Portugal investigará los negocios de la hija del expresidente de Angola
La fiscalía y el banco central escrutarán el origen de las sociedades lusas de la 'reina de África', tras la publicación de los archivos de 'Luanda Leaks'
Las autoridades portuguesas investigarán las informaciones relativas a los negocios de la milmillonaria angoleña Isabel dos Santos, la mujer más rica de África e hija de Eduardo dos Santos, presidente de Angola entre 1979 y 2017. La publicación, este domingo, de miles de documentos que muestran la telaraña de negocios y sociedades de la reina de África, ha causado preocupación y molestia por el origen dudoso de su colosal fortuna, gran parte invertida en este país. Un pequeño banco portugués, Eurobic —propiedad en un 42,5% de Dos Santos a través de dos sociedades—, ha comunicado también que pone fin a sus relaciones comerciales con las entidades que ella controla.
La descomunal riqueza de Dos Santos está en el ojo del huracán desde que el domingo el consorcio internacional de medios de comunicación (ICIJ, en sus siglas inglesas) publicara el Luanda Leaks, 715.000 archivos, entre correos, cartas, contratos, audios y movimientos de cuentas bancarias, investigados y desvelados por los medios asociados a ICIJ, entre ellos el digital español El Confidencial.
La exeurodiputada socialista Ana Gomes había advertido con anterioridad del origen oscuro de las riquezas de la familia Dos Santos, aunque nunca contó con el apoyo de su partido, que no la incluyó en su lista de las últimas elecciones europeas. En su infatigable campaña en solitario, hace solo unos días fue absuelta por decir que el banco Eurobic era una “máquina de lavar el dinero de la familia” Dos Santos. Gomes acusa a la Fiscalía General del Estado, a la Comisión del Mercado de Valores y al Banco de Portugal de “complicidad” con “el robo sistemático [ejecutado por] la cleptocracia que expolia al pueblo angoleño”.
Gomes señala que el Luanda Leaks no desvela nada que no se supiera. Pero los papeles concretan los movimientos financieros que llevaron a Isabel dos Santos a ser la mujer más rica de África, con un patrimonio, según Forbes, de más de 2.000 millones de dólares. La publicación de la inabarcable telaraña financiera del imperio Dos Santos ha provocado ya que la auditora PriceWaterHouse se desligue de cualquier trabajo para empresas de la familia y que Davos le retire la invitación al Forum Económico Mundial.
El entramado del imperio de la hija predilecta del expresidente angoleño se extiende por una docena de países y está presente en las mayores plazas financieras del mundo, de Londres a Nueva York o Dubái; en potenciales paraísos fiscales como Malta y Chipre, y en la antigua potencia colonial, Portugal, y su zona franca de Madeira, con una red de sociedades ficticias. Solo en Portugal, el imperio tiene 155.
No obstante, la caída del imperio Dos Santos no solo llega con la publicación del Luanda Leaks, sino también con la decidida ofensiva contra la corrupción emprendida por el presidente de Angola, João Lourenço, que desde el primer día de su mandato prometió acabar con esa lacra en un país que nada en petróleo y otros recursos naturales pero cuya población vive empobrecida por las prácticas cleptocráticas del régimen monocolor del MPLA (Movimiento Popular para la Liberación de Angola), el partido de Dos Santos. El objetivo de Lourenço en los dos años que lleva al frente de Angola ha sido la familia del exmandatario. Varios hijos de Dos Santos han sido destituidos de sus puestos en la Administración. Isabel fue apartada de la presidencia de Sonangol, la petrolera estatal. Ese mismo día, vació la cuenta bancaria de Sonangol en el banco Eurobic.
Desde hace un mes, las autoridades angoleñas tienen confiscadas las cuentas bancarias de Isabel, al igual que las de su marido, Sindika Dokolo, que se encargaba de controlar el comercio estatal de diamantes en beneficio propio, según los fiscales angoleños. Su principal gestor, el portugués Mário da Silva, también tiene las cuentas embargadas en ese país. Según algunas fuentes, el matrimonio blanqueó el comercio en parte ilícito de diamantes mediante la adquisición de una conocida firma suiza de alta joyería, hoy propiedad al 100% de la pareja.
El 1 de marzo la fiscalía angoleña emitirá una orden internacional de detención contra Dos Santos, así como el embargo de sus activos en Portugal. Se la acusa de un perjuicio económico a las arcas del Estado portugués superior a los 2.000 millones de euros.
Operación urbanística en Luanda
Aunque Isabel siempre ha reivindicado su papel de empresaria sin que nadie le regalara nada —"una mujer hecha a sí misma", como gusta presentarse—, lo cierto es que sus empresas siempre arrancaban con la concesión de licencias estatales por parte de su padre en sectores fundamentales del país como las telecomunicaciones y los bancos, además del petróleo y los diamantes. En Angola, Isabel Dos Santos mantiene el control de la operadora Unitel, el Banco de Fomento de Angola, la empresa multimedia ZAP, la cementera Cimangol y una cadena de alimentación, entre otros. Uno de sus planes estrella era la reurbanización de una amplia extensión de Luanda, la capital del país y una de las más caras del mundo en el sector inmobiliario.
Entre las innumerables irregularidades que muestran los documentos desvelados por ICIJ, la hija primogénita de Eduardo dos Santos, nacida en 1973 en Bakú (Azerbaiyán) como fruto de su primer matrimonio con una rusa, hizo una transferencia de 115 millones de euros a Dubái cuando controlaba la petrolera Sonangol. El motivo de la transferencia de la empresa estatal a una de sus sociedades privadas fueron presuntos servicios de consultoría. El banco central portugués ha anunciado en un comunicado que investigará esa transferencia.
En Portugal controla el banco Eurobic, la primera operadora del país, Nos, y también tiene una fuerte presencia en la petrolera Galp, así como la empresa de ingeniería Efacec, adquirida con un crédito estatal, además de varios medios de comunicación.
Su forma de trabajar la conocen bien los directivos de La Caixa, que, pese a ser mayoritarios en el banco portugués BPI, no lo controlaban por el bloqueo de Dos Santos. Solo se hicieron con el control a cambio de cederle su participación mayoritaria en el Banco de Fomento de Angola, propiedad de la denominada reina de África.
Aunque su imperio no se ha extendido a España, la familia Dos Santos tiene en este país estrechas relaciones. Desde hace años Eduardo dos Santos recibe tratamiento por un cáncer en un hospital de Barcelona, en uno de cuyos barrios, Pedralbes, ha establecido su residencia. El hotel de lujo Arts es el favorito del entorno de los Dos Santos, incluidos los generales Dino (fiel aliado del presidente Dos Santos, y ahora socio preferente de su hija) y Kopelipa, implicado también en negocios fraudulentos y expolio de las arcas del Estado.
En declaraciones a los medios y en su activísima cuenta de Twitter, Isabel dos Santos acusa al actual Gobierno angoleño de persecución política y de ser una cortina de humo para ocultar la crisis económica del país. En medio del huracán, ha anunciado que se presentará a las próximas elecciones presidenciales, algo aparentemente imposible ya que para ello debería renunciar a la nacionalidad rusa y, además, entrar en su país, con el riesgo que esto conlleva.
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