organismo, sin embargo, respondió hasta en cuatro ocasiones a los requerimientos del alto tribunal que ya su trabajo estaba hecho y que no era necesario volver a contar los votos.

Por primera vez desde que comenzara la actual crisis política los militares han salido de manera evidente a la calle y ha sido para proteger el acto de investidura de Embaló, que tuvo lugar este jueves al mediodía en un salón del hotel Azalay de la ciudad de Bissau. En concreto fueron los miembros de la Guardia Presidencial quienes se posicionaron en torno al edificio y en las calles aledañas.

El pasado mes de enero tanto la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) como Estados Unidos felicitaron a Embaló, mientras que la Unión Europea, Naciones Unidas y la Unión Africana aguardan por la decisión del Supremo en el contencioso electoral. Al acto celebrado este jueves tan solo acudieron dos representantes diplomáticos, los embajadores de Senegal y Gambia. En los últimos días, Simoes Pereira ha denunciado que el presidente senegalés Macky Sall ha maniobrado para lograr que Embaló fuera nombrado presidente.

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Para el Gobierno de Guinea-Bisáu, bajo control del PAIGC, no hay ninguna duda y se trata de “un auténtico golpe de Estado” y una “falta de respeto” al Parlamento, el lugar donde según la Constitución debe ser investido el presidente. Asimismo, el primer ministro Aristides Gomes ha pedido a las fuerzas de seguridad del Estado que asuman su papel de “garantes de la seguridad y el orden público por las eventuales consecuencia del intento de subversión de los valores democráticos que fundamentan el Estado de Derecho en Guinea-Bisáu”.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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