El Rey llama en Jerusalén a estar alerta ante el resurgir del discurso del odio
"Nadie está a salvo. No podemos mirar a otro lado", proclama Felipe VI ante 40 mandatarios mundiales
Felipe VI ha hecho este miércoles en Jerusalén una vigorosa denuncia del discurso del odio y ha llamado a la comunidad internacional a estar alerta ante el resurgir del racismo, el antisemitismo y la xenofobia cuando se cumplen 75 años de la liberación de los campos de exterminio nazis de Auschwitz-Birkenau.
El rey de España ha intervenido en la cena que el presidente de Israel, Reuven Rivlin, ha ofrecido a los alrededor de 40 mandatarios asistentes al V Foro Mundial del Holocausto (entre otros, los jefes de Estado de Francia, Alemania, Italia, Holanda, Bélgica, Portugal o Argentina) para proclamar el compromiso de todos los presentes de no olvidar el Holocausto y permanecer vigilantes para impedir que se repita. “Olvidar la Shoah [Holocausto] no solo deshonraría la memoria de millones de víctimas, sino que también sería extremadamente peligroso”, ha advertido.
Las autoridades israelíes han elegido a Felipe VI para hablar en nombre de todos los invitados, no solo por su cordial relación con Rivlin, sino también por lo que representa Sefarad en la historia del pueblo judío y porque, al contrario que otros mandatarios presentes, no provocaba recelos entre los demás. El Rey se ha mostrado agradecido por esta distinción y ha citado al filósofo judío cordobés Maimónides, figura destacada del "precioso, rico y complejo pasado judío" de España, para asegurar que “todos los males que los hombres se causan unos a otros están provocados por la ignorancia”.
Tras calificar de “horas oscuras” las que se vivieron bajo el régimen nazi, que hizo desaparecer abruptamente a comunidades enteras bajo el impulso del “odio ciego, perverso e ignorante”, ha subrayado que “no hay mayor mal que el que se deriva de ignorar que todos los hombres y mujeres son iguales y que todo ser humano está investido de la mayor dignidad”. "Ni mayor insensatez", ha añadido, que la de quienes se sienten “legitimados para discriminar, consentir la intolerancia o promover el resentimiento contra otros por interés político, extremismo religioso u odio racial”.
En un momento en que están desapareciendo por inexorable ley de vida los últimos supervivientes de los campos de concentración nazis, el Rey les ha agradecido que hayan mantenido viva durante décadas la memoria de su terrible experiencia, pero ha destacado que su recuerdo no es suficiente, pues nunca se está “completamente a salvo” y “la barbarie puede crecer cuando menos se espera, incluso en medio de la tecnología y cultura avanzadas”.
El Rey no ha puesto nombre a este nuevo peligro que amenaza a las sociedades más desarrolladas y se ha limitado a mencionar la “inquietante oleada de ataques horribles contra los judíos en varias partes del mundo”, pero ha advertido de que, “muchas veces en la historia, la animadversión hacia los judíos ha demostrado ser un vergonzoso síntoma y un crudo ejemplo de intolerancia y aversión hacía los otros”.
“También estamos aquí", ha proclamado, "sobre todo para mostrar el compromiso inquebrantable de que nuestros respectivos países llevarán a cabo todos los esfuerzos necesarios para combatir la intolerancia ignorante, el odio y la falta total de empatía humana que permitió y dio origen al Holocausto. Prevenir esa enfermedad de la civilización", ha añadido, "es una responsabilidad colectiva, pero también individual. No hay lugar para la indiferencia ante la presencia del racismo, la xenofobia, el discurso del odio y el antisemitismo. Simplemente no podemos mirar para otro lado”.
El Rey ha recordado que España, como otros países, ha construido “un sólido marco de reglas e iniciativas para luchar implacablemente contra el antisemitismo y todas las formas de xenofobia y racismo”, pero ha puesto el acento en la necesidad de “aplicar, enseñar y vivir bajo los valores y principios de la Carta Universal de los Derechos Humanos”. Su discurso, en inglés, ha concluido con un “Nunca más”, repetido en hebreo.
Felipe VI se ha sentado en la cabecera de la mesa, entre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el rey Guillermo de Holanda. A su llegada, ha charlado con el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, el italiano, Sergio Mattarella, el Gran Duque de Luxemburgo o la presidenta de la Cámara de Representantes de EE UU, Nancy Pelosi. Aunque no estuvieron en la cena, este jueves acudirán al foro, en el Museo del Holocausto Yad Vashem, el presidente ruso, Vladimir Pitin, el príncipe Carlos de Inglaterra y el vicepresidente de EE UU, Mike Pence.
Antes de acudir a la residencia del presidente israelí, el Rey recibió en el hotel Rey David, donde se alojan la mayoría de las delegaciones oficiales, al presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Isaac Querub.
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